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El apoyo cívico a los refugiados fuerza un giro político en la derecha europea

Los conservadores franceses se dividen cuando aumenta en nueve puntos en una semana el apoyo a los asilados y ya es mayoritario en el país

Carlos Yárnoz
Un sirio se autorretrata con Merkel, este jueves en Berlín.
Un sirio se autorretrata con Merkel, este jueves en Berlín.Sean Gallup (GETTY)

El creciente apoyo ciudadano a la acogida de refugiados en Europa está forzando a la derecha a revisar y modificar sus posiciones frente al fenómeno migratorio. El fenómeno está provocando discrepancias en sus filas y, como ocurre en Francia, ya solo mantiene discursos duros frente a los migrantes en las zonas donde más apoyos tiene la ultraderecha, cuyos mensajes xenófobos tienen ahora menos incidencia en la población. Por vez primera desde que se inició la actual oleada migratoria en Europa, la opinión pública francesa apoya mayoritariamente la acogida de refugiados. La foto del cadáver del niño Aylan Kurdi en una playa turca ha sido clave en ese cambio de actitud ciudadana, sostienen los encuestadores.

El apoyo prácticamente unánime en Alemania a las iniciativas de la conservadora Angela Merkel, que ha logrado aislar a los neonazis y xenófobos, es una de las pruebas más contundentes del nuevo posicionamiento de la mayoría de las derechas europeas. También en España, el Gobierno de Mariano Rajoy ha variado en poco tiempo de su rechazo a las cuotas a la aceptación del cupo fijado por la Comisión Europea. O en Reino Unido, donde el primer ministro y líder de los conservadores, David Cameron, ha acabado aceptando 20.000 refugiados pese a que no cumulga con el mecanismo europeo "permanente y obligatorio" para repartir por cupos a los refugiados.

La Eurocámara urge a los Estados a asumir las cuotas

LUCÍA ABELLÁN / Bruselas

Los Gobiernos europeos no deben perder más tiempo en asumir su parte de responsabilidad en la crisis de refugiados. “La Unión no puede permitirse otro fracaso. Contamos con usted para asegurar que el Consejo actuará la próxima semana y adoptará una solución completa y global”, aseguran los tres grandes grupos del Parlamento Europeo en una carta dirigida a los gobernantes de los países miembros aprobada en la Eurocámara. Manfred Weber, presidente del Partido Popular Europeo; Gianni Pittella, de los socialdemócratas, y Guy Verhofstadt, de los liberales, urgen a los jefes de Estado y de Gobierno a que adopten la propuesta de Bruselas de distribuir a 160.000 refugiados por todo el bloque comunitario.

El escrito, dirigido al primer ministro luxemburgués, Xavier Bettel, como gobernante en el que recae la presidencia de la UE este semestre, anima a los líderes a adoptar otras medidas. Entre ellas, disponer de “margen presupuestario suficiente” para recibir e integrar a los refugiados que están llegando a Europa. “Esta situación ha mostrado una lamentable falta de solidaridad por parte de los Gobiernos hacia los demandantes de asilo”, critica la resolución, que recoge las iniciativas exigidas por la Eurocámara. Los eurodiputados censuran también que “los líderes de algunos Estados y los partidos de extrema derecha utilicen la situación para fomentar el sentimiento antiinmigratorio”. Los Verdes se han sumado a esta resolución.

Más allá de la necesaria implicación europea en este problema, el Parlamento pide una conferencia internacional sobre refugiados en la que participen la ONU, los Gobiernos y las ONG.

En Francia, la migración se ha convertido de nuevo en un campo de batalla para la disputa de votos entre la derecha y la ultraderecha. Se trata de las dos únicas opciones políticas en la que es mayoritario el rechazo a la acogida de refugiados. La derecha está revisando sus posiciones, pero no quiere dejar el campo libre al ultraderechista Frente Nacional, hoy el partido con más apoyos en Francia, según todas las encuestas. El desconcierto en la derecha ante ese apoyo ciudadano ha originado que el partido conservador, Los Republicanos, se muestre dividido y no tenga una posición oficial, que intenta consensuar la semana que viene.

Mientras no llega ese consenso, y en esa pugna por disputar votos a la ultraderecha, el expresidente Nicolas Sarkozy, líder de Los Republicanos, ha adoptado por una línea más intransigente y ha explicado su plan para la migración: no a las cuotas por ahora, construcción de centros de selección en países fronterizos con la UE y creación de la figura de “refugiado de guerra”, cuyos beneficiarios, como los ahora procedentes de Siria e Irak, tendrían que regresar a sus casas una vez acabado el conflicto.

Ante la “gravedad extrema” de la situación actual –“jamás en su historia Europa ha tenido que afrontar semejante presión migratoria”- el exjefe del Estado francés desgrana este jueves en una amplia entrevista al diario conservador Le Figaro su plan para endurecer la política migratoria europea. “Hay que refundarla”. “Hoy, Schengen no funciona”. Por eso, propone “la suspensión provisional” de la libre circulación de ciudadanos no europeos por el espacio Schengen, mientras seguiría respetándose para los europeos. No le parece “complicado” hacerlo porque, dice, aún hay fronteras y policías de fronteras. Esa provisionalidad duraría hasta pactar “un Schengen II”.

Sarkozy, que hasta ahora ha rechazado de plano el sistema de cuotas, las admite, pero opina que podrían ser una consecuencia de esa nueva política migratoria, nunca un paso previo. Como en Europa, argumenta, hay tantas políticas migratorias como países, “fijar cuotas (ahora) nos llevaría a aceptar en nuestro país a extranjeros a los que no les corresponde de acuerdo con los criterios que hemos establecido para la entrada en nuestro territorio”.

La pugna entre la derecha y la ultraderecha es más visible  en los territorios donde el Frente Nacional logra sus mejores resultados

Y como las ayudas y condiciones de acogida también son diferentes, alarma a la población al decir que los refugiados “acabarán indefectiblemente” en Francia porque en este país hay más y mejores apoyos para alojarlos.

El rechazo de Sarkozy a las cuotas en este momento se produce cuando la opinión pública es, por vez primera, favorable a la acogida de los refugiados. El 53% de los franceses la ve positiva, cuando hace una semana rozaba solo el 44%. Nueve puntos de diferencia en solo siete días. Según Elabe, la empresa que ha hecho el sondeo, este cambio “demuestra la emoción suscitada por la foto de Aylan Kurdi”. Solo votantes y simpatizantes de la derecha y la ultraderecha están mayoritariamente en contra: 60% y 84%, respectivamente. Ha crecido así el apoyo a la posición del presidente François Hollande, que no ha puesto problema alguno para acoger a los 24.000 refugiados asignados por Bruselas. Su partido, el socialista, propugna crear una red de ayuntamientos solidarios para alojar a migrantes.

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El exjefe del Estado Sarkozy, por el contrario, propone establecer “un verdadero estatuto de refugiado de guerra que hoy no existe formalmente”. Se les otorgaría a migrantes como la mayoría de los actuales, que salieron de Siria o Irak. “Tenemos que acogerlos solo durante el periodo de conflicto”.

Resucita Sarkozy la idea que ya intentó aplicar en Libia durante su mandato: crear centros de selección de migrantes en países del Norte de África y los limítrofes con los Estados miembros de la UE en el Este de Europa. Serían centros financiados por la UE y gestionados junto con el Alto Comisionado para los Refugiados de la ONU. Los países afectados lo aceptarían, dice, porque son también “víctimas” de una situación que les desborda.

La pugna entre la derecha y la ultraderecha es más visible precisamente en los territorios donde el Frente Nacional logra sus mejores resultados: Provenza-Alpes-Costa Azul y Norte-Paso de Calais-Picardía. Es en ambos donde alcaldes y candidatos de Los Republicanos han expresado su rechazo más contundente a las cuotas. En otras zonas, por el contrario, se apoya el reparto europeo.

Es el caso de Burdeos, donde su alcalde y rival de Sarkozy para las primarias, Alain Juppé, ha mostrado su disposición a acoger refugiados. Mientras, tres alcaldes conservadores han escandalizado a los franceses al pedir que en sus localidades solo sean acogidos refugiados cristianos. Una muestra más del desconcierto y la división que la oleada migratoria origina entre los conservadores.

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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