La protesta del camarero de Harrisburg: “Hay que cambiar este sistema”
El 40% de los jóvenes estadounidenses está dispuesto a votar a un tercer candidato
"Lo sé, la gente dice que desperdicio mi voto. Pero estoy cansado de elegir el mal menor: no votaré a Hillary. Trump me horroriza, pero ella no es mejor. Votaré verde: Jill Stein". Kenny Limppo, de 29 años, es el manager del céntrico Little Amps, parte de una cadena de cafeterías abierta por una banda de rock local, donde también venden vinilos y que se ha convertido en el centro de la vida cultural de la capital de Pensilvania.
Decepcionado por el giro clintoniano de Bernie Sanders, pertenece a ese 40% de jóvenes menores de treinta que, según la reciente encuesta de McClatchy–Marist, votará en las presidenciales a un candidato alternativo: a la verde Jill Stein o al liberal Gary Johnson.
A riesgo de perjudicar seriamente un desafío que pende, cada vez más, de un hilo. Y desde Harrisburg, donde se han trasladado muchos jóvenes atraídos por el bajo coste de la vida como consecuencia de la crisis que ha golpeado a la ciudad en los últimos años, podría llegar un mensaje claro: "Estados Unidos no puede seguir teniendo un sistema electoral donde o estás a favor o estás en contra. Hasta ahora, he votado a Obama. No siempre estoy de acuerdo con él, pero lo respeto. A Hillary no, es una mentirosa".
Sin embargo, apenas anteayer Sanders lanzó el enésimo llamamiento a los jóvenes a no dejar a Estados Unidos en manos de Trump. Pero para Kenny no es suficiente: "Aquí hay un problema de representación y nadie sabe cómo cambiar las cosas. Por eso, el mío, es un voto de protesta".
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