Israel intercepta un barco con activistas propalestinas frente a las costas de Gaza

La Marina israelí ha interceptado este miércoles frente a las costas de Gaza al barco Zaytuna-Oliva, a bordo del que viajaban una docena de mujeres activistas propalestinas de varios países, según confirmaron fuentes de la ONG Rumbo a Gaza y del Ejército israelí. La intención de las activistas, que zarparon de Barcelona hace tres semanas, era romper el bloqueo a la Franja. Entre ellas se encuentran la norirlandesa Mairead Maguire, premio Nobel de la Paz, y la fotógrafa española Sandra Barrilaro. Otras tripulantes son la excoronel del Ejército de Estados Unidos Ann Wright y la diputada argelina Samira Douaifia.

"De acuerdo con las órdenes del Gobierno y tras agotar los canales diplomáticos, la Armada israelí ha redirigido la embarcación para impedir que se violase el bloqueo marítimo legal. El abordaje y el registro del barco se desarrollaron sin incidentes", rezaba el comunicado difundido por la oficina del portavoz de las Fuerzas Armadas. Tras el asalto, que se produjo a unas 35 millas náuticas (unos 65 kilómetros) del enclave, el velero fue conducido al cercano puerto de Ashdod (al sur de Tel Aviv).

Navíos militares se hallaban desde horas antes en estado de alerta en epara cerrar el paso al navío de la campaña denominada Flotilla de la Libertad. El Zaytuna-Oliva se aproximó a las costas de Gaza más que en anteriores ediciones de la flotilla. Israel suele interceptar las embarcaciones que intentan romper el bloqueo naval a Gaza cuando se adentran en una zona situada a 100 millas de distancia de la costa.

La iniciativa de las activistas —definida en su página web como “una denuncia ante la inacción de la comunidad internacional” ante el bloqueo israelí a Gaza— concluirá previsiblemente con su posterior deportación por vía aérea. Así ocurrió el año pasado, cuando un comando de la Armada interceptó el pesquero sueco Mariane cuando intentaba dirigirse a la Franja. En 2010, sin embargo, el abordaje en altamar de la flotilla integrada por el buque Mavi Marmara y otras embarcaciones se saldó con la muerte de 10 ciudadanos turcos, una ola de condenas internacionales y la congelación de las relaciones entre Turquía e Israel durante casi seis años.

El Gobierno español ha trasladado a las autoridades de Israel, a través de su Embajada en Madrid, su defensa de los principios del derecho internacional sobre la libre navegación, después de que el Ejército israelí interceptara en aguas internacionales el Zaytuna-Oliva, informa Efe. El Ministerio de Asuntos Exteriores advirtió de que se debe actuar con máxima contención y respeto de los derechos de las personas, y poder prestar la asistencia consular sin obstáculos ni dilaciones. El Ayuntamiento de Barcelona ha pedido al ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, que "realice las gestiones necesarias" para proteger la integridad del grupo de mujeres de la embarcación.

El Zaytuna-Oliva iba a viajar hacia el enclave palestino acompañado por el velero Amal, que resultó inopinadamente averiado en el puerto de Barcelona. La organización fletó otro barco al que bautizó como Amal II, que no pudo completar su tripulación a causa de los retrasos acumulados y quedó fondeado en el puerto siciliano de Palermo. Los organizadores airearon entonces sus sospechas sobre un posible sabotaje de la embarcación.

Esta es la cuarta edición anual de la campaña de la flotilla tras el asalto al Mavi Marmara. "La Armada israelí ha vuelto a actuar con total impunidad y contra toda legalidad internacional, asaltando un barco civil que navegaba hacia a Gaza en aguas internacionales del Mediterráneo", asegura un comunicado de Rumbo a Gaza.

Los 1,8 millones de habitantes de Gaza permanecen bloqueados y sin libertad de movimientos des desde 2007, cuando el movimiento islamista se hizo con el poder en la Franja, tras ganar las elecciones legislativas palestina y desalojar por la fuerza a Fatah (el partido del presidente palestino, Mahmud Abbas) de la Administración.

Desde entonces el territorio ha vivido tres guerras con Israel. La última duró 50 días en el verano de 2014 y se cobró 2.200 muertos palestinos (frente a 73 israelíes) y la destrucción de 18.000 viviendas. El deterioro de la economía de Gaza ha situado la tasa de desempleo en el 43,9%, la más alta registrada en la actualidad por el Banco Mundial.