Miles de rusos se manifiestan en Moscú en recuerdo de un opositor ruso asesinado
Disminuye el poder de convocatoria de los partidos liberales contrarios a Putin respecto al año pasado
La frágil y fragmentada oposición a Vladímir Putin se unió este domingo en una marcha por el centro de Moscú para recordar la figura de Borís Nemtsov, el líder político asesinado junto al Kremlin en la noche del 26 al 27 de febrero de 2015. El evento contó con menos asistentes que otro semejante el año pasado y refleja el estado de la oposición liberal al jefe del Estado cuando queda algo más de un año para las elecciones presidenciales en Rusia. El Kremlin ha indicado que Putin, en el poder desde 2000, puede volver a revalidar su mandato por seis años más en las urnas en los comicios de 2018. Aunque hasta el momento el presidente no ha revelado sus intenciones, la mayoría de los expertos políticos rusos están convencidos de que lo hará y de que busca la forma de garantizarse un apoyo masivo.
Marchas en memoria de Nemtsov habían sido convocadas en diversas ciudades de Rusia, entre ellas San Petersburgo y Nizhny Nóvgorod, capital de la provincia del mismo nombre en la que Nemtsov fue gobernador antes de convertirse en vicepresidente del Gobierno en la década de los noventa, en época del presidente Borís Yeltsin.
“!Uno, dos, tres, Putin, vete!”, “!Rusia será libre!”, “¡Putin es un delincuente!”, “¡Los héroes no mueren!”, “¡Libertad a los presos políticos!” - coreaban los manifestantes de Moscú en una marcha que había sido autorizada por las autoridades municipales.
En estos dos años el puente Moskvoretsky, donde fue asesinado el político opositor, se ha convertido en un memorial popular al líder liberal, siempre cubierto de flores, velas y retratos de Nemtsov, que son custodiados por una treintena de activistas, siempre en guardia ante los ataques de los ultranacionalistas, los vándalos, la policía y los empleados de los servicios de limpieza que intentan borrar cualquier recuerdo del asesinado. La alcaldía de Moscú, que ya ha dado el visto bueno para la colocación de una placa en memoria del embajador ruso asesinado en Turquía, se niega en redondo a concederle un honor semejante al político acribillado en Moscú. Las huellas del crimen conducen a la república caucásica de Chechenia, prácticamente un feudo del caprichoso Ramzán Kadírov. Nemtsov fue autor de varios folletos sobre la corrupción del régimen ruso actual, denunció las arbitrariedades en Chechenia y organizó manifestaciones multitudinarias en contra de la política del presidente Vladímir Putin.
La manifestación empezó con retraso porque la policía confiscó una pancarta con una frase de Borís Nemtsov «Putin es la guerra», ya que en la marcha habían sido prohibidas las consignas “extremistas”. En primera fila marchaban personas destacadas de la oposición, como el exdiputado de la Duma estatal, Gennadi Gudkov o el exjefe del Gobierno, Mijáil Kasiánov, hoy líder de un partido denominado PARNAS. Un desconocido atacó a Kasiánov y le salpicó la cara con un desinfectante de color verde, pero el exjefe de Gobierno no se inmutó y prosiguió la marcha con la cara pintada. La marcha fue encabezada por una gran pancarta con el lema de la manifestación “¡Los héroes no mueren! !Rusia será libre!”.
En la marcha participaron diversas fuerzas políticas – los partidos Yabloko, Solidarnost (Solidaridad), Demvybor (Opción democrática), el Partido del progreso no registrado del opositor Alexéi Navalni, los ultranacionalistas, entre ellos—. Ninguno de estas formaciones consiguió representación parlamentaria en las elecciones a la Duma Estatal de Rusia celebradas en septiembre de 2016.
Los organizadores habían esperado la asistencia de hasta 30.000 personas. La realidad fue más modesta. Según las autoridades, participaron sólo 5.000, según los organizadores un poco más de 15.000. Después de la marcha muchos participantes se dirigieron hacia el puente donde fue asesinado Nemtsov para depositar flores.
El líder del partido Yabloko, Grigori Yavlínsky constató que cada año participa menos gente. “La eficacia de tales actos de oposición es pequeña, por eso no logra reunir gran número de participantes”, indicó a la televisión Dozhd. Otro político liberal, Dmitri Gudkov, por el contrario, se manifestaba convencido que las marchas en homenaje a Borís Nemtsov llegarán a ser un instrumento de unificación de la oposición.
Pero las cifras son implacables. El año pasado una semejante marcha en recuerdo de Borís Nemtsov reunió a más de 24.000 personas, según los organizadores (7.500 según la policía), en 2015 – entre 50.000 y 70.000, según los calculadores de la oposición, y 21.000, según los datos de la policía.
El abogado Alexéi Navalni, el político de oposición que ha demostrado tener mayor poder de convocatoria, pretendía ser el único candidato a las elecciones presidenciales y de hecho empezó su campaña electoral, a principios de febrero. Sin embargo, recientemente ha sido condenado a cinco años de prisión y a una multa de 500 mil rublos (8.100 euros) por malversación de bienes en un caso que ya se cerró en 2013 con la misma condena. El juicio fue repetido por orden del Tribunal Supremo después de que el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo denunciara su procedimiento. La sentencia deja a Navalni en libertad provisional, pero siembra dudas sobre su posible participación en las presidenciales. En 2013, Navalni quedó segundo en las elecciones al ayuntamiento de Moscú con un 27% de votos. También el veterano Grigori Yavlinski ha anunciado que se presentará a las presidenciales de 2018.
Dmitri Gudkov, quien fue durante los últimos cuatro años el único representante de la oposición en la Duma estatal, ya ha declarado que presentará su candidatura a las elecciones del alcalde de Moscú, que tendrán lugar en septiembre del 2018. Gudkov pretende ser el único candidato de las fuerzas democráticas y confía en que todos los partidos de la oposición le respaldarán.
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