Agitadores que apoyan al Kremlin pagaron anuncios en Facebook para influir en las elecciones de EE UU
El director técnico de la red social afirma que invirtieron 150.000 dólares para más de 3.000 piezas publicitarias
Facebook ha detectado que una empresa rusa que opera como una especie de granja de trolls de apoyo al Kremlin estuvo pagando anuncios para influir en la política estadounidense durante la campaña electoral presidencial. Alex Stamos, CSO de Facebook, las siglas que significan uno de los puestos más poderosos de Silicon Valley, responsable de seguridad técnica, cuyo bajo paraguas está la defensa y prevención de hackeos, ha reconocido que la red social vendió anuncios a esa firma.
Durante la investigación que tiene abierto el Congreso para esclarecer la trama rusa, la compañía ha compartido los datos que ha encontrado y lo ha hecho público a través de un comunicado. La cifra llega a 150.000 dólares para más de 3.000 anuncios distintos durante la última campaña presidencial. Según Facebook, están asociados a una empresa rusa con la estructura de una granja de trolls que hace propaganda a favor del Kremlin.
Este tipo de organizaciones, antes de que Facebook fuese popular, usaba técnicas parecidas, también con mano de obra humana y mucha paciencia, para después automatizar procesos, y creaba redes de enlaces para ganar relevancia en buscadores y ganar visibilidad. Optaban por la creación de un gran número de blogs, replicando contenido con el mismo mensaje, pero con leves modificaciones y lo enlazaban entre sí en palabras clave buscando aprovecharse de cómo Google da prioridad a unos resultados sobre otros.
Stamos sabe, incluso, el lugar en que se encuentra la granja de trolls, en San Petersburgo: "Apuntan a la Agencia de Investigación en Internet (IRA, siglas de Internet Research Agency), pero no tenemos cómo confirmarlo". Los servicios de inteligencia de Estados Unidos tienen a esta organización entre los sospechosos de haber manipulado las elecciones y consideran que son socios cercanos con los servicios de espionaje de Rusia y cercanos al presidente Vladimir Putin.
El técnico ha encontrado que en el verano de 2015 comenzaron a comprar estos anuncios: "Parece que se centraron en amplificar mensajes de índole social y política en todo el espectro político. Buscaron en sus objetivos temas diversos, desde asuntos LGTB (siglas de Gay, Lesbiana, Bisexual o Transgénero) a temas de inmigración o derechos de posesión de armas".
Este reconocimiento por parte de Facebook es una muestra más de la investigación abierta por Robert S. Mueller III en el Congreso, donde quiere probar que Rusia intervino en las pasadas elecciones. Llega a afirmar que el Kremlin tuvo lazos y coordinó parte de la campaña de Trump.
En declaraciones al Washington Post, Adam B. Schiff, representante demócrata por California y parte del comité de inteligencia, valora este comunicado como una clave en la investigación: "Es una advertencia a tener en cuenta en futuros procesos electorales, se ve el calado que tienen sobre nosotros y sobre otros". Aunque reconoce que faltan algunos datos relevantes: "Falta por saber si fue un esfuerzo coordinado entre estos trolls de las redes sociales y la organización de la campaña. Tenemos que llegar hasta el fondo de esta relación".
El autoservicio publicitario de Facebook
Una de las claves para que Facebook tuviese una posición de liderazgo tan marcada cuando las redes sociales competían entre sí por sumar perfiles es, precisamente, su sistema de compra de anuncios. Antes de Facebook estaba MySpace, era la predominante. En España, Tuenti tenía el grueso de los usuarios más activos y jóvenes. Sin embargo, su plataforma publicitaria se ganó el favor de las marcas, tanto grandes como pequeñas firmas que querían dirigirse a un público concreto. En Facebook la compra de anuncios es un autoservicio sencillo y directo. Basta con dar una tarjeta de crédito y empezar a buscar un grupo de potenciales usuarios a los que les podría interesar. Es flexible en tiempos, presupuesto y, sobre todo, muy preciso a la hora de buscar un público objetivo: por gustos políticos, lugar de residencia, estudios, edad, sexo, incluso se pueden asociar a marcas que han reconocido que les gustan. La aprobación de un anuncio no suele demorarse más de 15 minutos.
Los de Menlo Park han cambiado su tono y también la forma de asumir la situación. De la sorpresa inicial a compartir datos claramente. En diciembre, Facebook se comprometió a minimizar el impacto de las Fake News, entonces en el centro de la polémica. Crearon un plan para contar con grupos de verificación de datos. Después, explicaron que los usuarios recibirían una advertencia cuando quisieran usar su muro para difundir enlaces a noticias de dudosa veracidad. En abril se comprometieron a contratar a 2.000 personas para ayudar a controlar el contenido de origen dudoso y poner coto a la publicación de vídeos en directo de asesinatos, suicidios o contenido violento. La inteligencia artificial, una de sus apuestas de futuro, todavía no controla y verifica con la misma capacidad que un humano bien entrenado. Los dobles sentidos y los giros semánticos son una de las aristas que afrontan para poder ganar velocidad en el control de contenido.
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