Dimite la ministra holandesa de Defensa por la muerte de dos soldados
Un tercer militar resultó gravemente herido al estallar una granada en mal estado en la misión ONU en Malí. También ha renunciado el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas
Jeanine Hennis, ministra holandesa de Defensa desde 2012, ha presentado este martes la dimisión tras una larga sesión parlamentaria donde ha sido criticada por el accidente que costó la vida en 2016 a dos cascos azules nacionales destacados en Malí (África) en una misión de la ONU. Otro soldado resultó gravemente herido en el mismo suceso, por culpa del estallido de una granada en mal estado. El Gobierno sigue en funciones desde las elecciones del pasado marzo a falta de una nueva coalición, y Hennis ha renunciado después de ser duramente criticada por las “graves deficiencias” registradas durante el ejercicio militar donde murieron ambos soldados. El proyectil, comprado en 2006, no fue guardado a la temperatura adecuada y los cuidados hospitalarios recibidos por las víctimas sobre el terreno tampoco fueron buenos. El general Tom Middendorp, comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, también se ha marchado.
“Dejo el ministerio. He trabajado en cuerpo y alma para Defensa, pero acabo hoy”, ha dicho la ya exministra. “Ya lo dije antes, ante las bajas o heridas de los militares, no puede hablarse de interés en mantener mi cargo. En tal caso, se trata solo de hacer lo correcto”, añadió, al final del debate. Middendorp, por su parte, ha reconocido que deja el cargo “con gran dolor por tener que hacerlo de esta manera”. Ha añadido que se siente “responsable y me tomo muy en serio las conclusiones del Consejo para la Seguridad, que nos dijo que habíamos primado la misión sobre la seguridad del personal”.
Los fallecidos son un cabo y un sargento de 24 y 29 años, respectivamente, y la dureza del informe del Consejo para la Seguridad ha sido el factor desencadenante de ambas dimisiones. Sobre todo porque el mortero que lanzó la granada estaba bien cargado, pero había fallos de diseño que contribuyeron a que el proyectil se calentara a destiempo. Según los investigadores, la munición fue comprada en 2006, con prisas, y sin seguir los procedimientos adecuados. Las granadas sobrantes de la misión en Afganistán fueron llevadas a Malí en malas condiciones. “Defensa debe cambiar su comportamiento y ser más abierto a la hora de defender a su personal”, añade el Consejo. Al recibir el informe, Jeanine Hennis dijo que “tomaba nota para que esto no vuelva a ocurrir”. Al final ha tirado la toalla. La familia de los dos soldados muertos culpó a Defensa de lo ocurrido, que consideraron “un asesinato”. Unos 300 militares holandeses permanecen en Malí en la misma misión de paz de Naciones Unidas.
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