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El autobús contra los transexuales de Hazte Oír desafía la tolerancia de Nueva York

Los organizadores defienden su derecho a difundir “la verdad sobre el género” aunque omiten las palabras “pene” y “vulva”

Foto publicada por CitizenGO en Twitter.
Foto publicada por CitizenGO en Twitter.
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Spain’s ‘transphobic bus’ rolls on to the streets of Manhattan

El autobús contra los transexuales de la plataforma ultracatólica Hazte Oír rueda ya por las avenidas de Nueva York, desafiando la tolerancia de la ciudad más liberal de los Estados Unidos, el gran santuario de la comunidad gay. "Aquí estamos Chelsea Clinton", afirman los organizadores defendiendo su derecho a difundir “la verdad sobre el género” tras las críticas lanzadas días atrás por la hija del expresidente demócrata. Ven en el presidente republicano Donald Trump un activo para su causa por la libertad religiosa.

“Es biología”, se puede leer escrito en inglés en los laterales en la primera frase del bautizado como el autobús de la libertad de expresión. El vehículo apareció aparcado el miércoles en una de las calles que desemboca ante la sede de las Naciones Unidas. “Los niños son niños y siempre los serán. Las niñas son niñas y siempre lo serán. No puedes cambiar de sexo. Respeto para todos”, continúa. Pero a diferencia del autocar que creó la controversia en España, evitan mencionar las palabras “pene” y “vulva”.

La iniciativa está respaldada por las organizaciones CitizenGO, a la que pertenece Hazte Oír, la International Organization for the Family y la National Organization for Marriage. un grupo conocido en EE UU por sus campañas contra el movimiento LGBT. Brian Brown, su presidente,  considera que “el género es fijo, inmutable y complementario”. Lo demás, añade, “es perpetuar una mentira”. “No se puede cambiar el género en base a emociones y sentimientos”, insiste parafraseando al papa Francisco al decir que la familia está siendo asaltada.

El autobús naranja pasó por delante de la Torre Trump, cruzó Times Square y se pasó por Columbus Circle y el Rockefeller Center. “No sois bienvenidos”, responden desde la organización ActTogether, “la incitación al odio no es libertad de expresión”. Consideran que este autobús lo que hace es dispersar un mensaje inflamatorio. En la misma línea se pronuncia OutRight Action Internacional. “Este mensaje tiene consecuencias porque los jóvenes transexuales ya tienen un riesgo muy alto de violencia, discriminación y suicidio”, advierten.

Las organizaciones que defienden los derechos de la comunidad gay consideran que esta campaña está negando la realidad de los transexuales, “es irresponsable, irrespetuoso y peligroso”. Por eso desde la coalición Ipas se pide a los líderes políticos y la sociedad civil que hablan abiertamente a favor de la diversidad y el respeto de todos los ciudadanos, como rechazo a la transfobia que propaga el autobús.

“Es un falso conocimiento del cuerpo humano”, añaden desde interACT para cuestionar el mensaje del autobús, “de la misma manera que el género no está estrictamente limitado a las categorías de hombre y mujer, tampoco nuestro sexo biológico”. Los responsables de Soulforce, una organización que cuestiona la supremacía cristiana, cree que hay un abuso de poder. “Esto no es religión”, concluyen.

Naciones Unidas se distancia también de la campaña y afirman que los organizadores están aprovechando la coincidencia en el tiempo de la conferencia anual de la comisión jurídica de la mujer para darle visibilidad. La conferencia acoge cerca de 600 eventos paralelos que organizan la sociedad civil y los países miembros del organismo. La mayoría de ellos se desarrollan fuera de la sede de la institución.

Chelsea Clinton ya denunció en las redes sociales el mensaje intolerante de Hazte Oír. “Por favor, no traigan estos autobuses a Estados Unidos (ni a ningún otro lugar)”, se podía leer en la cuenta en Twitter de la hija del expresidente Bill Clinton. Pero como si se tratara de un reto, la plataforma Hazte Oír, que lidera el español Ignacio Arsuaga, pretende que el autobús naranja recorra en los próximos días otras ciudades como Boston, Filadelfia y Washington.

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