Correa centra su propaganda en las megaconstrucciones
En mitad de las fuertes bajadas en el precio del petróleo el Gobierno ecuatoriano se aferra a los grandes proyectos hídricos
El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, ensalza las megaconstrucciones que ha llevado a cabo desde 2007 en este año preelectoral. En mitad de las fuertes bajadas en el precio del petróleo, que afectan con contundencia a Ecuador (25 dólares el barril de crudo ecuatoriano), Correa se aferra a los seis proyectos hídricos para el riego y el control de inundaciones en el litoral ecuatoriano y a las ocho centrales hidroeléctricas que comenzarán a funcionar este año. Megaconstrucciones con las que pretende apuntalar su gestión gubernamental.
El precio del petróleo, que esta semana se asomó al precipicio de los 30 dólares por barril y a menos de 25 dólares para el crudo ecuatoriano, que es castigado por su calidad, amenazó con empañar el noveno aniversario de la Revolución Ciudadana, como se conoce al periodo del presidente Rafael Correa, que comenzó el 15 de enero de 2007. El mandatario apareció en la televisión pública el martes pasado para admitir que debe ajustar el programa de inversiones por la falta de ingresos petroleros. El presupuesto de 2016 (29.835 millones de dólares) contaba con que el precio del crudo se mantuviera en los 35 dólares y hay que tomar en cuenta que 6.606 millones aún no están financiados. "Sin ingresos petroleros no se puede financiar tanta inversión", reconoció Correa, pero enseguida conectó con el mensaje presidencial del noveno aniversario y dio cuenta de los logros alcanzados.
La televisión pública, en esa línea, transmitió un serial sobre los nueve años de mandato de Correa con el eslogan Construyendo oportunidades, y dejó claro que hasta ahora se han invertido 70.000 millones de dólares. La red vial es la obra estrella, con más de 1.000 de kilómetros de carreteras cada año y una inversión de 8.479 millones de dólares. A esto se suman las decenas de obras sociales (escuelas, guarderías y centros sanitarios) que se siguen entregando en todo el país y las megaconstrucciones que pretenden apuntalar la gestión gubernamental en este año preelectoral.
Entre las megaconstrucciones del mandato de Correa se cuentan seis proyectos hídricos para riego y control de inundaciones en el litoral ecuatoriano, con una inversión de unos 1.000 millones de dólares y que se probarán este invierno; y las ocho centrales hidroeléctricas, que costaron alrededor de 5.000 millones de dólares y que entrarán en funcionamiento este 2016. Coca Codo Sinclair, asentada en las provincias amazónicas de Napo y Sucumbíos, es la obra más grande y costosa: desde 2010 se han invertido 2.245 millones de dólares y cuando opere al 100% cubrirá el 40% de la demanda energética.
Ahorro insuficiente
Las hidroeléctricas, que han tenido que esperar entre seis y ocho años por los estudios de factibilidad y por los desembolsos de China son la mayor apuesta de Correa porque ayudarán a cambiar la matriz energética y ahorrarán al país los 1.300 millones de dólares que cada año se destinan para la compra del combustible de las termoeléctricas. Pero quizás los cálculos del oficialismo ya no sean tan ciertos, toda vez que el precio de los derivados del petróleo también han caído. Fausto Ortiz, exministro de Finanzas, señala que "el ahorro en el mejor de los casos será de unos 700 millones de dólares, que es nada en una economía de 100.000 millones como la ecuatoriana".
La propaganda gubernamental lanzada por el noveno aniversario de la Revolución Ciudadana no incluye proyectos como la Refinería del Pacífico, que en 2014 fue parte de un programa de visitas que promovía la vicepresidencia para dar a conocer las megaconstrucciones ecuatorianas. Y es que la construcción de la nueva refinería, que arrancó en 2008, solo ha avanzado un 12%. Todavía se busca financiamiento para cubrir los 10.000 millones que hacen falta para su ejecución. El presidente Correa dijo en su intervención televisiva que analiza la propuesta de dos consorcios de China y Corea, pero aceptó que es difícil conseguir apoyo para un proyecto petrolero en la coyuntura actual.
Otro de las obras emblemáticas de las que poco se habla en este aniversario es el eje vial Manta-Manaos, que pretende usar los ríos amazónicos para llevar mercancía desde el Pacífico ecuatoriano hasta Brasil y posteriormente a Europa. Manuel Bayón, del Centro Nacional de Estrategia para el Derecho al Territorio (Cenedet), explica que aunque algunos tramos de carreteras y el puerto en el río Napo están construidos, hay problemas graves como que el río no es navegable y como máximo admite barcazas petroleras que tengan capacidad para 400 toneladas, además de que la construcción del puerto de Manta, en el Pacífico, está parada.
La deuda con China
Mucho de lo que promociona el Gobierno de Correa en este noveno aniversario se ha conseguido con préstamos chinos. La deuda de Ecuador con el gigante asiático desde 2009 hasta octubre de 2015 bordea los 11.000 millones de dólares, según Paulina Garzón, directora de la Iniciativa para las Inversiones Sustentables China-América Latina (IISCAL). En 2015, el presidente Correa y su vicepresidente visitaron Pekín a inicios y finales de año, y arrancaron compromisos por 10.300 millones de dólares, pero en las cuentas del Estado ecuatoriano solo se refleja un desembolso del Banco de China por 85,7 millones de dólares para construir tres carreteras. ¿Hubo o no los desembolsos esperados? "Es posible que hayan ido directamente a las cuentas de Petroecuador, como una transacción de venta anticipada de petróleo con Petrochina, aunque no es muy probable", señala Garzón, y añade que es "prácticamente imposible" conocer los detalles de los préstamos chinos.
Este 2016 arranca con el anuncio de un nuevo crédito, esta vez por 3.000 millones de dólares, que se firmaría este mes, según el titular de Finanzas, Fausto Herrera, aunque esta vez ya no habrá venta anticipada de petróleo. Al menos eso señaló Correa en su última intervención televisiva, y afirmó que la única condición es que las empresas chinas trabajen en Ecuador. Hasta ahora hay 91 empresas chinas asentadas en el país, según el Ministerio de Exteriores.
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