“Trump está debilitando a EE UU y no va a ganar las elecciones”
La hija del antiguo fiscal general norteamericano Robert Kennedy pone los valores de su padre como ejemplo para combatir populismos como el de magnate
Kerry Kennedy, hija del antiguo fiscal general de EE UU Robert Kenndy y presidenta de la fundación que lleva su nombre, visitó España para presentar su programa educativo Speak Truth to Power, con el que pretende ayudar a los colegios a formar a jóvenes en la defensa de los derechos humanos. Kennedy apela a los valores que defendió su padre para contrarrestar las consecuencias que el extremismo populista de Donald Trump y que está calando en parte de la sociedad estadounidense.
Pregunta. Casos como el de Treyvon Martin o el de Freddy Gray que han demostrado el racismo latente en la sociedad norteamericana, leyes contra los derechos de los homosexuales, como la aprobada recientemente en Carolina del Norte, la dura oposición de los republicanos a la reforma migratoria, la desigualdad social generada por la economía… ¿Son ejemplos de que ha habido un retroceso en los derechos humanos y civiles en EE UU?
Respuesta. Hay que tener cuidado con cómo y cuándo se utiliza la palabra retroceso. Hay áreas en las que definitivamente sí ha habido un retroceso. El Tribunal Supremo ha debilitado la ley de voto y eso ha provocado un daño tremendo a nuestro país y a nuestra democracia. La brutalidad policial no es algo nuevo, luego no hay un retroceso, simplemente es algo que siempre ha existido y de lo que nunca habíamos hablado abiertamente y que no había recibido antes la atención nacional.
El Partido Demócrata, como todo el país, ha girado a la derecha
P. Cómo ha llegado EE UU a convertirse en un país tan polarizado?
R. Mi respuesta va a ser complicada porque es técnica. El sistema del gerrymandering (manipulación de los distritos electorales) ha sido adoptado permanentemente por ambos partidos. Así se consigue que siempre que un candidato es elegido, pueda volver a serlo el 97% de las veces, lo que genera poca necesidad de colaborar con el otro partido, porque su puesto de trabajo está asegurado. Desde el lado republicano se le ha dado un espacio al Tea Party, que son extremistas. Y ahora el Tea Party se ha hecho con el poder del Partido Republicano y no hay forma de echarlos tampoco de sus puestos de trabajo. Esto hace imposible, incluso para los demócratas más razonables, trabajar con ellos porque sus presupuestos de partida son una locura: cerrar la Administración, terminar con el Departamento de Educación, impedir todo tipo de inmigración… Creo que esto es una parte importante del problema.
P. Su padre apelaba a la no división, a dejar el odio, a encontrar un nuevo tipo de justicia, en una época en la que EE UU, casi como ahora, había perdido la confianza en sí mismo, la sociedad estaba casi igual de polarizada que la de ahora. ¿Cree que sus valores tienen viabilidad hoy en día, teniendo en cuenta que el discurso del miedo que es el eje de la campaña de Donald Trump parece haber calado en la sociedad?
Los actuales líderes políticos no defienden los valores de mi padre
R. Seamos claros sobre Trump. Él no va a ganar las elecciones. Su campaña no refleja lo que son la mayoría de los estadounidenses. Deberíamos ser muy equidistantes con respecto al significado de la campaña de Trump. Hay una amplia franja de América que sigue creyendo en los valores que defendía mi padre pero no son por los que se inclinan ahora los actuales líderes políticos. Cuando él se presentó a la presidencia de EE UU dijo: “La paz, la justicia y la compasión hacia aquellos que sufren, eso es lo que EE UU debería defender y por eso es por lo que yo me presento a la presidencia”. (Se ríe) No va a encontrar a nadie hoy en día que se presente a las elecciones y que hable de paz, de justicia, compasión.
P. ¿Está Trump dañando la percepción que se tiene de EE UU?
R. Trump se está perjudicando sobre todo a sí mismo. El daño, en un principio, se lo hace a la gente que se siente marginada en EE UU, los grupos a los que está atacando. Pero también a los que se sienten reforzados por sus palabras, porque se está dirigiendo a lo peor del ser humano. No está apelando a nuestro sentido de la comunidad. Está apelando a nuestro odio, a nuestro rencor y a nuestros miedos. Eso es lo más fácil que puede hacer un político, pero esto debilita a nuestro país y debilita al mundo.
P. ¿Cree que el Partido Demócrata también ha cambiado?
R. Creo que EE UU se ha movido hacia la derecha, incluso el Partido Demócrata. Si revisamos ahora las políticas de Richard Nixon, consideradas de extrema derecha en los 60, hoy serían consideradas como las de un demócrata liberal.
Clinton va a ser una gran líder para nuestro país y para el mundo
P. ¿Qué candidato cree que representa mejor los ideales de su padre?
R. Bernie Sanders tiene una visión de América que es más equitativa, justa, y valoro la visión que quiere imponer, pero creo que en un sentido práctico no ha demostrado que pueda hacerla realidad. Hillary Clinton ha tenido una vida muy especial. Ha estado en la Casa Blanca, en el Senado, ha sido secretaria de Estado. En todos los puestos que ha ocupado ha reforzado la posición de la mujer y en mi trabajo con derechos humanos me he dado cuenta de que si vas a una comunidad y hay solo una cosa que poder hacer para marcar la diferencia, lo más útil, siempre es dar poder a la mujer. Creo que Clinton va a ser una gran líder para nuestro país y para el mundo.
P. Da la sensación de que los Kennedy están menos involucrados en esta campaña presidencial que en anteriores elecciones. ¿Es por este nuevo escenario político?
Formando a los activistas del futuro
El programa Speak Truth to Power, implantado en colegios en América, Europa, Asia y África, pretende ayudar a las escuelas a formar adolescentes y jóvenes para que impulsen un cambio en su entorno abogando por los derechos humanos. La iniciativa se ha empezado a implantar en algunos colegios de la Comunidad de Madrid.
P. Por qué es tan importante educar a los jóvenes a desarrollar su valentía moral, tal y como usted está haciendo a través del programa Speak Truth to Power?
R. Hoy hay injusticias en todos los lugares del mundo y la mayoría están provocadas por los Gobiernos y las corporaciones y tenemos que exigirles responsabilidad por la violación de los derechos más básicos. Pero aunque consigamos eso, si no enseñamos a las próximas generaciones a defenderse por sí mismos, y a defender sus derechos y los de los demás con dignidad, nuestro mundo estará en problemas y por eso es tan importante. Nuestro programa no va solo de cambiar el mundo. Lo más revolucionario es que pretende cambiarnos a nosotros mismos, conseguir que los estudiantes se miren a ellos mismos y se consideren un defensor de los derechos humanos. Yo no acoso a los demás, yo me respeto a mí mismo y respeto a los demás. Creemos que si podemos educar a una generación para que mire con esos ojos y piense así, eso transformará el mundo.
P. Cuáles son las mayores dificultades que se ha encontrado a la hora de poner en práctica este programa, teniendo en cuenta la diversidad de países que están implicados?
Los mayores obstáculos a los que se enfrenta el mundo hoy en día es el odio. Hay un elevado grado de escepticismo, miedo, enfado, desconfianza hacia la gente que percibimos distinta de nosotros. Esto lo vemos en todas las partes del mundo. Desde Boko Haram en el norte de Nigeria hasta el ISIS en Siria e Irak. Desde la ira hacia los inmigrantes, el crecimiento del partido neonazi en Europa en Suecia y Grecia, el partido antiinmigración en Italia…. Eso se ve también en EE UU con el veneno que está insuflando Donald Trump contra los inmigrantes, los indios, los mexicanos, incluso hacia las mujeres. Ese es mayor obstáculo al que nos enfrentamos hoy. El mayor reto de Speak Truth to Power ha sido introducir el programa en los colegios. Los profesores están sobrepasados de trabajo y eso provoca la tendencia a no exigirles que hagan más cosas. Y vencer esa reticencia ha sido el mayor reto, porque esta es una herramienta para tratar de facilitar su trabajo poder comprometer a los alumnos en el programa.
R. Es cierto. Creo que la campaña de Clinton no tiene la misma necesidad de apoyo que en el pasado y mi familia está más dedicada a otras cosas.
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