Colombia enfila la recta final del proceso de paz y ultima el cese al fuego con las FARC
Las conversaciones entre ambas partes se extenderán desde este martes hasta al menos el 5 de julio
El proceso de paz de Colombia afronta una de sus semanas más decisivas desde que se iniciasen las conversaciones entre el Gobierno y las FARC hace más de tres años y medio. Los negociadores ultiman el anuncio de una hoja de ruta para implementar el cese al fuego bilateral. Las conversaciones entre ambas partes se extenderán desde este martes hasta al menos el 5 de julio con el fin de lograr un acuerdo definitivo, o al menos dejar cerrado los asuntos más relevantes. El lunes en la tarde, el presidente, Juan Manuel Santos, aseguró que confía en haber firmado la paz con las FARC para el 20 de julio, día de la Independencia de Colombia.
La delegación del Gobierno tenía previsto llegar este martes a La Habana para iniciar un nuevo ciclo de conversaciones. Según varias fuentes de lado y lado, ambas partes confían en anunciar en las próximas horas una hoja de ruta para consolidar el cese bilateral del fuego y las hostilidades, es decir, el fin de una guerra de más de 50 años que ha dejado cerca de ocho millones de víctimas. El acuerdo no implicaría que el cese se adoptase de inmediato, ya que, según los conocedores de las conversaciones, solo entraría en vigor tras el acuerdo definitivo.
Además, los negociadores han avanzado notablemente en lo que respecta a las zonas de concentración de los guerrilleros, la dejación de armas por parte de las FARC, así como un acuerdo de lucha contra el paramilitarismo y las garantías de seguridad de la guerrilla, aspectos que completarían el anuncio de las próximas horas, previsiblemente el jueves incluso con la presencia en La Habana del presidente, Juan Manuel Santos, un aspecto que desde el Gobierno no han confirmado de forma oficial.
Todos estos acuerdos serían, realmente, los últimos de gran calado antes de la firma definitiva de la paz con las FARC. “Yo creo que ya para el 20 de julio habremos podido cerrar las negociaciones en La Habana y ahí entrar en una etapa nueva para el país”, aseguró Santos el pasado lunes por la tarde tras reunirse con varias formaciones políticas que respaldan el proceso. Para esa fecha, el presidente confía en que la Corte Constitucional haya aprobado la celebración del plebiscito –la consulta que ha prometido a los ciudadanos para refrendar el acuerdo- y que estén listos los mecanismos jurídicos para aplicar la mayor parte de los pactos alcanzados en La Habana.
Pese a que la fecha del 20 de julio rondaba los mentideros de la política colombiana -otra de la que se hablaba era el 7 de agosto, Día del Ejército- es la primera vez, desde el 23 de marzo, el primer plazo que se fijaron ambas partes para un acuerdo, que Santos se atreve a hablar de una nueva fecha para la firma de los acuerdos, o para tenerlos listos.
En una entrevista con este diario a mediados de marzo, cuando parecía inevitable que no se llegaría a un pacto definitivo con las FARC, el presidente colombiano aseguraba: “Creo que las dos partes queremos terminar lo antes posible para poder empezar a implementar. No quiero dar fechas porque siempre se le devuelven a uno con gran fuerza. La práctica ha demostrado que fijar fechas le hace daño al proceso, más cuando no es un acuerdo… aunque avanzamos aún falta pelo pa'l moño”, respondió a través de Twitter el líder de las FARC, alias Timochenko.
En este encuentro con las formaciones políticas no se encontraba el Centro Democrático, la formación que lidera el expresidente y senador Álvaro Uribe y que sigue firme en su rechazo al proceso de paz que desarrolla el Gobierno de Santos con las FARC. Teniendo en cuenta lo inminente de la firma final, se antoja quimérico cualquier tipo de acercamiento con el uribismo.
El anuncio de Santos llega solo unos días después de que el presidente asegurase, durante el Foro Económico Mundial para América Latina, que tenía información de que “las FARC están preparadas para la guerra urbana”, en caso de que no se llegue a un acuerdo de paz. Una declaración que despertó muchas críticas hacia el mandatario, pues aunque resulte obvio que si no se firma la paz la guerra con las FARC se recrudecerá, muchos lo interpretaron como una amenaza. Además, horas después, en una entrevista institucional deslizó que de continuar la guerra se vería obligado "a subir los impuestos” .
Pese a que el acuerdo de paz que pondría fin a un conflicto de más de cinco décadas está más cerca que nunca, la popularidad de Santos pasa por sus peores momentos. Los resultados de la última encuesta de Gallup, del pasado mayo, señalan que solo el 21% de los colombianos aprobaba la imagen de su presidente, mientras que la opinión desfavorable creció del 69 al 72%. El mismo sondeo apuntaba que una de las mayores preocupaciones de los ciudadanos era el momento por el que atravesaban las negociaciones en La Habana: el 66% considera que van por mal camino, mientras que solo el 27% aseguraba que se desarrollaban de forma adecuada.
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