_
_
_
_

Arabia Saudí utiliza la ley antiterrorista para silenciar la crítica

Badawi, Fayadh y otros blogueros, prueba de que en el reino no existe la libertad de expresión

Ángeles Espinosa
Activistas de Amnistía Internacional se manifiestan en apoyo al bloguero Badawi en Londres en 2015.
Activistas de Amnistía Internacional se manifiestan en apoyo al bloguero Badawi en Londres en 2015.F. ARRIZABALAGA (EFE)

¿La libertad de expresión en Arabia Saudí? “Casi no existe” es la respuesta que repite allí donde va Ann Harrison, directora del programa Libertad para Escribir de PEN International. El Reino del Desierto ocupa el lugar 165 de 180 en el índice de libertad de prensa de Reporteros Sin Fronteras (RSF).

Más información
Libertad de prensa: bajo la amenaza constante
Irán sigue deteniendo a periodistas a pesar del Gobierno de Rohaní
Correa anima a sus seguidores en redes sociales a hostigar a sus críticos
El Kremlin controla la televisión
China: el mayor carcelero de periodistas
Un fotoperiodista encarcelado mil días que ilustra una rutina en Egipto

El caso del bloguero Raif Badawi, condenado a diez años de cárcel y mil latigazos por defender la separación de Estado y religión, dio la vuelta al mundo en enero del año pasado cuando el verdugo le aplicó la primera tanda de 50 azotes. Pero no se trata de un caso aislado. Solo durante 2015, al menos seis hombres fueron castigados por expresar sus opiniones de forma pacífica, según un recuento llevado a cabo por Human Rights Watch (HRW) el pasado enero al cumplirse un año de la llegada al poder del rey Salmán.

Uno de ello, el poeta de origen palestino Ashraf Fayadh, fue condenado a muerte, aunque la presión internacional logró que el pasado febrero se le conmutara la pena por ocho años de cárcel y 800 latigazos. En todos los casos, fueron víctimas de acusaciones genéricas como “sembrar la discordia” o “incitar a la opinión pública”, que los observadores consideran meros pretextos para criminalizar la disidencia pacífica.

La represión, reforzada por la aplicación desde 2014 de la ley antiterrorista a los delitos de opinión, no se limita a activistas políticos o defensores de derechos. Según Freedom House, una organización independiente que promueve la libertad y la democracia, “la vigilancia digital es rampante”. Casi medio millón de páginas web están bloqueadas y desde 2011, cualquiera que vaya a publicar un blog o un comentario en Internet tiene que obtener una licencia del Ministerio de Información. El Gobierno controla férreamente el contenido de la prensa local y domina, a través de la propiedad de la familia real, varios de los medios panárabes.

Además, según denuncia PEN, Arabia Saudí no limita la represión a sus fronteras. Su Embajada en Kuwait está detrás de varios casos notorios que terminaron con cuatro tuiteros de ese emirato ante los tribunales por “insultar a una nación amiga”.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_