La pequeña isla en el país de Trump

En chancletas y con las mochilas repletas deambulan los estudiantes por la avenida. Frente a la biblioteca se ha reunido un grupo que, tiza en mano, garabatea los anuncios de actividades en el asfalto. Aquí todo el mundo se siente comprometido. También en la política.

Es lo que necesita Lawrence. Los jóvenes no están satisfechos con la forma en que gobiernan su Estado. La ciudad universitaria es la única mancha demócrata en todo Kansas. Donald Trump no encuentra en esta burbuja ni una sola palabra amable: le llaman "payaso" o "idiota". Kansas es uno de los tantos estados en donde prevalece el principio de que The winner takes all (el ganador se lo lleva todo). Teniendo en cuenta que la mayoría votará a los republicanos, el voto de los estudiantes apenas tendrá importancia. No obstante, votan. Es cuestión de principios, dicen en el campus. Y nos sirve para expresar nuestra voluntad.

Gavin es uno de los tantos estudiantes de Lawrence implicados en la causa política. Para el joven de 20 años, lo más importante este año es impedir que Trump llegue al poder: "Es una amenaza para la globalización y perjudica a nuestro país". A él también le aterroriza Trump: "Difunde el racismo en Estados Unidos".

El campus conoció este año cuán molesta puede resultar la política. El Gobierno de Kansas, en su mayoría republicano, decidió permitir nuevamente las armas en el auditorio. Para los estudiantes esto es un escándalo. "No queremos eso", dice Brooke, estudiante de Filosofía e Historia. Su compañero de estudios Dan está de acuerdo con ella: "Si se permite, seguramente habrá idiotas que se paseen con sus armas por el auditorio".