Perfil de un francés medio
Entre los datos a destacar, la población en riesgo de pobreza o exclusión social alcanzaba el 17,7% en 2015
Residen en viviendas unifamiliares, su salario mínimo dobla al español y votan ocho de cada diez. Este es el repaso de las cifras esenciales de cinco temas centrales de la vida de los franceses que este domingo eligen al que será su próximo presidente.
Siete de cada diez franceses residen en una vivienda unifamiliar (68,4%), según Eurostat, lo que les sitúa en la novena posición de los 28 estados de la Unión Europea. La media de la UE, por comparación, se sitúa en el 57,4%, muy por encima de la española (33,7%). Los franceses que viven en edificios vecinales, por su parte, prefieren compartirlos con más vecinos: Más del 20% habitan edificios con más de 10 hogares.
En todos los países de la UE la relación más habitual con una vivienda es la propiedad. En el caso francés, el 64,1% de la población era la propietaria de la vivienda en la que residía, con un porcentaje muy similar entre los que tenían un préstamo o hipoteca vigente (31,1%) y los que no (33%). De alquiler vive el 35,9% restante, según Eurostat. Es el quinto país de la UE de los 28 con mayor porcentaje de arrendatarios.
El salario medio de un trabajador francés a jornada completa era de 26.327 euros en 2014, según el Instituto Nacional de Estadística y Estudios Económicos galo (INSEE). Las cantidades varían desde los cerca de 11.500 euros anuales que percibe un aprendiz a los casi 64.000 de los altos directivos. El salario mínimo interprofesional, por su parte, era de 1.457,52 euros en 2015, algo menos del doble del español.
La tasa de desempleo en Francia rondaba el 10% en el último trimestre de 2016, según el INSEE. El porcentaje es ligeramente inferior en las mujeres (9,5%) que en los hombres (9,8%). Mayor diferencia se observa en los menores de 24 años, tanto mujeres como hombres, que se enfrentan a tasas superiores al 20%, y las personas de más edad, siempre por debajo del 10%.
La población francesa en riesgo de pobreza o exclusión social, por su parte, se situaba en el 17,7% en el año 2015, según Eurostat. Se trata de un porcentaje menor que la media de la Unión Europea, seis puntos superior.
De los cerca de 66 millones de habitantes de Francia, casi 6 millones (el 8,9%) eran inmigrantes en el año 2014, según el INSEE. De esos, más de 1,5 milllones provenían de dos países, Argelia y Marruecos. Otras 800.000 personas llegaron a Francia desde otros países africanos. De entre los países europeos destacan la comunidad portuguesa (600.000), italiana (288.418) y española (245.000).
Más de un 80% de los votantes franceses registrados suelen ejercer su derecho a voto, según la OCDE. En las últimas votaciones presidenciales, las de 2012, en la segunda vuelta el porcentaje ascendió al 80,35%. Es en esa segunda votación en la que se da una mayor participación. Así ha ocurrido desde las presidenciales de 1974.
El equilibrio entre el trabajo y la vida privada es uno de los aspectos en los que los franceses se sitúan a la vanguardia mundial. Obtienen una puntuación de 9 sobre 10 en el Índice para una Vida Mejor de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que intenta cuantificar el bienestar en 11 temas relacionados con la calidad de vida.
Los franceses pasan unas 16,4 horas diarias dedicadas de media al ocio y el cuidado personal, incluidos el sueño y la alimentación, según el estudio de la OCDE. En el indicador denominado satisfacción ante la vida, procedente de una encuesta, los galos se asignaron una puntuación de 6,4, una décima menos del promedio de la OCDE.
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