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Detenido un exministro de Lula y Rousseff en una operación anticorrupción

El Partido de los Trabajadores está implicado en un nuevo escándalo de desvío de dinero

Sede nacional del PT en São Paulo.
Sede nacional del PT en São Paulo.Agência Brasil

El maltrecho Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil ha recibido este jueves un nuevo golpe con la detención de Paulo Bernardo, exministro de los Gobiernos de Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff. El político ha entrado la tarde del jueves en prisión preventiva, acusado de formar parte de una compleja trama corrupta vinculada al caso Petrobras.

Los investigadores de la Operación Coste Brasil (una desviación de la Operación Lava Jato, que investiga la corrupción en la petrolera estatal) creen haber descubierto una estrategia de desvío de fondos a paso de hormiga. En Brasil, los trabajadores públicos pueden pedir el llamado “préstamo consignado”, un crédito que automáticamente es descontado mensualmente de su salario. Según la investigación del Ministerio Público Federal, Policía Federal y Hacienda, de cada parcela de préstamo que pagaban los funcionarios, la trama desviaba casi 90 centavos de real, con lo que a lo largo de seis años el valor suma 100 millones de reales (casi 30 millones de dólares). Las sospechas salpican al PT, además de a trabajadores del Ministerio de Planificación, donde operaba la trama.

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Las investigaciones apuntan que el desvío comenzó a finales de 2009, tras la contratación de la empresa de tecnología Consist Software para acabar con un error en el sistema informático de pagos. La compañía supuestamente desviaba a la trama de corrupción el 70% del valor que ganaba con las tasas de operación. Según los investigadores, Paulo Bernardo se quedaba, a su vez, con un 9,5% de esa cantidad, pero cuando dejó de ser ministro de Planificación y asumió la cartera de Comunicaciones, en 2011, ese valor fue reducido por la mitad y, algún tiempo después, por la mitad de nuevo. Bernardo recibió, en total, unos siete millones de reales (aproximadamente dos millones de dólares) mientras que el PT se quedó, a su vez, con hasta 11 millones de reales, de acuerdo con la investigación.

El escándalo estalló tras la confesión de Alexandre Romano, un concejal del municipio de Americana (interior de São Paulo) que fue detenido en agosto de 2015. Romano, que ha llegado a un acuerdo para confesar a cambio de rebajas en su condena, afirmó que recibía dinero de origen irregular del Ministerio de Planificación. Además de detener a Bernardo, los agentes han trasladado este jueves a comisaría a Carlos Gabas, otro exministro del Gobierno Lula (Previsión Social) y Rousseff (Aviación Civil) y al periodista Leonardo Attuch, editor del portal de noticias Brasil 247.

La cúpula nacional del PT se ha apresurado a calificar la operación de “mediática e innecesaria”. El exministro Paulo Bernardo es, además de una figura relevante del partido de izquierdas, el marido de la senadora del PT Gleisi Hoffman, también exministra del Gobierno Rousseff y actualmente una de sus principales defensoras en el proceso de impeachment en su contra. La prisión de Bernardo echa mpas leña al fuego: faltan menos de dos meses para que el Senado tomen una decisión final sobre la destitución presidencial, y este escándalo puede influir en los parlamentarios. Rousseff, apartada del poder desde el 12 de mayo, necesita 54 de los 81 votos del pleno para recuperar la presidencia. Los representantes del PT en Senado han publicado un comunicado en el que califican de “extraño” que las acusaciones contra Bernardo lleguen “en el momento en que la nación conoce hechos gravísimos de corrupción que alcanzan directamente al Gobierno provisional”. En las últimas semanas, el presidente interino Michel Temer, del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), que asumió el poder tras la suspensión temporal de Rousseff, estaba en la mira después de que tres ministros cayeran por estar implicados en el escándalo de Petrobras o ser sospechosos de intentar obstaculizar las investigaciones anticorrupción. 

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