“Más que otro Plan Colombia se necesita un Plan USA contra las drogas”

Después de ocho meses de trabajo, de hacer 26 entrevistas, editarlas y organizarlas, Julio Sánchez Cristo (Bogotá, 1959), la voz para millones de colombianos durante las mañanas, está muy confundido. Al menos más que cuando echó a andar ‘El país que se hizo posible’ (Planeta), un recorrido por el Plan Colombia a través de la voz de sus protagonistas. O de casi todos. Admite Sánchez Cristo, al que todo el mundo conoce como Julio, que después de 15 años no sabe si la gran alianza entre Estados Unidos y Colombia le haya servido realmente a su país.

“El Plan Colombia sirvió para que mi país no fuese un Estado fallido, pero hoy hay más hectáreas de coca sembradas en Colombia que nunca”, incide el director de La W Radio. “Cuando ves que El Chapo Guzmán cae por segunda vez, que ha estado con un actor de Hollywood y que le ha dicho que es el tipo que más droga mete en Estados Unidos, te das cuenta de que la guerra contra las drogas falló”, añade.

Cuando todo el mundo en Colombia está pendiente de la reunión de este jueves entre Barack Obama y Juan Manuel Santos y el posible anuncio del presidente estadounidense de un apoyo económico que su país brindará a Colombia de cara al posconflicto, Julio Sánchez Cristo aboga por mirar más allá: “Creo que más que otro Plan Colombia se necesita un Plan USA o Plan Estados Unidos. No hay derecho que nosotros, como periodistas, sigamos identificando capos de la droga en Colombia, en México, en Rusia y no conozcamos a ninguno en Estados Unidos. ¿Son personas invisibles?”, se pregunta.

Uno de los que en cierta medida admite que esa guerra ha resultado fallida es el propio Obama, quien en la entrevista que le hace Sánchez Cristo sugiere que hay que cambiar la estrategia para erradicar las drogas ilegales. Una línea que desde hace años han marcado una serie de expresidentes latinoamericanos y que, entre los líderes en activo, encabeza el actual mandatario colombiano.

Allá por 1998, Colombia estaba sumida en una crisis que hacía temblar los cimientos de su institucionalidad. Aniquilado Pablo Escobar, el cartel de Cali gozaba de impunidad y las FARC campaban casi a sus anchas por todo el territorio. El país pasó de tener un presidente (Ernesto Samper) al que Estados Unidos le quitó la visa –Clinton en el libro explica el por qué- a uno (Andrés Pastrana) al que prácticamente se le consideraba un hermano. A partir de ahí, y con la colaboración de Luis Alberto Moreno, hoy presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), se gestó el Plan Colombia y el país enderezó su rumbo. Estados Unidos ha aportado 10.000 millones de dólares, la cifra de homicidios descendió considerablemente (un 52% en 15 años), al igual que los secuestros o la extorsión.

El libro recoge casi todas las visiones posibles de todos estos años. Desde la catastrófica del general McCaffrey, director de la Oficina Nacional de Políticas de Control de Drogas, quien daba por hecho que Colombia era un Estado fallido, hasta la del escritor Germán Castro Caycedo, para quien directamente el Plan Colombia nunca existió. También están presentes las respuestas de los expresidentes Andrés Pastrana, Bill Clinton, George W. Bush y los actuales mandatarios, Juan Manuel Santos y Barack Obama. La gran ausencia es la del expresidente Álvaro Uribe, acaso el hombre que más se benefició del Plan Colombia. Gracias al apoyo militar y el trabajo de inteligencia consiguió asestar los mayores golpes a las FARC, de la mano de su ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, con quien está hoy enfrentado. “No quiso hacerlo, me dijo que tenía una encrucijada, un dolor en su alma y que no le salía compartir el libro con nadie. Yo le entendí”, explica el autor.