Maduro intercambia puestos en el área petrolera
El presidente de Venezuela asegura que de esta manera se prepara ante "la batería de agresiones económicas, energéticas y financieras que se han aprobado en la Casa Blanca"
El mandatario de Venezuela, Nicolás Maduro, ha anunciado el enésimo enroque en su gabinete. El Ministro de Energía y Petróleo, Nelson Martínez, pasará a ser el presidente de Petróleos de Venezuela, mientras que su antecesor, Eulogio del Pino, estará en la cartera que deja el nuevo líder del negocio medular de la economía venezolana. Los nuevos cargos tendrán vigencia a partir de su publicación en la Gaceta Oficial.
Maduro ha explicado que la decisión pretende “fortalecer los equipos en el campo energético petrolero para la batalla en defensa de los precios del petróleo y avanzar en el proceso de liberación de las amarras imperialistas”. En ese sentido, el gobernante venezolano instruyó a los funcionarios para que amplíen la participación accionaria de los inversionistas chinos, rusos e indios en la Faja Petrolífera del Orinoco, en el suroriente del país, que posee las reservas más grandes del mundo de crudo pesado y extrapesado.
Maduro dice estarse preparando para la posible ampliación de sanciones de Washington, pero al tiempo que resucita el fantasma del intervencionismo yanqui también busca acercarse al gobierno de ese país con los típicos movimientos estratégicos de los políticos de salón. Lo ha dicho en varias ocasiones en las últimas dos semanas. Primero intentó conversar con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien declinó la llamada telefónica con un portazo propio de su personalidad. “El Presidente Trump hablará con el líder venezolano una vez que se restablezca la democracia en ese país”, afirmó la Casa Blanca en un comunicado
El desplante no ha desinflado el empeño de Maduro. La semana pasada afirmó que le escribiría una carta a su homólogo estadounidense para intentar acercar posiciones. Ese esfuerzo por mantener una relación menos tirante con Washington suma desde ayer a otro peón. El portal local Petroguía asegura que la llegada de Nelson Martínez a la presidencia de Pdvsa supone un esfuerzo para evitar que la profundización de las sanciones dificulte las maniobras del régimen para conseguir financiamiento externo. La caída de los precios del petróleo y la merma de la producción han impedido que el régimen financie su disfuncional modelo económico.
“Martínez fue presidente de Citgo (la filial de Pdvsa en Estados Unidos) durante cuatro años. En ese tiempo mantuvo relaciones con Rex Tillerson, entonces máxima autoridad de Exxon Mobil y hoy secretario de Estado. Es un nombramiento estratégico para los intereses del gobierno y una respuesta a las declaraciones del vicepresidente Mike Pence, quien, en reunión con los exiliados venezolanos en Miami, anunció nuevas medidas contra Venezuela”, explica Andrés Rojas Jiménez, jefe de redacción de Petroguía.
El nombramiento parece haber llegado tarde. Trump ha decidido ampliar la orden ejecutiva de marzo de 2015, firmada por su antecesor, Barack Obama, en la que declaraba a Venezuela “como una amenaza inusual y extraordinaria para Estados Unidos”.
Las nuevas sanciones impiden negocios con algunos bonos del sector público y el pago de dividendos al gobierno venezolano. El golpe más bajo quizá sea la prohibición para entidades y ciudadanos de ese país de hacerse con nuevas emisiones de deuda y acciones de Pdvsa. Durante muchos años los distintos gobiernos venezolanos han acudido a la emisión de bonos para financiar sus gastos. El chavismo no fue la excepción incluso con los elevados precios del barril de petróleo durante el gobierno del fallecido comandante presidente Hugo Chávez.
El mundo parece encogérsele a Maduro. Pese a las intensas presiones, el régimen persiste en su apuesta de gobernar solo con instituciones y funcionarios leales. Después de que hace dos semanas el presidente Trump no descartara una operación militar en Venezuela el mandatario ordenó ejercicios militares. Durante la semana la cuenta de Twitter de la Zona de Defensa Marítima e Insular del oriente del país mostró imágenes de lo que llamaron “el alistamiento del pueblo en armas” y de las maniobras para entorpecer la supuesta invasión extranjera. En una de las fotografías más viralizadas se observa a varias embarcaciones de pescadores en el ejercicio de rodear a un supuesto barco enemigo. Alguien escribía en los comentarios al trino que las pequeñas barcazas quedarían sumergidas solo con las olas que ocasionan a su paso los portaviones estadounidenses.
El régimen está consciente de las abismales diferencias entre uno y otro ejército. Pero en sus declaraciones parecen sugerirles a los civiles que acompañan estas maniobras que están a punto de construir una épica personal. El almirante Remigio Ceballos, jefe de las operaciones militares, ha afirmado que se van a sumar millones de personas a los ejercicios que se celebrarán el fin de semana. De estas personas, precisó, unas 900 mil son militares profesionales, milicianos e integrantes de lo que llamó “cuerpos de combatientes organizados”. Todos se inspiran en el ejemplo de Vietnam, el país que derrotó a Estados Unidos en la campaña militar y reunificó al país asiático bajo la égida de un gobierno comunista. La pregunta es si los venezolanos atenderán el llamado de unas fuerzas armadas que, en los estudios de opinión, están entre las tres instituciones más despreciadas por la población.
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