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El independentista puertorriqueño Óscar López Rivera queda libre después de 35 años en prisión

El último preso del separatismo isleño sale a la calle convertido en un emblema boricua

Pablo de Llano Neira
Marcha por la libertad de López Rivera en Washington el 11 de enero.
Marcha por la libertad de López Rivera en Washington el 11 de enero. AFP

Después de 35 años preso en Estados Unidos, el independentista puertorriqueño Óscar López Rivera ha recibido el perdón presidencial de Barack Obama y a sus 74 años recién cumplidos quedará en libertad. López Rivera era el último miembro del grupo separatista Fuerzas Armadas de Liberación Nacional Puertorriqueña (FALN) que permanecía entre rejas.

López Rivera recibió esta tarde en la cárcel de Terre Haute (Illinois) la llamada de su abogada Jan Susler. Esta le comunicó que su pena había sido conmutada y su reacción fue tranquila y de honda satisfacción, según relató Susler a este diario tras conocerse la noticia. "Ha recibido la noticia con paz, con mucha paz. Está contento y muy agradecido por todo el amor y la solidaridad que le han brindado durante todo este tiempo. Además su hija cumple años mañana: 'Tremendo regalo', dijo".

Figuras internacionales como el Papa Francisco, el arzobispo emérito Desmond Tutu, el expresidente estadounidense Jimmy Carter y artistas boricuas como René Pérez, cantante de Calle 13, y Lin-Manuel Miranda, actor nacido en Nueva York, habían pedido la liberación de Pérez Rivera en una campaña que llevaba mucho tiempo ganando fuerza y que el presidente Obama no ha desoído.

Veterano de la guerra de Vietnam, a López Rivera le restaban otros 35 años de una condena que se componía de 55 años por conspiración sediciosa y 15 por un supuesto intento de fuga de la cárcel. Las FALN reclamaron la autoría de decenas de atentados en Estados Unidos en los que hubo al menos seis muertos, pero nunca se probó que López Ribera hubiera estado involucrado en ningún ataque terrorista. Él, que se consideró en todo momento un prisionero político, siempre lo negó. "Si las agencias federales [de Estados Unidos] tuvieran una huella mía asociándome con cualquier cosa en que haya habido muertos, estaría sentenciado a cárcel de por vida", declaró en diciembre al diario puertorriqueño El Nuevo Día.

Fue detenido el 29 de mayo de 1981 en Chicago al no parar en un cruce mientras conducía. Llevaba encima una pistola y desde hacía cinco años estaba enrolado en actividades clandestinas.

"No hubo ninguna justificación legítima para mantenerlo tanto tiempo en la cárcel", dijo su abogada. "Creo que fue una cuestión contra el movimiento independentista. Tenían que frenarlo y Óscar López Rivera era una figura que representaba ese movimiento". Susler lo defendía desde mediados de los años ochenta. Hoy, al llamarlo para darle la noticia dijo que "casi no podía respirar".

En 1999 el presidente Bill Clinton le ofreció clemencia. López Rivera no aceptó el trato porque no incluía a otros dos presos de las FALN encarcelados en Estados Unidos. Otro 12 independentistas puertorriqueños sí lo aceptaron. En aquella ocasión, una hermana de López Rivera afirmó: "Óscar cree que renunciar a la violencia y aceptar lo que le están ofreciendo es como una prisión sin rejas. Ya ha pasado 19 años privado de libertad y prefiere seguir así, pero con dignidad".

El congresista demócrata por Illinois Luis Gutiérrez, amigo de López Rivera, ha emitido un comunicado en el que expresó que se sentía "emocionado y abrumado" por la noticia. "Al fin Óscar podrá reunirse con su familia y caminar libre entre sus paisanos puertorriqueños (...). Es un héroe nacional".

López Rivera sale de su larguísimo confinamiento "vivito y coleando", según palabras suyas citadas por su abogada. Se encuentra bien de salud y mantenía una intensa actividad intelectual entre rejas, tanto de lecturas como de cartas o de respuestas a medios de comunicación. Saldrá de prisión en mayo y su plan es regresar a su tierra natal, de donde emigró con su familia a Estados Unidos siendo un niño, y "disfrutar de Puerto Rico, de mi familia (...) y trabajar, organizar, ayudar a los jóvenes. Quiero compartir con la gente", dijo en la entrevista con El Nuevo Día.

Más allá de su adscripción independentista, Óscar López Rivera regresará a Puerto Rico convertido para buena parte de la isla en un emblema nacional en momentos de profunda crisis de identidad boricua, hundida en la deuda y con sus jóvenes migrando. En cierto modo, la decisión de Obama supondrá la consagración en libertad del Nelson Mandela boricua.

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