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Los ‘millennials’ a las urnas: largas filas y pizza

El voto de los más jóvenes es crucial. Incluso Obama entra al campo

Pizza para después de votar en Winsconsin (EE UU).
Pizza para después de votar en Winsconsin (EE UU).R. M

"Pizza gratis", promete un cartel a la entrada de la sede electoral para el voto anticipado, establecido en la residencia de la Universidad de Wisconsin en Madison. Desde su apertura, la cola de los jóvenes votantes es larguísima. Las dos voluntarias de la asociación estudiantil que se ha inventado este pequeño "incentivo" de una pizza después de votar dicen que en las últimas 3 horas han pasado al menos 300 estudiantes. En la entrada no se hace ninguna ceremonia; se intenta que todo el mundo vote. "¿No tienes el carnet de conducir de Wisconsin? ¿Tienes algún documento? Busca uno y vuelve mañana." La introducción de la obligación de un documento de identificación es relativamente nueva, la han querido los republicanos (este estado lo gobierna un GOP de hierro, Scott Walker), también para desalentar el voto de las minorías y de los jóvenes.

Los chicos de la sede universitaria no parecen particularmente emocionados por su primer voto. "Ha sido una campaña tan sucia, que se nos han quitado las ganas", dice Mark, de 19 años. Aquí, la mayoría ha votado a Hillary Clinton. Dos chicas que votan por primera vez nos explican por qué: "Trump da miedo por la manera en que difunde odio —dice Caterine T.—. Incluso a mí, que soy una chica blanca del norte del país, y con todo, soy judía y me da miedo su antisemitismo". Se hace eco de ello su compañera de habitación Shine: "Difunde miedo para ganar las elecciones, es peligroso". Los chicos coinciden en que tras las elecciones, quienquiera que gane, el daño en la convivencia civil será permanente: "Ha convertido en aceptable un lenguaje y un comportamiento racista que no lo eran". Pero Caterine, a sus 19 años, tiene una petición: "Me gustaría que los chicos que se sienten enfadados en estas elecciones se informen, lean de qué estamos hablando".

El hecho de que los millennials vayan a votar es esencial para Hillary Clinton. Lo sabe bien el presidente tal vez más querido por los chicos. A siete días de las elecciones, Barack Obama presiona la tecla de los más jóvenes, sabiendo que Clinton no es exactamente una cautivadora y que existe el riesgo de que los huérfanos de Bernie Sanders se sientan demasiado disgustados como para ir a votar. "Los jóvenes son los que tienen más intereses en juego en estas elecciones —dijo en el programa de televisión para jóvenes Full Frontal—. Espero que invirtáis un poco de vuestro tiempo para ir a votar, así como lo invertís en mirar gatitos en vuestros teléfonos". Obama es consciente del papel central de las redes sociales y hoy incluso ha concedido la primera entrevista vía Snapchat de un presidente de Estados Unidos, en el canal "Good Luck America". "Los chicos necesitan mensajes rápidos", explica en las snap, y luego se deja fotografiar mientras intenta usar las redes sociales, consideradas "difíciles" por los más mayores: "Si yo puedo, puede todo el mundo".

Hasta ahora, Hillary Clinton ha tenido una gran ventaja sobre Donald Trump en los sondeos. En las encuestas recientes, realizadas antes de la investigación del FBI sobre sus correos electrónicos, el margen se ha reducido (del 68 al 62% entre los votantes de entre 18 y 34 años). Todavía alto, pero el peligro es la abstención. Y una pizza podría no ser suficiente.

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