El muro para parar a Trump y los genios del coche sin conductor
Pittsburgh invadida por la gente de Uber: esperando a 'The Donald'
"Si gana Trump, será Canadá quien construirá un muro: para detener a los americanos que intentarán escapar". Alan, Eric y Josh están eufóricos: y Alan, procedente de Canadá, les toma el pelo a sus colegas yanquis.
Los coches sin conductor que desde hace pocos días navegan por Pittsburgh —Ford Fusion llenos de láseres, videocámaras y sensores— son también obra de ellos. Y al final del evento Uber en el Ace Hotel en East Liberty —el último puesto fronterizo de la cadena, famosa por transformar áreas semi abandonadas en lugares de tendencia—, tampoco los tres ingenieros se lo terminan de creer. "Diseñamos chips microscópicos: es increíble ver que tu minúsculo trabajo se convierte en un coche que se conduce solo. Si todavía hay un conductor es solamente porque la ley va por detrás de la tecnología".
Esa tecnología que ha salvado a Pittsburgh del declive. La crisis del sector siderúrgico la había convertido en una ciudad fantasma, pero los precios asequibles (un piso cuesta unos 100.000 euros) y el departamento de robótica de la Universidad Carnegie Mellon han atraído a personas cada vez más jóvenes a la ciudad de Andy Warhol y Keith Haring.
Así llegaron Google, Facebook y Uber. ¿Durará? "Mi mujer, explica Josh —que vive en California y viene aquí una semana al mes— está tan preocupada", que cada vez que vuelvo me dice: "¡Tenemos que dar más dinero a la campaña de Hillary!" Y yo: "Pero no tenemos tanto dinero. Aun así, siempre termino extendiendo el cheque". La democracia es la última cosa que queda que no se conduce sola.
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