Inglaterra forma parte de Europa, no importa la niebla en el Canal
La historia de las islas británicas y del continente europeo está profundamente unida
Los campos de Picardía, en el norte de Francia, están sembrados de cementerios británicos. Miles de soldados ingleses, irlandeses y galeses reposan allí, incluso se pueden encontrar tumbas con la siniestra inscripción shot at dawn, fusilados al amanecer, jóvenes que desertaron o simplemente se perdieron en la batalla, y acabaron ante un pelotón de ejecución. Muchas de ellas corresponden a una sola batalla, el Somme, de la que se conmemora el centenario el próximo viernes con una ceremonia oficial. Aquella batalla, la más sangrienta de la historia del Reino Unido, con 20.000 bajas en los seis primeros minutos, simboliza no solo el compromiso británico con Europa, sino algo que va mucho más allá: la profundidad de la historia compartida entre las dos orillas del canal de la Mancha, puesta hoy en duda con el resultado del referéndum sobre el Brexit.
Uno de los soldados que se encontraban en las trincheras del Somme se llamaba J.R.R. Tolkien y del horror que contempló aquellos primeros días de julio surgió la idea de escribir El señor de los anillos, en el que refleja la existencia de un mal absoluto que encarnó en Mordor. En el lado alemán lucharon Ernst Jünger, que reflejó la batalla en su obra más famosa, Tempestades de acero. También resultó herido en el muslo izquierdo por la explosión de un obús un cabo cuya huella siniestra marcó la historia de Europa durante el siglo XX: Adolf Hitler. "Los oficiales novatos mueren por decenas, cada minuto", escribió el autor de El señor de los anillos sobre aquel enfrentamiento.
Pero no hace falta recurrir a la primera o la segunda Guerras Mundiales para evaluar la profundidad de la historia compartida entre Reino Unido y Europa. Las islas británicas forman parte geográficamente del continente, de eso no hay duda, pero su relación va mucho allá, es tan enmarañada como una hiedra que se mete en cada rincón de la pared de un caserón campestre. No importa que conduzcan con el volante a la derecha y que no hayan adoptado el sistema métrico, ni siquiera lo que hayan votado el jueves, no se puede concebir el Reino Unido sin Europa ni viceversa. No importa el rincón de la historia británica que se visite, desde la Prehistoria o los celtas hasta los Beatles, el thatcherismo o el movimiento contra la guerra de Irak que Ian McEwan, defensor de la historia común durante la campaña, narró en su novela Sábado: lo que ocurre al otro lado del canal siempre está presente.
Bayeux, una bella ciudad del norte de Francia, salvó su impresionante casco histórico medieval porque fue conquistada por los aliados el mismo día del desembarco de Normandía, el 6 de junio de 1944, antes de la contraofensiva alemana. El Día D, la mayor operación naval de la historia, fue lanzada desde la costa de Inglaterra. Un museo alberga una de las obras de arte más importantes de la Edad Media europea, la tapicería de Bayeux, considerada el primer cómic de la historia, que relata la conquista de Inglaterra por el rey normando Guillermo el Conquistador tras la batalla de Hastings (1066).
Mousehole, en la costa de Cornualles (en la punta suroeste de Inglaterra), es hoy una pequeña localidad turística, de intrincadas calles, en la que aparcar en verano resulta una pesadilla mientras las gaviotas se lanzan en picado contra el fish and chips de los incautos turistas. Es uno de esos pueblos de tarjeta postal, de fotografía de caja de bombones, dicen los ingleses. Sin embargo, tanto Mousehole como la cercana Penzance fueron arrasados durante una incursión de tropas españolas en agosto de 1595. Todavía unas cuantas placas en las calles recuerdan esta batalla.
Maryport es una tranquila, aunque bastante deprimida, ciudad costera del norte de Inglaterra, cerca de la frontera con Escocia, donde ha ganado el sí al Brexit. Se encuentra en la punta oeste del Muro de Adriano, el monumento romano más impresionante de Inglaterra. Las excavaciones en la antigua Alauna, su nombre latino, han revelado que allí estaba destacada la I Cohorte Hispanorum, movilizada desde Hispania para la conquista de Britania, con su famosa caballería astur. La profesora de Cambridge Mary Beard, firme defensora del sí, prometió interesarse por esta cohorte después de recibir en junio el premio Princesa de Asturias de Humanidades por su contribución a la comprensión del mundo romano.
La otra gran ruptura con el continente, la reforma anglicana decretada por Enrique VIII en el siglo XVI que emancipó a la Iglesia de Inglaterra del Papado, formaba parte en realidad de un gran movimiento europeo: la reforma protestante impulsada por Calvino (un francés nacido precisamente en Picardía) y Lutero (un alemán). Aunque pueda parecer una paradoja, la ruptura de Enrique VIII unió, más que separó, a Inglaterra con Europa, que vivió las mismas guerras de religión que el resto del continente.
Somme, Bayeux, Mousehole, Maryport son sólo unos pocos ejemplos escogidos casi al azar. No importa la niebla que haya en el canal, y este viernes es especialmente intensa: el Reino Unido forma parte de Europa.
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