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“Ayúdanos, Bernie Sanders, eres nuestra única esperanza”

Al día siguiente del debate, el senador "socialista" organiza una fiesta de recaudación en Hollywood con miles de pequeños apoyos

Pablo Ximénez de Sandoval
Partidarios de Sanders aplauden en el mitin en Hollywood, el miércoles.
Partidarios de Sanders aplauden en el mitin en Hollywood, el miércoles.REUTERS

A la entrada del teatro Avalon, en el centro del Hollywood turístico, lo primero que encontraban los asistentes al mitin de Bernie Sanders este miércoles era una mesa con pequeños sobres azules para hacer sus donaciones a la campaña. Metían el efectivo que llevaban encima, lo entregaban y los voluntarios les daban una pegatina. Era la “revolución política” en acción de un candidato que rechaza a los grandes donantes, se propone prohibir las donaciones sin límite y quiere que las campañas tengan financiación pública. “Así es como recauda dinero esta campaña”, dijo Sanders al salir al escenario.”En sobres donde la gente mete 25 o 50 dólares. Esto no es un comedor de ricos donde la gente aporta 100.000 dólares a un super PAC. No quiero ni necesito el dinero de las grandes empresas”. En sus palabras, describió exactamente cómo es un evento de recaudación de fondos de Hillary Clinton o uno de Barack Obama en Los Ángeles.

Era el día siguiente del primer debate de las primarias demócratas, celebrado en Las Vegas el martes por la noche y retransmitido a más de 15 millones de espectadores: el debate demócrata más visto de la historia. En él, Sanders renunció a atacar a la favorita, Hillary Clinton, despreció la polémica de los emails de cuando era secretaria de Estado y se centró en decir por televisión que Estados Unidos necesita universidades públicas gratuitas, sanidad universal, aumento del salario mínimo, permisos laborales de enfermedad y maternidad, y reformas profundas del sistema financiero y el sistema electoral. A todo esto lo llama “socialismo democrático” sin complejos.

Entre el público, las camisetas de Ernie Sheesley y Tricia Evert, una pareja de mediana edad, eran un buen resumen del sentir general de los seguidores del viejo senador por Vermont. En ellas aparecía Sanders caracterizado como Obi Wan Kenobi. Con la tipografía de La Guerra de las Galaxias se leía: “Ayúdanos, Bernie Sanders. Eres nuestra única esperanza” (la frase, un clásico de la cultura popular, se la dice la princesa Leia a Obi Wan en la primera película de la saga Star Wars). Definitivamente, el miércoles Sanders actuaba en Hollywood.

Sanders, el miércoles en el teatro Avalon de Hollywood.
Sanders, el miércoles en el teatro Avalon de Hollywood.REUTERS

“Nunca hemos sentido tanta emoción por un candidato”, decía Evert. Ellos son de California y nunca habían oído hablar del senador Sanders de Vermont. “Salió de la nada. Es increíble lo lejos que ha llegado sin apoyo de la prensa”. A pesar de las camisetas, se declaraban dispuestos a votar por Hillary Clinton si es la nominada. “De ninguna manera dejaremos que los republicanos vuelvan a destruir la economía y todo lo demás”.

En el escenario, Sanders se presenta como una persona que habla de “problemas reales”. “La gente está cansada de ver la política como si fuera un partido de béisbol o una telenovela”, dijo en el escenario. Los problemas reales son que “el 58% de los ingresos son para el 1% más rico”, que “el desempleo real en América es el 10%” y que el desempleo juvenil entre los afroamericanos es el 51%. “No hablamos de eso. Por eso anoche (el martes) dije que basta de hablar de los emails de Clinton y que debemos hablar de esto”. Lanzó un mensaje a los medios de comunicación: “Si hubiera atacado a Clinton sería un gran titular”.

Sanders hila esos problemas uno con otro. El paro, con las drogas, con la falta de educación, para pedir universidad pública gratuita en todo EE UU. “Es injusto decir a las personas que no van a poder ir a la universidad ni entrar en la clase media porque sus familias no pueden permitírselo. Hace 50 años, si te graduabas de Bachillerato podías aspirar a encontrar un buen trabajo. El título universitario es el equivalente a lo que era el Bachillerato entonces. Es hora de admitir que la enseñanza universitaria es parte de la educación pública”, argumentó Sanders. Asegura que su plan costaría 70.000 millones de dólares. “Es caro, sí. Pero lo vamos a pagar poniendo impuestos a la especulación de Wall Street”.

Ernie Sheesley y Tricia Evert, con camisetas de Sanders caracterizado como Obi Wan, en el mitin de Hollywood.
Ernie Sheesley y Tricia Evert, con camisetas de Sanders caracterizado como Obi Wan, en el mitin de Hollywood.P. X. S.

En sus mitines, Sanders tiene que explicar lo que significa la palabra socialismo en su sentido europeo. El martes contó con la ayuda de un miembro de la élite. El cómico Seth MacFarlane (Padre de familia) se acercó al histórico teatro Avalon de Hollywood, hoy convertido en una discoteca, para ser el presentador de Sanders. Divirtió al público con chistes (“voy a ser breve para que pueda hablar Jim Webb”) y se declaró parte de la clase privilegiada que llevaba 10.000 dólares puestos en ropa. “No me entiendan mal, yo sigo queriendo ir a mi hospital de Beverly Hills. Pero ¿y el que no puede permitírselo? ¿Por qué no podemos tener opciones los dos?”. McFarlane afirmó que “un poco de socialdemocracia no le vendría mal” a Estados Unidos. “La derecha ha trabajado mucho para convencer a los americanos de que socialismo es una palabra mala”, dijo el cómico. Tras recordar al “mejor presidente de la historia, Franklin Delano Roosevelt” dijo que “el capitalismo y el socialismo democrático pueden coexistir”.

En la revolución política de Sanders tiene una importancia capital la reforma del sistema de financiación de las campañas. Desde la sentencia del Tribunal Supremo sobre el caso Citizens United, los llamados Super PAC pueden recaudar ilimitadamente. “Creo apasionadamente en un concepto radical llamado democracia”, dice Sanders en el escenario. “En el sistema actual, tú tienes un voto y los hermanos Koch (grandes financiadores del Partido Republicano) tienen un voto más 900 millones para comprar candidatos. Eso no es democracia, es oligarquía”. Sanders quiere registrar también automáticamente para votar a todos los norteamericanos al cumplir los 18 años.

En inmigración, Sanders quiere “regularización para todos cuanto antes” y prometió utilizar para ello medidas ejecutivas. Pero hizo además una reflexión sobre el “racismo” de los candidatos republicanos con los mexicanos. “Llevamos combatiendo el racismo cientos de años. Estamos en 2015. Se puede debatir sobre inmigración, pero el racismo es inaceptable”, dijo entre el entusiasmo del público de la ciudad con más mexicanos fuera de México.

El miércoles en Hollywood, esa “revolución política” de la que habla Sanders, en la que millones de pequeños donantes (la media de aportaciones a su campaña es 30 dólares) pueden unirse para derrotar a los candidatos de las grandes empresas. El movimiento tenía rostros como los de Ernie y Tricia, hispanos y familias con niños. También jóvenes como John Paul King, de 22 años, que va a votar en unas presidenciales por primera vez. Pero King pensaba distinto: “Si la elección fuera entre Hillary y Trump, me lo pensaría”. Cree que hay un paralelismo entre el millonario Donald Trump y Sanders, en el sentido de que “han cambiado la conversación” y ambos representan a la gente que quiere recuperar el poder de manos de los políticos profesionales. “No creo a Clinton, todo lo que dice son maniobras políticas. Bernie se lo cree, no hay duda”. ¿Y Trump? “Todos sabemos que no es republicano, es un rico loco”.

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Sobre la firma

Pablo Ximénez de Sandoval
Es editorialista de la sección de Opinión. Trabaja en EL PAÍS desde el año 2000 y ha desarrollado su carrera en Nacional e Internacional. En 2014, inauguró la corresponsalía en Los Ángeles, California, que ocupó hasta diciembre de 2020. Es de Madrid y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

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