Un exiliado cubano compara a Trump con Castro
En la Pequeña Habana, en Miami, la gente espera que se lleven a cabo reformas en Cuba
Arturo se ríe cuando un hombre tiene un ataque de rabia en una mesa de juego del parque de dominó de Miami, en la Pequeña Habana y coge la pequeña ficha negra de madera por la punta y la tira al suelo. Arturo traduce la perorata en español cubano del hombre enfadado. "Se queja porque los demás no han seguido las reglas". "Ha perdido a lo grande".
Por un momento llama la atención de muchos otros, particularmente de los señores mayores y de las pocas mujeres que están en las aproximadamente 10 mesas de dominó y de ajedrez que hay aquí en la Calle Ocho, que es el centro social de los exiliados cubanos de Florida. Pero los jugadores sonríen, su amigo indignado se acerca con risas de disculpa, coloca de nuevo las fichas de dominó y el idilio de la pacífica tarde continúa hacia el próximo negocio con el sonido de la rumba.
Arturo, cerca de los 40 y de complexión fuerte, viene aquí casi todas las tardes desde que dejó Cuba hace medio año. "Aquí me encuentro con mis amigos y escucho noticias de mi país". Puede volar a Cuba para visitar a sus padres y hermanas. Ya no es difícil, desde que el presidente Obama anunciara hace dos años que se normalizaban las relaciones entre Washington y La Habana. Pero el billete es caro. "El año que viene también vendrá mi hermano. Quiere venir, mientras que los cubanos puedan obtener la ciudadanía estadounidense sin problemas. Esto terminará cuando en Cuba se lleven a cabo reformas".
También opina así Omar López Montenegro, Directo de cuestiones relacio-nadas con los Derechos Humanos de la Fundación Nacional Cubano Americana (CANF, por sus siglas en inglés), que prácticamente no ve ningún cambio. "No ha cambiado nada en Cuba. La gente va a la cárcel por expresar su opinión, los partidos políticos no están permitidos" aclara López durante la conversación. La constitución garantiza el monopolio del partido comunista. "Hay prisioneros políticos como antes". Muchos están en la cárcel y otros bajo arresto domiciliario. Pero a diferencia de como era antes, los disidentes son encerrados no durante años sino cada vez más durante varios días, lo que hace que las organizaciones pro derechos humanos lo tengan más difícil para denunciar estos casos. López fue arrestado en los años 90 en Cuba y sufrió torturas por parte de las fuerzas de seguridad antes de que fuera expulsado a los Estados Unidos. "Las esperanzas de cambio del gobierno estadounidense en Cuba no se han cumplido", añade López.
Francisco José Hernández, presidente de la CANF y más conocido como Pepe, una leyenda viva de la lucha de la oposición cubana contra el dominio primero de Fidel, y luego de Raúl Castro, alberga pocas esperanzas, "porque el régimen no se basa en la modernización sino en el poder". Pepe conoció al líder de la revolución Fidel Castro durante la caída del régimen de Batista y, más tarde, luchó en las filas de la marina estadounidense contra la nueva dictadura. ¿A quién va a votar? Pepe, que antes era un firme defensor de los republicanos, contesta de forma muy clara. "Nunca votaría a un hombre que muestra tan poco respeto a la institución del presidente", dice el señor de 80 años en la entrevista en la sede de la CANF en la Calle Ocho. Y tras una breve reflexión añade: "Siendo honesto, a veces, cuando escucho a Trump, me recuerda a Castro en sus primeros meses en Cuba. Él también intentaba ridiculizar a la gente, dividirla y decir que todo en Cuba iba mal, en vez de lo que sí iba bien. Y eso es lo que también veo en Trump".
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