Once detenidos en Marruecos por la muerte del vendedor ambulante de pescado
Entre los arrestados por el fallecimiento de Fikri, que ha desatado grandes protestas, hay dos policías y tres funcionarios
Once personas han sido detenidas y presentadas ante el juez de instrucción por su implicación en la muerte el pasado viernes de un joven vendedor ambulante de pescado, que fue aplastado dentro de un camión de basura en la ciudad de Alhucemas, en el norte de Marruecos. Entre los arrestados hay dos policías y tres funcionarios. Los detenidos están acusados de falsedad en documento público y homicidio involuntario, según ha informado este martes el procurador general (fiscal) en un comunicado.
La violenta muerte de Hocín Fikri, de 31 años, que falleció triturado por un camión de la basura cuando trataba de recuperar la mercancía que le había confiscado la policía, ha suscitado una oleada de protestas en todo el país y, principalmente en Alhucemas, donde ayer miles de personas se manifestaron hasta la noche y por tercer día consecutivo, para que se castigue a los culpables de los hechos.
El comunicado de la Procuraduría hace un pormenorizado relato de los hechos del viernes, según el cual, Fikri compró 500 kilos de pez espada a varios pescadores del puerto de Alhucemas, pese a que durante octubre y noviembre su pesca está prohibida.
La carga ilegal fue descubierta dentro de la ciudad y los representantes del ministerio de Pesca ordenaron su destrucción en el lugar, para lo que se llamó a un camión de recogida de basura; entonces, Fikri se metió dentro del camión para impedirlo junto a dos amigos.
En ese momento, alguien —no está claro quién— puso en marcha el mecanismo compresor de basuras dentro del camión, momento en que los dos amigos pudieron saltar del vehículo. Fikri no lo logró y fue aplastado por las planchas compresoras dentro del camión.
La tesis del procurador es que se trató de un homicidio involuntario y que se produjo, además, tras una serie de irregularidades administrativas. No está claro, sin embargo, si estas detenciones servirán para acallar la oleada de protestas ante un caso más de "hogra", como se conoce en Marruecos a la opresión del ciudadano corriente por el Estado.
Algunos han visto en el caso de Fikri elementos similares al de Mohamed Bouazizi, el vendedor ambulante tunecino que se suicidó quemándose a lo bonzo cuando la policía confiscó su mercancía a finales de 2010, y que generó una oleada de protestas en el país y en toda la región en la llamada primavera árabe.
Este año se han registrado varias muertes que recuerdan a la del tunecino Mohamed Bouazizi, cuando le confiscaron su mercancía en diciembre de 2010. El pasado 9 de abril un funcionario de Kenitra, a 40 kilómetros de Rabat, le arrebató el puesto de crepes a la vendedora ambulante Mi Fatiha (Madre Fatiha). En realidad no solo le confiscó el puesto, sino que la despojó también del pañuelo que llevaba en la cabeza.
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