Portugal elige presidente con un Gobierno que alivia la austeridad
La presión de la UE obliga al Ejecutivo socialista a rebajar su objetivo de déficit
En octubre, Portugal eligió el parlamento; hoy, 24 de enero, elige al presidente del país. El gran favorito para la victoria, incluso en primera vuelta, Marcelo Rebelo de Sousa, ya ha advertido que no disolverá la cámara aunque el ejecutivo del socialista António Costa incumpla el programa de consolidación presupuestaria, que el viernes presentó a las autoridades de Bruselas.
El Gobierno socialista portugués cumple dos meses sobreviviendo entre dos líneas rojas: las exigencias de Bruselas y las de la mayoría parlamentaria de izquierdas. La primera pide rebajar el déficit del Estado, con el corte de gasto público; la segunda, mejorar la vida de los trabajadores: subir salarios y pensiones. El primer ministro, António Costa, hace equilibrios entre troika y troika. La que vuelve el miércoles a Lisboa (BCE, FMI y CE) para vigilar las cuentas, y la troika (PC, Bloco de Esquerda y Los Verdes) que vigila a Costa en el Parlamento.
“El equilibrio que el Gobierno intenta es para cumplir, por un lado, los compromisos electorales y los adquiridos con los tres partidos en el Parlamento, y por otro lado, no apartarse del déficit inferior al 3%”, explica Marcelo Rebelo de Sousa, el favorito a la Presidencia del país. “Ese equilibrio talentoso es el que espero que consiga Costa por el bien del país”.
El profesor Marcelo, pese a ser militante del Partido Socialdemócrata (PSD), en la oposición desde noviembre, no llevaría mal la posible cohabitación con el socialista Costa, éste como primer ministro y Rebelo de Sousa como presidente. Todo dependerá de si hoy obtiene más del 50% de los votos frente a los otros nueve candidatos.
Diez candidatos y uno solo favorito
Los portugueses eligen hoy presidente, una figura que, además de la representación del Estado, tiene entre sus poderes la iniciativa para enviar leyes al Tribunal Constitucional, vetar decretos-leyes promulgados por el Gobierno y disolver la Asamblea de la República. Las elecciones de hoy son las que tienen más candidatos de la historia: ocho hombres y dos mujeres que lograron entregar al Constitucional 7.500 firmas, principal requisito exigido.
Los diez candidatos con, entre paréntesis, su porcentaje de voto según el sondeo realizado esta misma semana por TVI, son: Marcelo Rebelo de Sousa (51,8%), Sampaio da Nóvoa (16,9%), Maria de Belém (10,1%), Marisa Matías (7,9%), Edgar Silva (4,6%), Paulo de Morais (2,9%), Vitorino Silva (2,5%), Henrique Neto (2,3%), Jorge Sequeira (0,6%) y Càndido Ferreira (0,5%).
Por ahora, el socialista Costa trata de agradar a Bruselas con la promesa de rebajar el déficit del Estado al 2,6%, según el borrador presupuestario presentado el viernes. En él, augura un crecimiento económico del 2,1%, aunque el FMI dice que no pasará del 1,5%.
Sus socios circunstanciales, PC y Bloco, vigilan. “El presupuesto tiene que ser un espejo de los acuerdos con la izquierda”, ha advertido la dirigente del Bloco, Catarina Martins.
“Si hay una destrucción de los contenidos firmados, naturalmente que tendremos un problema”, ha recordado Jerónimo de Sousa, secretario general del PC. El problema es que si una troika presta el voto al Gobierno socialista, otra troika le presta el dinero. Y, desde que hay Gobierno socialista, los intereses por la deuda soberana han subido al 3,12%.
“Todas las fuerzas políticas que llegamos a un acuerdo para detener el empobrecimiento del país sabíamos que el camino iba a ser difícil”, subrayó Martins en un mitin de la campaña presidencial para apoyar a su candidata, Marisa Matías. “También sabíamos que era un camino que no le iba a agradar a la Comisión”.
En dos meses, el Gobierno socialista ha repuesto cuatro días de festivos, ha aumentado el salario mínimo, repone salarios de los funcionarios que habían sido cortados, actualiza pensiones, complementa salarialmente a los trabajadores que reciben menos de 422 euros (medio millón de personas), implanta las 35 horas en los funcionarios públicos (a partir de octubre) y reduce el IVA de la restauración del 23% al 13% (a partir de julio). Y, con todo eso, El Gobierno de Costa le promete a Bruselas que va a bajar el déficit del 3% de 2015 al 2,6% en este año.
Las elecciones de hoy a la presidencia, aunque ajenas a la acción del Gobierno, pueden tener repercusiones en la estabilidad de los pactos entre la izquierda
Para Nuno Garoupa, presidente de la Fundación Francisco Manuel de Santos, los dos meses de Costa se caracterizan “por deshacer la política de Passos Coelho y recuperar políticas del periodo del gobierno socialista 2005- 2011”. “La gran incógnita”, dice Garoupa, “es si esa política de más gasto es compatible con el rigor presupuestario. Habrá que esperar, pero ya sabemos que hay un excesivo optimismo con las perspectivas de crecimiento”.
Al PC y al Bloco no le preocupa cumplir con Bruselas, que es solo una apuesta socialista. “El Estado no tiene que ser el buen alumno de las malas políticas”, recordaba Martins en referencia al anterior Gobierno conservador, puesto por Bruselas como buen ejemplo de la política de austeridad. “El Estado tiene que tener el coraje de defender a las personas que viven aquí”.
Hasta ahora, Costa se ha dedicado a reverter medidas del Gobierno anterior, coincide Marina Costa Lobo, politóloga por la Universidad de Oxford. “Pero existen recelos. La prueba clave es el presupuesto. Su previsión de déficit del 2,6% va a desagradar a sus socios de izquierda y, por otro lado, veremos si Bruselas se lo cree”.
Las elecciones de hoy a la presidencia, aunque ajenas a este baile gubernamental, puede tener repercusiones en la estabilidad de los pactos. “Si los candidatos del PC y del Bloco no llegan al 10%”, explica Garoupa, “estos partidos no van a querer unas legislativas anticipadas; las habrá en cuanto el PS crea que puede ganar, que dependerá mucho de la coyuntura económica. Apuesto por el primer semestre de 2017”.
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