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Nuevos casos de ébola confirman la resistencia del virus a desaparecer

Nueve personas mueren en África Occidental desde que se declarara el fin de la epidemia En Guinea mil personas están bajo vigilancia

Un trabajador sanitario junto a unos pacientes en cuarentena el pasado agosto en Conakry, Guinea.
Un trabajador sanitario junto a unos pacientes en cuarentena el pasado agosto en Conakry, Guinea.CELLOU BINANI (AFP)

La peor epidemia de Ébola de la historia que golpea a África occidental desde diciembre de 2013 y que ha provocado más de 11.300 fallecidos sobre un total de 28.000 casos, se resiste a desaparecer. La han dado por muerta hasta en dos ocasiones y, cada vez, la irrupción de nuevos rebrotes ha frustrado el ansiado final. Este domingo en Monrovia, la capital de Liberia, un niño de cinco años se convertía en el duodécimo caso que se conoce en esta región, de los que nueve han fallecido, desde que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declarara oficialmente el fin de la epidemia el 14 de enero pasado. Este organismo ya había advertido del enorme riesgo de que el virus reapareciera dada su enorme capacidad para resistir en los fluidos corporales de pacientes ya sanados, de hasta nueve meses en el semen.

El pasado 14 de enero, apenas unas horas después de que la OMS hiciera público el primer anuncio de fin de la epidemia en África occidental, el Gobierno de Sierra Leona anunciaba un nuevo caso. Se trataba de la joven de 22 años Marie Jalloh, que había muerto dos días antes en Tonkolili, Provincia del Norte. Su tía de 38 años, Memunatu Kolokoh, quien se encargó de cuidar a la joven y participó en el lavado del cadáver, también se había contagiado pero logró sobrevivir. Las autoridades pusieron a 109 personas en vigilancia, pero ninguna desarrolló los síntomas y el pasado 17 de marzo, transcurridos los 42 días preceptivos después de que diera negativo el último caso en Sierra Leona, la OMS volvía a declarar a toda la región ebola free.

Sin embargo, la historia se repitió porque ese mismo día el Gobierno de Guinea anunciaba dos nuevos casos confirmados, una pareja que había muerto aquejada de fiebre alta, vómitos y diarreas en Koropara, cerca de Nzérékoré, a pocos kilómetros de la frontera con Liberia. Las pruebas confirmaron lo peor: era Ébola. Otras tres personas de la misma familia habían fallecido de fiebres hemorrágicas con anterioridad, casos más que probables, y otras tres se contagiaron posteriormente, de las que dos fallecieron también. Más de mil personas han sido identificadas como contactos y se encuentran bajo vigilancia. Horas después, Liberia anunciaba el cierre de su frontera terrestre con Guinea, una medida que fue luego suspendida.

El temor liberiano a una posible importación se confirmó el pasado jueves, cuando una mujer de 30 años que presumiblemente había viajado desde Guinea con sus tres hijos fallecía a causa del temible virus cuando estaba siendo trasladada a un hospital de Monrovia, en Liberia. Este domingo, las autoridades han anunciado un segundo caso en este país después del contagio de su hijo de cinco años y su ingreso en un centro de tratamiento de la capital. Todas las personas que estuvieron en contacto con la mujer están siendo identificadas, así como el personal del hospital donde se certificó su defunción.

Fluidos corporales

“Ahora sabemos qué tenemos que hacer, podemos contenerlo, podemos controlarlo. Que nadie entre en pánico”, aseguró este viernes a la agencia France Press el viceministro de Sanidad liberiano, Tolbert Nyensuah. Las autoridades han hecho un llamamiento a la calma en el país que más víctimas mortales se ha cobrado esta epidemia, un total de 4.809. Precisamente el pasado 29 de marzo, la OMS retiraba la declaración de urgencia de salud pública internacional para este brote, que había sido activada en agosto de 2014. La directora general de este organismo, Margaret Chan, declaró que “a partir de ahora existe un riesgo bajo de una extensión internacional de la enfermedad, actualmente los países tienen la capacidad de responder rápidamente a las reapariciones del virus”.

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Los expertos coinciden en que estos rebrotes tienen que ver con su gran capacidad para resistir en los fluidos corporales de pacientes sanados que ya no muestran los síntomas, especialmente en el semen, donde se ha probado que puede sobrevivir hasta nueve meses. La existencia de más de 17.000 supervivientes en Guinea, Liberia y Sierra Leona eleva la probabilidad de estas reapariciones. En Guinea, la OMS está coordinando una intensa campaña de vacunación que ha alcanzado a unas 800 personas relacionadas con el último brote.

Por ello, la propia Margaret Chan advertía esta semana que el virus subsiste aún “en el ecosistema” de África occidental y que una respuesta rápida ante nuevos casos es crucial. Conscientes del peligro, los tres países afectados se encuentran bajo estricta vigilancia durante un periodo de 90 días incluso después de ser declarados ebola free, después de lo cual entrarían en la llamada fase tres, cuyo objetivo es “interrumpir todas las cadenas de transmisión restantes e identificar y atender las consecuencias de los riesgos residuales de Ébola”.

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Sobre la firma

José Naranjo
Colaborador de EL PAÍS en África occidental, reside en Senegal desde 2011. Ha cubierto la guerra de Malí, las epidemias de ébola en Guinea, Sierra Leona, Liberia y Congo, el terrorismo en el Sahel y las rutas migratorias africanas. Sus últimos libros son 'Los Invisibles de Kolda' (Península, 2009) y 'El río que desafía al desierto' (Azulia, 2019).

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