Nueve muertos que buscaban una oportunidad en la vida

Las víctimas del tiroteo del jueves en Roseburg, Oregón, son ocho estudiantes de la universidad pública de Umpqua y un profesor, ejecutados a sangre fría por un joven de la zona. Las edades y perfiles vienen a ser un reflejo del servicio que este centro de formación profesional da al condado de Douglas. Con más de 13.000 estudiantes en distintos niveles, la mayoría en cursos a tiempo parcial, en él hay desde recién graduados del instituto hasta personas de mediana edad que buscan reconducir sus vidas o una segunda oportunidad. La edad media del campus es 38 años.

La oficina del sheriff del condado hizo públicos los nombres de las víctimas pasadas las dos de la tarde locales del viernes. Tres de ellas tenían 18 años: Rebecka Ann Carnes, Lucas Eibel y Quinn Glen Cooper.

Lucas Eibel estudiaba química, le gustaba jugar al fútbol y hacía de voluntario en refugios de animales, relató su familia a través de las autoridades. Estudiaba gracias a dos becas. Quinn Cooper era recordado este viernes por su familia como un chico “divertido, dulce y compasivo”, inseparable de su hermano mayor. “No sabemos cómo vamos a continuar con nuestras vidas sin Quinn”, dijo la familia en un comunicado. “Nuestras vida está hecha añicos sin remedio. Nadie debería sentir nunca el dolor que estamos sintiendo”.

Otra estudiante llamada Lucero Alcaraz tenía 19 años. Las amigas de Alcaraz estaban convencidas desde el jueves por la noche de que estaba entre las víctimas. Familiares de Alcaraz se despidieron de ella de forma emocionada en las redes sociales y rechazaron hablar con la prensa. Lucero quería ser enfermera pediátrica. “Nunca te dije lo orgullosa que estaba de ti”, escribió su hermana María en Facebook. Su prima, Nancy Rebolledo, publicó: "Prima te extrañaremos muchísimo te amamos que diosito te tenga en la gloria". Llevaba todo el día anterior pidiendo información sobre Alcaraz.

Los otros cuatro estudiantes fallecidos se llamaban Treven Taylor Anspach, de 20 años, Sarena Dawn Moor, de 44 años, Jason Dale Johnson, de 33, y Kim Saltmarsh, de 59 años. La madre de Jason Johnson decía ayer a través de un comunicado que su hijo “había encontrado su camino” al enrolarse en un curso de UCC.

El profesor asesinado el jueves, que según los testigos fue el primero en morir de un disparo en la cabeza desde el exterior del aula pasadas las 10:30 de la mañana, se llamaba Lawrence Levine y tenía 67 años.