Brexit: una oportunidad para la atracción de talento en la universidad española
Es el momento de actuar y enviar un mensaje claro: España tiene buenas universidades y está en condiciones de atraer talento internacional
A la vez que se inician las negociaciones del Brexit entre la Unión Europea y Reino Unido, miles de estudiantes europeos y de todos los rincones del mundo se preparan para estudiar el curso que viene en las universidades británicas. Reconocidas a nivel mundial y muy competitivas en el mercado internacional de la educación superior, generan anualmente 73.000 millones de libras para la economía del país (el 2,8% de su PIB) y más de 750.000 empleos. Además de su indudable atractivo para los estudiantes internacionales, su éxito se cimienta en un sistema flexible de contratación de investigadores y profesores, muchos de ellos europeos, y en su capacidad para conseguir fondos para investigación e innovación. El Reino Unido es un beneficiario neto de los programas de investigación e innovación de la UE.
Pero desde las universidades y desde la Comisión de Educación del Parlamento británico se viene alertando de las nefastas consecuencias del Brexit: barreras para la contratación y para captar estudiantes, perjuicios para la colaboración internacional, pérdida de fondos para investigación e innovación, menor movilidad, etcétera. Algunas de estas consecuencias, ya se están sintiendo. Por ejemplo, la demanda de estudiantes internacionales ha caído con respecto al año pasado y entre los profesores los hay que dudan si deberían buscar trabajo en otro país. Las universidades europeas, que desde hace más de una década han apostado fuertemente por la internacionalización, se están posicionando para aprovechar las ventajas que supondría un Brexit duro.
En este escenario, se abre una ventana de oportunidad para atraer talento internacional ¿Qué tiene España que ofrecer? Para empezar, disponemos de una educación superior de calidad: el 25% de sus universidades figuran en los ránkings internacionales y varias de ellas (públicas en su casi totalidad) se encuentran entre las mejores 500 del mundo. Ya somos el país que más estudiantes Erasmus atrae y también han aumentado los estudiantes extracomunitarios procedentes en su mayoría de América Latina, pero también de Asia y de Norteamérica. Además, España es cada vez más más competitiva en la atracción de fondos de investigación de la UE.
¿Cuáles son los ámbitos en los que debemos mejorar? Podríamos resumirlos en cuatro: imagen, información, previsibilidad y competitividad. Aparte de sus equipos de fútbol, España es un país relativamente desconocido más allá de las fronteras europeas y de América Latina, y lo mismo ocurre con sus universidades. El Instituto Cervantes es la institución que mejor podría cubrir este hueco emulando a sus equivalentes británico, francés o alemán. A día de hoy no existe un portal informativo sobre las universidades españolas a través del cual resulte fácil identificar la oferta de titulaciones, y la información en inglés en las páginas web de muchas universidades es muy mejorable. Asimismo, los cambios legislativos que impiden hacer una planificación a medio o largo plazo —ya afecten a tasas, reconocimiento de títulos, visados o permisos de residencia— perjudican seriamente al sector.
Por último, las universidades españolas deben resultar competitivas en Europa. Nuestras tasas son más altas que las de muchos países europeos. Unos precios excesivamente altos para los extracomunitarios desincentivan la llegada de estudiantes internacionales, como ya han comprobado Dinamarca y Suecia. Debemos aumentar la docencia en inglés, actualizar los métodos de enseñanza, facilitar los trámites burocráticos y, algo de lo que se habla poco, fomentar una cultura de internacionalización en nuestros campus.
Esta debe ser una labor conjunta entre Estado, Comunidades Autónomas y universidades y será imposible lograrlo sin financiación, o incluso con recortes, como acostumbra a funcionar la universidad pública española. Es el momento de actuar y enviar un mensaje claro: España tiene buenas universidades y está en condiciones de atraer talento internacional.
Amaya Mendikoetxea e Irene Martín han sido hasta este mes de julio Vicerrectora de Relaciones Internacionales y Delegada del Rector para Internacionalización, respectivamente, de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM).
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