Hollande responsabiliza al Estado Islámico de la matanza de París
Las fuerzas de seguridad han identificado a un francés como uno de los asaltantes de la matanza que ha causado 129 muertos
El Estado Islámico ha exportado al corazón de Europa los métodos más inhumanos para extender el terror. En la matanza del viernes en París, siete yihadistas divididos en tres comandos coordinados se hicieron estallar para morir asesinando. Un octavo falleció tiroteado por la policía. El presidente François Hollande aseguró que las 129 muertes contabilizadas hasta ahora en la capital francesa son obra del Estado Islamico (ISIS en sus siglas en inglés), en una “guerra” en la que Francia será “implacable”. La policía ha identificado a un francés entre los asaltantes y ha encontrado un pasaporte sirio junto a una víctima de una de las explosiones junto al Estadio de Francia. Grecia confirmó que un hombre con esa identidad entró en octubre en Europa por una isla griega.
Los detalles de los atentados
Los ataques. La noche del viernes se produjeron en París seis ataques casi simultáneos: cuatro tiroteos, un ataque con explosivos cerca del estadio de Francia y una toma de rehenes en una sala de conciertos.
La autoría. El Estado Islámico (ISIS) se atribuyó ayer la autoría de los atentados en un comunicado colgado en Internet. Poco antes, el presidente francés apuntaba al ISIS.
Los atacantes. Las autoridades creen que al menos ocho terroristas participaron en los atentados. Siete de ellos se hicieron estallar con cinturones explosivos; otro fue abatido por la policía. Francia ha identificado a un ciudadano francés —conocido por su radicalismo— entre los atacantes muertos. La policía belga detuvo ayer en Bruselas a cinco personas relacionadas con los ataques.
Las víctimas. Al menos 129 personas han fallecido en los atentados de París. Hay 352 heridos, 99 de ellos en estado muy grave.
El Estado francés no tiene la menor duda de que la matanza de la noche del viernes en París —entre cuyas víctimas mortales figura el español Juan Alberto González Garrido, de 29 años, y que causó además 352 heridos, 99 de ellos graves— es obra de yihadistas del Estado Islámico con conexiones en Siria o Irak. En esa línea avanzan todas las hipótesis de la investigación.
Lo aseguró en la mañana de ayer por vez primera el presidente François Hollande. “Es un acto de guerra que ha sido cometido por Daesh [acrónimo del Estado Islámico, ISIS en sus siglas en inglés] contra los valores que defendemos”.
El ISIS se atribuyó la autoría. El grupo yihadista mencionó a “ocho hermanos” con bombas, fusiles de asalto y cinturones explosivos y añadió que los lugares atacados —zonas de ocio en el centro de París y las proximidades del campo de fútbol— se eligieron “minuciosamente”.
El fiscal de París, François Molins, encargado de las investigaciones antiterroristas, aseguró anoche que en la matanza participaron “tres equipos de terroristas coordinados”. Uno a bordo de un coche, desde el que dispararon a clientes de restaurantes y terrazas en el centro de la ciudad. Mataron al menos a 34 personas y en el lugar se recogieron un centenar de casquillos. Un segundo, el que atacó la sala de fiestas Bataclan. Asesinaron a 89 personas. Y el tercero, el que hizo estallar explosivos junto al Estadio de Francia.
En los tres escenarios, un total de siete terroristas se inmolaron con artefactos construidos con idéntico material y reforzados con tornillos para aumentar su letalidad.
Las pistas más sólidas sobre los autores del múltiple atentado se centraban en un francés nacido en noviembre de 1985, condenado en varias ocasiones y fichado desde 2010, aunque nunca encarcelado, como radical islamista. El análisis de un trozo de uno de sus dedos fue determinante para identificarle. Había participado en el ataque de Bataclan. Sus autores hicieron referencias en alta voz “a Siria e Irak”, contó Molins.
El discurso de Hollande
Las fuerzas de seguridad han vuelto a intervenir en condiciones extremadamente difíciles y los terroristas que estaban muy cerca de aquí, han resultado muertos. Quiero también manifestar nuestra admiración por todos los servicios –médicos, bomberos, protección civil- que han estado ayudando toda la noche. Hay muchos heridos, heridos graves y otros en estado de choque por lo que han vivido. Querríamos estar ahí, entre todos los que han visto cosas horribles para decirles que vamos a combatir, que seremos implacables, porque cuando los terroristas son capaces de hacer estar atrocidades, deben estar seguros de que tendrán enfrente a una Francia decidida, a una Francia unida, a una Francia en bloque y a una Francia que no se dejará impresionar, incluso si hoy expresa una emoción infinita por este drama y esta tragedia que es una abominación, porque es una barbarie.
Otra prueba fundamental es el hallazgo de un pasaporte sirio junto al lugar en el que se suicidó un yihadista en las cercanías del Estadio de Francia. Pertenece a un ciudadano sirio nacido en 1990. Las fuentes policiales consultadas confirmaron el hallazgo, pero rechazaron concretar si la documentación la portaba o correspondía a uno de los terroristas, como parece.
Otro hilo de la investigación ha llevado hasta dos automóviles de color negro —un Seat y un Polo— utilizados por los atacantes. La policía sospecha que algunos de los terroristas o sus cómplices procedían del país limítrofe con Francia. El Polo fue alquilado por un francés en Bélgica.
La policía belga detuvo ayer a varios ciudadanos (cinco, según la prensa) y al menos uno de ellos podría haber estado en París la noche anterior, según ha sugerido el primer ministro belga, Charles Michel. “Se supone o se sospecha que una de las personas estuvo en París, pero todavía es prematuro”, aseguró el mandatario, informa Lucía Abellán.
Un fuerte dispositivo policial se trasladó al distrito bruselense de Molenbeek, donde se realizaron varios registros. El ministro de Justicia, Koen Geens, confirmó que hubo varias detenciones y que las redadas “pueden estar relacionadas con el coche gris, modelo Polo, alquilado en Bélgica y encontrado en la puerta de la sala Bataclan”.
Convencido de que los atentados en Francia se preparan en Siria o Irak, el presidente Hollande se reafirmó ayer en que el múltiple y coordinado ataque fue “planificado desde el exterior”. Contra sus instigadores, el jefe del Estado prometió una guerra “implacable”. “Devolveremos golpe por golpe para destruir a Daesch (ISIS)”, declaró por la noche el primer ministro, Manuel Valls.
Hollande ha declarado tres días de duelo nacional por este “acto de barbarie absoluta”. Para el lunes ha convocado en Versalles una comparecencia extraordinaria ante el Congreso, es decir, ante las dos cámaras parlamentarias: la Asamblea Nacional y el Senado. Se trata de una cita que muy pocas veces se registra en la vida parlamentaria francesa.
Con el estado de emergencia decretado en vigor, las fuerzas de seguridad iniciaron ayer el control total de las fronteras. Por orden del Gobierno, permanecieron cerradas las universidades, los colegios, los ayuntamientos, los museos y las salas de fiesta. También se han suspendido todos los eventos deportivos programados para este fin de semana. La mayoría de cines también estarán cerrados. Y el acceso a la torre Eiffel.
Los líderes de todos los partidos políticos han dejado en suspenso la campaña para las elecciones regionales del 6 y 13 de diciembre. A lo largo de la historia de Francia, solo se había declarado el estado de emergencia en otras tras ocasiones. La última, en 2005, a raíz de los graves disturbios en barrios parisinos tras la muerte de dos jóvenes perseguidos por la policía. Permite prohibir la residencia en determinadas zonas a sospechosos, declarar áreas de protección o suspender eventos públicos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.