Portugal, primer país que no entrega su presupuesto a Bruselas en plazo

El Gobierno portugués de Passos Coelho no ha entregado a Bruselas el presupuesto del Estado para el año próximo. Desde 2013, las reglas comunitarias marcan el 15 de octubre como fecha límite para que sus países miembros envíen las cuentas. Antes de las elecciones, el Gobierno había enviado una carta a Bruselas para pedir un aplazamiento de la fecha, que la CE denegó.

Después de las elecciones del 4 de octubre, con un resultado sin mayoría absoluta del actual Gobierno, la situación política se ha complicado y también la orientación del presupuesto del Estado, por lo que el Gobierno del PSD-CDS no solo no entregó en plazo el presupuesto sino que ha anunciado que tampoco lo va a enviar.

“Desde la introducción del two pack en 2013 [reglas legislativas para mejorar la supervisión presupuestaria de la Zona euro], todos los estados miembros que tenían que presentar sus planes presupuestarios antes del 15 de octubre, lo hicieron”, ha explicado hoy viernes Annika Breidthardt, portavoz de Asuntos Económicos en la conferencia de prensa diaria de la Comisión. Portugal ha sido el primer caso negativo.

Breidthardt recordó que son muchos países miembros, que siempre hay condicionamientos electorales en un país o en otro, pero que el cumplimiento del plazo es importante para “determinar las tendencias presupuestarias, establecer la situación económica en la Zona euro como un todo y asegurar la igualdad de tratamiento a todos los países".

La portavoz, que en ningún momento aludió a posibles sanciones, informó que Bruselas está en contacto con las autoridades portuguesas para resolver el asunto.

Bruselas ha reiterado al Gobierno portugués que envíe un presupuesto provisional "sin más demora" hasta que el futuro Gobierno lo actualice a la nueva situación. Passos Coelho ha recalcado que no lo hará, pues asegura que el presupuesto para 2016 es tarea del próximo Gobierno, que no entrará en funciones, si lo hay, hasta noviembre.

Bruselas es ahora el centro del fuego cruzado entre el socialista António Costa, que trata de formar un gobierno de izquierdas con PC y BE, y Passos Coelho, que aspira a que le apoye el PS. En ese estira y afloja, Passos Coelho ha optado por no facilitar el trabajo a quien venga detrás, si no es él.