Paquito y Paquita, los muñecos que enseñan lenguas indígenas en México
Un grupo de investigadores mexicanos crea un juguete para fomentar el uso de lenguas prehispánicas entre los niños

En las jugueterías mexicanas, una gran variedad de juegos enseñan español, inglés o incluso alemán, pero parece imposible encontrar alguno con el que aprender náhuatl, tzotzil o tarahumara. Las muñecas suelen ser rubias o castañas y su piel íntegramente blanca. Los niños juegan con modelos propios de Europa y Estados Unidos en un país donde más de 25 millones de personas se consideran indígenas, según determinó en 2015 el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), y en el que un 20% de la población se ha sentido discriminado por su apariencia física.
Entre los consumidores más codiciados por las marcas no se encuentran, precisamente, los más de siete millones de hablantes de una lengua prehispánica. Una población marginada durante décadas que ha disminuido dramáticamente desde los años 30, cuando suponían casi un 16% del total de mexicanos frente al 6,6% actual, según el INEGI.
La drástica caída en el número de hablantes ha dejado a varias lenguas al borde de la extinción. Una crisis que tratarán de combatir Paquito y Paquita, dos muñecos, creados por un grupo de investigadores mexicanos, que nacen para enaltecer el orgullo indígena.

“En México, nos encontramos con un fenómeno: a muchos niños se les considera hablantes pasivos. Sus padres y abuelos utilizan la lengua nativa pero ellos dicen no hablarla. Luego te das cuenta de que, no solo la conocen, sino que incluso algunos la utilizan”, señala Aurelio López, uno de los investigadores del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE), que ha desarrollado el proyecto junto al Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social.
Los primeros seis prototipos de Paquito y Paquita ya han visto la luz y suponen una revolución en el mundo de los juegos infantiles. Parecidos a las típicas muñecas de Oaxaca, visten los trajes que se utilizan en las comunidades a las que representan, sus rasgos son auténticamente indígenas y hablan náhuatl, purepecha, huixarica o totonaco. Juguetes, casi imposibles de encontrar en las tiendas, que se expresan en una lengua ajena, hasta ahora, a los juegos comerciales.
“Con este proyecto, queremos mostrar que sus lenguas están a la altura de cualquier otra que aparece en una tableta o una computadora. Los niños dejan de usarla al no oírla en la calle, ni en la televisión. El hecho de que aparezcan en un juego le da un gran valor”, cuenta Angélica Muñoz, investigadora del INAOE.
Paquito y Paquita, pensados para niños de entre 2 y 6 años, van nombrando, en la lengua indígena para la que están programados, la parte del cuerpo que el pequeño selecciona a través de un botón. O al contrario, el muñeco lo dice primero y el niño debe acertar a qué se refiere. Se trata de un proyecto con el que buscan que los pequeños tengan por modelo en el juego a un miembro de su propia comunidad.
“Cuando juegan con estos muñecos, los niños empiezan a interactuar, incluso tienden a contestarles y a abrazarlos”, señala López. “No están hechos para que los tengamos en un laboratorio, pero tampoco los veo como un juguete que esté en las casas. Mucha de la interacción de los niños de las comunidades donde se hablan lenguas originales es en grupal. Sería muy bueno que estuviera en la biblioteca de su pueblo o en la escuela para que se juegue en grupo”, añade Muñoz sobre esta inciativa que todavía no se ha comercializado.
Y precisamente, lograr que estos muñecos se extiendan por la geografía mexicana será la primera batalla a librar por Paquito y Paquita. Dos muñecos para cuya creación se mezclaron los conocimientos de un equipo de investigadores y el saber ancestral de las comunidades indígenas. Dos mundos, en muchas ocasiones contrapuestos, que esta vez se dan la mano para proteger la riqueza lingüística de México.
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