Los demócratas proponen una ley para saber quién entra en el club de playa de Trump
La propuesta legislativa busca mantener y ampliar la transparencia de datos impulsada por Obama
Tres senadores demócratas se han ingeniado el nombre de una propuesta de ley que pudiera tener como acrónimo Mar-a-Lago, el exclusivo club de Donald Trump en Florida que el presidente estadounidense ha convertido en una Casa Blanca paralela desde la que muchos fines de semana gobierna y recibe visitas de políticos y empresarios.
La propuesta quiere hacer públicos los datos de los visitantes con los que se reúne Trump y oficialmente se llama MAR-A-LAGO Act: Make Access Records Available to Lead American Government Openness Act. En español, se traduce como Hacer disponibles los registros de acceso para liderar la ley de gobierno estadounidense abierto.
La iniciativa legislativa, que tiene escasas opciones de prosperar en un Congreso de mayoría republicana, quiere obligar al Gobierno a publicar el registro de visitantes a la Casa Blanca o “cualquier otra ubicación desde la que el presidente Trump lleve a cabo regularmente su actividad oficial”. Eso incluiría Mar-a-Lago, donde el republicano ha pasado cinco fines de semanas desde su investidura el 20 de enero, incluida una visita del primer ministro japonés, Shinzo Abe. También afectaría a la Torre Trump en Nueva York y un club de golf de su propiedad en Nueva Jersey.
El objetivo de los senadores y de un congresista con una propuesta de ley similar es que la Administración Trump siga con la práctica del expresidente Barack Obama de difundir el registro de visitantes a la Casa Blanca y que, además, la extienda a sus propiedades privadas. El Gobierno Obama solía publicar con unos tres meses de retraso esos datos, que, en un afán de transparencia, permitían saber con quién se veían el mandatario y sus asesores.
En la sección de la página web de la Casa Blanca que publicaba esos datos, se informa de que está siendo “actualizada” y que “publicará los registros de los visitantes de la Casa Blanca de una forma regular una vez estén disponibles”.
“Al rechazar difundir los registros de visitas de la Casa Blanca, el presidente Trump solo está validando las preocupaciones rampantes sobre quién puede estar moviendo los hilos en su administración”, dijo en un comunicado el senador Tom Udall, en una posible alusión a los presuntos lazos con Rusia del entorno de Trump.
Es habitual que haya transparencia en la política estadounidense. Por ejemplo, son públicos los datos de qué individuos y empresas hacen donaciones a congresistas o se registran como lobistas para tratar de influir en el debate de una propuesta de ley.
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