Obama, tras el acuerdo: “Es un buen día para la seguridad mundial”
El presidente celebra el pacto con Irán, aunque EE UU impone nuevas sanciones
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, celebró este domingo la entrada en vigor del pacto nuclear con Irán como un triunfo de su apuesta por la diplomacia sobre el uso de la fuerza para resolver conflictos históricos, ya sea con vecinos como Cuba o con enemigos más lejanos, como Teherán. El mundo es más seguro porque Irán “no podrá hacerse con una bomba nuclear” y los esfuerzos podrán concentrarse ahora en otros conflictos acuciantes en la región, afirmó. Lo que no significa que se vaya a bajar la guardia, advirtió. Poco antes, el Departamento del Tesoro había anunciado nuevas sanciones a 11 empresas e individuos acusados de violar la prohibición de ayudar al programa iraní de misiles balísticos.
“Hoy es un buen día porque, una vez más, estamos viendo lo que es posible lograr con una diplomacia fuerte”, dijo Obama. Su satisfacción al hablar desde la Casa Blanca para saludar la implementación del acuerdo iraní y la inminente llegada de varios presos estadounidenses liberados por Teherán era palpable.
“Hemos cortado todas las vías para que Irán pueda hacerse con una bomba nuclear”, sostuvo. “Irán no podrá poner sus manos sobre una bomba nuclear y la región, Estados Unidos y el mundo estarán más seguros”.
Para Obama, un presidente que ha tenido que reconocer que sus esfuerzos por poner fin a las guerras de Irak y Afganistán no han dado los frutos esperados, y al que se le siguen reprochando sus titubeos en Siria, el pacto iraní tiene un aliciente adicional: Este “avance histórico” ha sido conseguido por la vía de la diplomacia, “sin tener que recurrir a otra guerra en Oriente Próximo”, recordó.
“Acuerdo nuclear, implementado. Familias estadounidenses, reunidas”, resumió en referencia a la liberación de cinco presos estadounidenses en Irán. Y agregó una tercera novedad: la resolución de una millonaria disputa financiera que databa de antes de que los dos países rompieran relaciones diplomáticas litigada en La Haya.
“Una vez más, vemos lo que es posible con una diplomacia fuerte” y con una estrategia “inteligente, paciente y disciplinada” ante el mundo, insistió Obama, consciente de que su decisión de iniciar conversaciones con uno de los archienemigos de Estados Unidos ha sido —y sigue siendo— una de las acciones más criticadas por la oposición.
La reacción de los candidatos presidenciales republicanos no se hizo esperar. Aunque saludaron la liberación de los estadounidenses, la mayoría consideró que el intercambio de prisioneros constituye una nueva muestra de la debilidad que achacan a Obama. “Los enemigos de Estados Unidos saben que hay un precio por los americanos”, criticó Marco Rubio. “Si tomas un rehén estadounidense, Barack Obama negociará contigo, ya sea Bergdahl (el soldado liberado en Afganistán a cambio de cinco talibanes presos en Guantánamo), lo que hizo con los hermanos Castro y ahora con Irán”, acusó. “Nuestros enemigos se están riendo de nosotros”, coincidió Ted Cruz, mientras que Jeb Bush lamentó que se haya “legitimado a un Gobierno que no muestra interés alguno en avanzar hacia la denominada comunidad de naciones”.
Los candidatos demócratas celebraron el anuncio como una muestra de que “la diplomacia puede funcionar incluso en esa región volátil del mundo”, dijo Bernie Sanders, aunque abogaron por aumentar la presión sobre Irán. Los iraníes “tienen que saber que esto es un buen paso adelante, pero que hay otras áreas donde también tienen que hacer avances”, dijo Hillary Clinton.
Obama también dejó claro que el acuerdo nuclear no implica que Washington y Teherán hayan resuelto todas sus disputas.
Sigue habiendo “profundas diferencias” en muchos asuntos, como la “persistente” actitud “desestabilizadora” de Irán en muchos de los conflictos en la región o su hostilidad hacia Israel, reconoció. El acuerdo nuclear no significa tampoco que Washington vaya a bajar la guardia, puntualizó. De hecho, poco antes de la comparecencia de Obama, el Departamento del Tesoro anunciaba la imposición de sanciones a 11 compañías e individuos por proporcionar suministros para el programa de misiles balísticos iraní.
“Seguiremos imponiendo estas sanciones con fuerza”, prometió Obama, que ligó las nuevas penalizaciones a una reciente prueba de un misil iraní, una “violación de sus obligaciones internacionales”.
Pero contar con una vía de diálogo permitirá la resolución por la vía pacífica de numerosos conflictos que seguirán surgiendo, confió el presidente. Como ejemplo citó la crisis que se dio esta semana cuando Irán detuvo a diez marinos estadounidenses que entraron en sus aguas. Gracias a la nueva diplomacia, “trabajamos directamente con los iraníes y logramos resolver ese incidente en menos de 24 horas”.
Obama manifestó su esperanza de que este nuevo espíritu de “cooperación” persista en otros campos. Según la Casa Blanca, el abanico de posibilidades es amplio, empezando por Siria. “Creemos que una prueba de si Irán está dispuesto a involucrarse de forma constructiva en cuestiones regionales es si comprenderá o no, con el tiempo, que la guerra civil siria no se va a resolver mientras Bachar Assad esté en el poder”, dijeron fuentes del Gobierno tras el discurso de Obama.
EE UU compensará a Irán en un litigio judicial
Estados Unidos ha anunciado este domingo un acuerdo alcanzado con Irán para devolver 1.700 millones de dólares (1.550 millones de euros) a la República Islámica en la devolución del dinero que había entregado el régimen del sah Mohammad Reza Pahlevi a Washington a cuenta de la futura compra de equipamiento militar.
La cantidad original demandada por Irán eran los 400 millones de dólares que había transferido el Gobierno iraní anterior a la Revolución Islámica de 1979, pero con los intereses, ambas partes han cerrado una cifra final de 1.700 millones. Estos fondos estaban bloqueados desde 1981.
"En contactos bilaterales constructivos hemos llegado a un acuerdo justo sobre esta reclamación y, dado el riesgo de litigar, es lo mejor para Estados Unidos", ha explicado el secretario estadounidense, John Kerry, en un comunicado oficial.
"El pago para Irán se basa en una tasa de interés razonable y por consiguiente Irán no podrá pedir una mayor cantidad en el tribunal y se evita así que los contribuyentes estadounidenses tengan que pagar más dinero", ha indicado Kerry.
El caso estaba siendo seguido en el Tribunal de Reclamaciones Irán-Estados Unidos con sede en La Haya. En este tribunal se han investigado también las peticiones de indemnización de ciudadanos estadounidenses afectados por la Revolución Islámica.
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