Los pensionados colombianos quieren poner a Santos contra la pared
Le piden que firme una ley aprobada en el Congreso que rebaja sus aportes al sistema de salud
Victoria Escobar tiene 72 años y dice que todavía no sabe qué eso de “disfrutar de la vejez”. Aunque es parte del 26% de personas mayores que tienen una pensión en Colombia asegura que se sienten desprotegidos. “Ser pensionado en este país no garantiza estar tranquilo después de tantos años de trabajo”, asegura desde el centro de Bogotá, a donde llegó acompañada por otros adultos que le reclaman al presidente Juan Manuel Santos cumplir con su palabra.
En la campaña por su reelección (2014), Santos prometió que apoyaría el proyecto de ley que buscaba reducir del 12% al 4% el aporte para sistema de salud que deben hacer los pensionados. Sin embargo, después de ser aprobado en el Congreso con el liderazgo del parlamentario Alirio Uribe (Polo Democrático), el Viceministro de hacienda (gobierno) anticipó que objetará la ley porque la decisión tendría un costo anual muy alto para el país. La normativa que favorecería a dos millones de personas es defendida a través de manifestaciones y de peticiones directas al presidente Santos.
“A los pensionados nunca nos aumentan la mesada de forma equitativa con los sueldos de los empleados, somos los menos favorecidos en todo sentido y la inflación es más alta cada año. La canasta familiar sube y las pensiones ya no alcanzan para nada. Exijamos una vida digna”, escribe Ligia Guerrero en una carta con la que esperan convencer a Santos para que sancione la ley. Mientras en Bolivia el aporte que deben hacer es del 5%, en Perú del 4%, y en El Salvador llega al 7.8%, en Colombia los pensionados tienen que desembolsar el 12% de lo que reciben.
Protestan porque sus ingresos suben cada año con base al índice de precios al consumidor, un indicador que – reclaman – está fuera de la realidad económica del país y es inferior al porcentaje que se establece para el salario mínimo de los empleados activos. “¿Dónde está el derecho a la igualdad establecido en la Constitución?” alega Gladis Güiza Lemos. Tiene 64 años y habla del "abandono” que afrontan las personas mayores en Colombia. Los bajos ingresos cuando llegan a la vejez los obliga a permanecer activos laboralmente y la mayoría termina realizando trabajos informales (85%). “Tienen que afrontar unas remuneraciones más variables y más bajas que las de los demás ocupados. La protección económica en la vejez es todavía muy escasa”, dice Stefano Farné, director del Observatorio del mercado de trabajo y la seguridad Social de la Universidad Externado de Colombia.
La falta de recursos es el mayor problema para los adultos en el país, según un estudio liderado por Farné. “No cuentan con ayudas que aumentan los ingresos en forma indirecta y que son bastante comunes en países desarrollados. Por ejemplo, las ayudas para el pago de un arriendo o un sistema de trasporte especializado”, dice.
Los adultos se enfrentan al descuido estatal y el olvido. Al año, 400 adultos mayores son abandonados en Colombia, según un informe de la Universidad de La Sabana. Este también señala que el 40% sufre de depresión, entre otras enfermedades. Miguel Villamil, pensionado después de trabajar por más de 20 años en el Instituto Nacional Penitenciario, es un enfermo crónico. Sufre de hipertensión a causa del trabajo que realizó de forma ininterrumpida, con jornadas que muchas veces llegaron a las 36 horas. “Ahora me siento mendigando. Están atentando contra los pensionados, con quienes entregamos nuestra vida trabajando en y por el país”, reclama. El próximo 18 de julio, cuando se vence el plazo para que Santos sancione la ley, los pensionados marcharán en Bogotá. “Saldremos a las calles para exigir igualdad, por el respeto de una vejez digna”, dice una de las pensionadas que no se resigna a perder este pulso con el gobierno.
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