Obama y Peña Nieto acuerdan atar las relaciones antes de Trump
Los presidentes se comprometen a “solidificar” la relación bilateral para que "perdure"
El futuro de las relaciones entre México y Estados Unidos pasa, inexorablemente, por Donald Trump. Pero quedan aún dos meses de administración demócrata y algunas cosas se pueden intentar dejar mejor amarradas. Eso es lo que han acordado este lunes los presidentes Barack Obama y Enrique Peña Nieto en una llamada telefónica efectuada poco antes de la partida del mandatario estadounidense en su última gira internacional.
En su conversación, Obama aseguró que Estados Unidos “valora y depende de la relación y colaboración con México”, dijo la Casa Blanca en un comunicado. Y por ello, agregó, ambos acordaron “seguir tomando medidas para solidificar la relación e institucionalizar los mecanismos de cooperación que se han creado con apoyo bipartidista”. El objetivo, agrega el breve escrito, es “asegurar que la relación fuerte y mutuamente beneficiosa” entre los dos países, “perdure”.
El comunicado se ajusta al lenguaje diplomático. No contiene tampoco ni una mención, ni directa ni indirecta, al próximo inquilino de la Casa Blanca, el republicano Trump. No hace falta. Obama ha querido mandar una señal clara tanto al otro lado de la frontera sur como dentro de Washington —las relaciones bilaterales tienen un “apoyo bipartidista”, como recalca en su escrito— de la importancia del socio político, comercial y social que es México, un país profundamente sacudido por la victoria del candidato que ha insultado constantemente a los mexicanos, ha prometido construir un muro fronterizo —aunque ahora acepte que pueda ser una valla— y que quiere renegociar el acuerdo comercial común, el NAFTA.
La conversación ha tenido lugar justo antes de la partida de Obama hacia Grecia, Alemania y Perú, país en el que previsiblemente los dos mandatarios podrán hablar de forma directa, en el marco de la cumbre de la APEC que los reúne en el país andino.
En una fecha aún no especificada, Peña Nieto celebrará también su segundo encuentro con Trump, ya este como presidente electo. La primera cita, en agosto, fue calamitosa para el presidente mexicano, que recibió enormes críticas por recibir al candidato Trump en Los Pinos. Horas después de la entrevista, Trump volvió a asegurar en un mitin en Arizona que construiría el muro con México y se lo hará pagar al vecino del sur.
Un día después de las elecciones estadounidenses, Peña Nieto llamó al presidente electo, con quien dijo después que mantuvo una conversación “cordial” en la que quedó en reunirse una vez más con Trump antes de que este asuma el Gobierno estadounidense, el 20 de enero. El objetivo será abrir “un nuevo capítulo de confianza y respeto mutuo” entre los dos países”, aseguró. Dos días más tarde, Trump daba su primera entrevista televisiva tras su victoria, al programa “60 Minutes”, que se emitió el domingo. En ella, pareció suavizar un poco su postura al decir que podría construir una valla en vez de un muro con México. A la vez, sin embargo, reiteró su intención de deportar o encarcelar lo antes posible a entre dos y tres millones de indocumentados con antecedentes delictivos.
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