Los kurdos de Siria declaran un Estado federado
EE UU asegura que no reconocerá una entidad autónoma a menos que la apoyen todos los ciudadanos
Pese a no tener asiento en la conferencia de paz entre el Gobierno sirio y la oposición que estos días se desarrolla en la ciudad suiza de Ginebra, los kurdos han vuelto a demostrar que, sin contar con ellos, será muy difícil determinar el futuro de Siria. En un congreso en la ciudad de Rmeilan, las facciones que controlan un amplio territorio del norte del país votaron este jueves declararse entidad federal, autónoma con respecto al Ejecutivo central de Damasco.
Se trata de un paso más respecto a la declaración de autonomía hecha en 2012, cuando las fuerzas leales al presidente Bachar el Asad se retiraron de buena parte del norte de Siria permitiendo que las milicias del Partido de la Unidad Democrática (PYD, nacionalista kurdo) tomaran esa zona bajo su control. “Entonces lo que hicimos fue establecer tres cantones, Afrin, Kobani y Yazira, cada uno independiente de sí mismo. La cuestión es que ahora hemos liberado muchas más zonas, y hemos decidido unificarlas bajo una sola entidad”, explica el viceministro de Exteriores de Kobani, Idris Nassan, en entrevista telefónica con EL PAÍS.
En uno de los documentos de la conferencia, citado por la agencia Reuters, se establece que la entidad federal se encargará de gestionar asuntos económicos, de seguridad y defensa, aunque en la práctica ello supondrá pocos cambios puesto que ya son los propios cantones kurdos los que dirigen estos asuntos, mediante una administración fuertemente controlada por el PYD. Nassan asegura que el objetivo no es crear un estado federado “kurdo”, sino que represente “a todos los grupos étnicos y sociales que habitan en el norte de Siria” y, de hecho, en el congreso, que contó con la presencia de 200 delegados, hubo representación no sólo de formaciones kurdas, sino también árabes, asirias, turcomanas y yazidíes. Con todo, existen suspicacias sobre el objetivo final del PYD –que utiliza un término de matiz irredentista, “Rojava” o Kurdistán Occidental, para denominar a la región norte de Siria– como muestra el hecho de que los delegados árabes y asirios obligaran a retrasar un día la votación de la declaración federalista hasta obtener la promesa de que los kurdos no buscarán la independencia de Siria.
“Los debates sobre la denominación y las fronteras de la entidad aún no se han cerrado”, matiza Nassan. De hecho, uno de los aspectos más polémicos del proyecto es que pretende extender su gobierno al corredor entre el cantón de Afrin (noroeste de Siria) y el resto de territorios dominados por los kurdos en el noreste. Es una zona que por el momento controla en su mayoría el Estado Islámico (ISIS) y que carece de población kurda. “Una vez esas zonas sean liberadas, se unirán a la entidad”, sostiene el político kurdo. ¿Y si decidiesen permanecer bajo la autoridad de Damasco? “Hágame caso, se unirán por voluntad propia”, responde convencido.
Si bien las autoridades kurdo-sirias niegan que esta declaración sea una respuesta al no haber sido invitados a la conferencia de Ginebra –por presiones de Turquía, que no quería verlos sentados a la mesa de negociaciones–, a nadie le escapa la elección del momento. “Las conversaciones de Ginebra no tendrán éxito sin nosotros. Nosotros luchamos contra el ISIS sobre el terreno, protegemos nuestra región y la gestionamos”, advirtió el delegado kurdo Aldar Jalil en declaraciones a la agencia France Press.
La decisión de los kurdos ha tenido el raro efecto de poner de acuerdo al Gobierno sirio –que aseguró que la nueva entidad “carece de valor legal y no tendrá ningún impacto real”– y a la oposición, que la tildó de “desventurada”. Estados Unidos, que ha sido el principal apoyo de los kurdos en su campaña contra el ISIS, aseguró por boca del portavoz del Departamento de Estado, Mark Toner, que “no reconocerá ninguna zona autónoma dentro de Siria”, aunque matizó que sí aceptarían una estructura federal en caso de que todos los sirios la apoyen; una posición parecida a la expresada en los últimos días por Rusia. “A El Asad quizás no le guste otorgar autonomía a los kurdos, pero se encontrará con un hecho consumado y apoyado por Rusia como modo de castigar a Turquía”, sostiene el experto turco en Oriente Próximo, Oytun Orhan.
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