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Kim Jong-un quiere “un equilibrio real de fuerza” con EE UU

Corea del Norte continuará con su programa nuclear pese a las sanciones, subraya su líder

FOTO: Kim Jong Un observa el lanzamiento de un misil Hwasong-12 en esta foto sin fecha. / VÍDEO: El último lanzamiento de un misil sobre Japón, este viernes.Vídeo: REUTERS / ATLAS
Macarena Vidal Liy

En la enloquecida partida de póker que juegan Kim Jong-un y la comunidad internacional en torno al programa nuclear de Corea del Norte, el líder supremo de ese país siempre sube la apuesta en cada ronda. A la nueva tanda de sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU ha contestado con el lanzamiento de un misil que ha logrado el mayor recorrido de todos los que ha probado hasta ahora. Y asegura que su objetivo definitivo, la jugada con la que quiere llevarse todas las fichas de la mesa, es alcanzar “un equilibrio real de fuerza” con Estados Unidos que haga impensable para Washington el plantearse un ataque militar contra el reino ermitaño.

Como en todas las grandes ocasiones, Kim Jong-un presenció la prueba del misil de alcance intermedio que este viernes sobrevoló Japón antes de caer en el Pacífico tras un recorrido de 3.700 kilómetros. Y durante ella subrayó, según asegura este sábado la agencia estatal norcoreana KCNA, que pese a las “sanciones y bloqueo sin límite”, Corea del Norte “seguirá adelante con su meta de completar su fuerza nuclear”.

“Nuestra meta final es establecer el equilibrio de fuerza real con Estados Unidos y hacer que los gobernantes estadounidenses no se atrevan a hablar de una opción militar para la República Democrática Popular de Corea”, afirmó el heredero de la dinastía Kim.

Bajo su mandato, Corea del Norte ha acelerado a marchas forzadas su programa de armamento balístico y nuclear, que tiene como objetivo contar con misiles intercontinentales que puedan arrojar bombas nucleares sobre territorio estadounidense.

El lanzamiento de este viernes de un cohete Hwasong-12 llegaba apenas doce días después de la sexta prueba nuclear de este país, la mayor efectuada por el régimen de Kim Jong-un. El 3 de septiembre, Corea del Norte anunciaba el ensayo con éxito de una bomba de hidrógeno, que los analistas calculan que tuvo una potencia de 250 kilotones.

En respuesta, el Consejo de Seguridad aprobó esta semana su octava ronda de sanciones contra este país, que incluyen la prohibición de exportar textiles e imponen límites a las importaciones de crudo.

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El lanzamiento, en respuesta a estas sanciones, busca “calmar la beligerancia de Estados Unidos, que recientemente ha llamado a usar el músculo militar contra la RDPC”, ha asegurado la agencia estatal norcoreana.

La comunidad internacional ha condenado con contundencia el nuevo órdago del régimen. Mientras Corea del Sur ha advertido que el diálogo con el norte se ha hecho imposible, y el Consejo de Seguridad de la ONU ha celebrado una reunión extraordinaria para abordar el desafío norcoreano, Estados Unidos ha advertido que se agota su paciencia. El consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, H.R McMaster, declaró tras la prueba del Hwasong-12 que, aunque no es la opción que prefiere la Administración del presidente Donald Trump, “existe una opción militar”. Trump, por su parte, ha puntualizado que su país tiene una "abrumadora" cantidad de opciones para hacer frente a las amenazas del régimen.

 

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Sobre la firma

Macarena Vidal Liy
Es corresponsal de EL PAÍS en Washington. Previamente, trabajó en la corresponsalía del periódico en Asia, en la delegación de EFE en Pekín, cubriendo la Casa Blanca y en el Reino Unido. Siguió como enviada especial conflictos en Bosnia-Herzegovina y Oriente Medio. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid.

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