Moscú califica de “amenaza” para su seguridad el despliegue de tanques de EE UU en Polonia
Más de 3.000 soldados y 87 cañones autopropulsados refuerzan el flanco oriental de la OTAN
Las tensiones entre Rusia y Estados Unidos continúan aumentando en los últimos días de la Administración de Barack Obama. Prueba de ello es la molestia manifestada este jueves por el Kremlin a raíz del despliegue de soldados y tanques estadounidenses en Polonia, y por el Ministerio de Defensa, que calificó de falsas las informaciones divulgadas por la cadena Fox sobre un supuesto incremento de la presencia militar rusa en Siria. Dmitri Peskov, el portavoz del presidente Vladímir Putin, declaró que Rusia considera "una amenaza" el emplazamiento en Polonia de nuevas tropas estadounidenses, cerca de 3.000 soldados, más de ochenta tanques y material pesado de guerra que llegaron este jueves a ese país para reforzar el flanco oriental de la OTAN.
Peskov, refiriéndose a esta decisión de la Alianza tomada el año pasado y que se implementa ahora, señaló que "todo país tiene una actitud negativa ante el aumento de la presencia militar extranjera junto a sus fronteras". Más aún en este caso, aseguró, pues se trata de "un tercer país el que aumenta su presencia en nuestras fronteras europeas, y un país que no es de Europa", subrayó el portavoz del Kremlin.
Comentando la conferencia de prensa ofrecida el miércoles por el presidente electo estadounidense, Peskov dijo confiar en que Donald Trump y Vladimir Putin congeniarán y que habrá más respeto recíproco en las relaciones bilaterales que el que hubo durante la administración de Barack Obama.
"Al menos, Trump ha dicho estar dispuesto al diálogo", manifestó Peskov, advirtiendo, eso sí, que ello no significa que deben estar de acuerdo en todo. "Difícilmente eso es posible", reconoció, y Moscú no espera tanto, pero "el diálogo es la base de la esperanza y podría ayudarnos a ambos países a encontrar la solución de muchos problemas complejos", concluyó.
El Ministerio de Defensa ruso, por su parte, desmintió categóricamente las informaciones de la cadena estadounidense Fox, según las cuales, contrariamente a lo anunciado por Putin, Moscú estaría reforzando su presencia militar en Siria. Según este medio, el lunes pasado llegaron a la base Jmeimim, en la provincia de Latakia, cuatro nuevos cazas Su-25 que habían repostado combustible en Irán. Al mismo tiempo, llegó supuestamente un grupo de soldados por contrato, algunos provenientes de Chechenia.
El general mayor Ígor Konanshénkov, representante oficial de Defensa, calificó de "bulo" la noticia y aseguró que, por el contrario, están disminuyendo el contingente ruso en Siria. Recordó al respecto que el portaaviones Almirante Kuznetsov, con más de 40 cazabombarderos a bordo, está navegando con destino a su base en Severemorsk, en el norte de Rusia. Además, el general anunció que cuatro bombarderos Su-24 habían abandonado la base de Jmeimim y regresado definitivamente a territorio ruso y que próximamente continuará la reducción tanto del número de aviones como de personal. Konashénkov reconoció, sin embargo, que periódicamente se produce una rotación de aparatos y efectivos: unos llegan y otros se van.
Mientras, el primer ministro Dmitri Medvédev se refirió a la "drástica politización de las relaciones económicas internacionales", que conduce a "medidas de fuerza, sanciones y barreras políticamente motivadas", todo lo cual se convierte en factores que causan una "permanente tensión en el mundo". Medvédev —que intervino en el Foro Gaidar, que lleva su nombre en homenaje al artífice de las reformas liberales de la nueva Rusia, Yegor Gaidar— mostraba con esas palabras su irritación por las sanciones económicas que Estados Unidos, la Unión Europea y otros países han impuesto a Rusia por su actuación en Ucrania.
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