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El Despacho Oval de la Quinta Avenida sale caro

Trump vive y trabaja en un edificio abierto al público en el eje comercial más famoso del mundo. Nueva York pide ayuda para costear la protección

La policía vigila la torre Trump en Nueva York.Foto: atlas | Vídeo: AFP | ATLAS
Amanda Mars
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Cuando Donald Trump empezó a construir la Torre Trump en la Quinta Avenida de Nueva York, en los años setenta, criticaron mucho la estética del edificio: excesiva, algo vulgar. Él lo sabía, pero le daba igual: “Al público le gustaba. No me refiero al tipo de persona que heredó su fortuna hace 175 años, me refiero al italiano adinerado con la esposa guapa y el Ferrari rojo. Esos venían en manadas”, decía el empresario en los ochenta. Treinta años después, ese rascacielos plagado de dorados y mármoles brillantes, ubicado en el eje comercial más famoso del mundo, se ha convertido en una suerte de Despacho Oval interino.

Es una Casa Blanca abierta al público, con la puerta flanqueada por la joyería Tiffany y la boutique Gucci, y su propio bazar dentro para souvenires del sello Trump. Los perfumes Éxito e Imperio salen por 78 dólares, las gorras de golf por 30 y las corbatas por 60 (hay ofertas de dos por 100 dólares). También se venden los libros del magnate y hay una línea de ropa infantil con una suerte de escudo de armas dorado bordado de los Trump.

Las gorras y las corbatas están fabricadas en Bangladesh y China, respectivamente, pero estaban allí ya antes de que el presidente electo, Donald Trump, prometiera mano dura contra las empresas que se lleven la producción fuera de Estados Unidos y perjudiquen al obrero americano.

Los agentes con rifles de asalto se mezclan con los medios de comunicación y los turistas dentro del edificio, mientras entran y salen diversos políticos y jefes de Gobierno. Entre tanto vaivén, Trump va conformando el futuro Gobierno estadounidense. Varias manzanas alrededor del edificio están valladas y el recorrido para entrar a pie en la torre se altera cada día por motivos de seguridad, lo que genera un caos adicional en plenas fechas de compras navideñas.

El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, está que trina, calcula que el tinglado le está saliendo a la ciudad por cerca de medio millón de dólares diarios, solo en concepto de costes municipales, sin contar el servicio secreto, por ejemplo. “Esta es una situación sin precedentes, un presidente electo que vive y trabaja en el mismo sitio, lo que ya es poco frecuente para empezar, y que es en pleno centro de Manhattan, en una de las intersecciones más bulliciosas de América”, se quejaba este miércoles.

Lo más cerca que estuvo Nueva York de una situación semejante fue cuando Nelson A. Rockefeller —tercera generación de la saga— quiso ser presidente en los sesenta. Puso el cuartel general de su campaña en el Centro Rockefeller, a pocos bloques de donde hoy está la Torre Trump, pero perdió tres veces la candidatura entre los republicanos, una contra Barry Goldwater y dos frente a Richard Nixon.

De Blasio, demócrata, ha pedido al Congreso y al Gobierno federal los 35 millones que le va a costar el dispositivo desde la noche electoral y hasta el 20 de enero, cuando se inaugura la presidencia y Trump se mude a la Casa Blanca (la de verdad, la de Washington). Pero esa manzana de la Quinta Avenida ya no será la de antes, pues la primera dama, Melania, y el hijo de ambos podrían permanecer en la ciudad hasta que el niño acabe el curso escolar. Según la prensa local, además, el presidente y su esposa pretenden pasar muchos fines de semana en su apartamento de Manhattan.

Trump ha prometido acercar el poder a la gente. Esto puede parecerse. Uno puede ser vecino del presidente por unos cuantos de los grandes. La web inmobiliaria CityRealty anuncia apartamentos en el edificio, de una habitación, por 5.250 dólares mensuales y de dos por 10.000 (forma parte de la gama alta del mercado, pero no es desorbitado en los parámetros que se manejan en Manhattan). Y ahora, además, una seguridad de nivel presidencial entra dentro del precio.

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Sobre la firma

Amanda Mars
Directora de CincoDías y subdirectora de información económica de El País. Ligada a El País desde 2006, empezó en la delegación de Barcelona y fue redactora y subjefa de la sección de Economía en Madrid, así como corresponsal en Nueva York y Washington (2015-2022). Antes, trabajó en La Gaceta de los Negocios y en la agencia Europa Press

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