El presidente de Guatemala enfrenta la crisis más grave de su mandato
Otto Pérez Molina, acusado de corrupción, culpa a la patronal y a la comunidad internacional de la presión para que deje el cargo
El presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, en el ojo del huracán por las pruebas que lo ligan a tramas de corrupción que han esquilmado al país centroamericano, por una población que lleva meses en las calles pidiendo su dimisión y por un gabinete que se cae como un castillo de naipes, dirigió el domingo un mensaje a la nación en el que anunció su decisión de permanecer en el cargo.
Pérez, en una alocución pregrabada y con el gesto fatigado, negó los cargos en su contra. La Fiscalía y la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG, patrocinada por la ONU) lo acusan de estar al frente de una estructura mafiosa que esquilmaba los recursos del Estado desde las aduanas. Poco convencido de sus palabras, el mandatario optó por la huida hacia adelante y atacó a los investigadores y a la patronal.
“Declaro categóricamente que rechazo mi vinculación [a la estructura mafiosa] y haber recibido dinero alguno […]. Daré la cara y demostraré que no he sido parte”, dijo Pérez visiblemente molesto, para enfilar sus cañones hacia la patronal y los investigadores. “No hay una sola línea. Son dos. Hasta ahora ha aparecido la [parte] que recibe [los sobornos] pero no la que paga, sin duda enraizada en el sector empresarial”, señaló.
El presidente guatemalteco califica a los investigadores de su supuesta participación en una red de corrupción de "intervencionistas"
La estructura mafiosa que, según la Fiscalía, se apoderaba hasta del 50% de los impuestos que el Estado debía percibir por las importaciones, es conocida como La Línea, en alusión a un número telefónico para establecer los contactos que permitieran la evasión.
El presidente después arremetió contra la CICIG. “No es aceptable que en Guatemala se pretenda instalar una estrategia intervencionista que tiene como objetivo dictarnos qué hacer o dejar de hacer y quebrantar la democracia”, advirtió.
“Fue un mensaje vergonzoso, patético y cínico”, resumió, en entrevista para este diario, el analista Luis Linares, de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales, Asíes. “Atacar a la ‘injerencia extranjera’ y al sector empresarial constituye una defensa de lo más endeble. Evidenció su impotencia, su falta de argumentos para aferrarse en el poder, que solo se explica por su afán de mantener la inmunidad tanto como presidente como futuro diputado de esa trinchera de impunidad en la que se ha convertido el inoperante Parlamento Centroamericano”.
"Fue un mensaje vergonzoso, patético y cínico" afirmó un analista consultado por EL PAÍS
Con relación a que Pérez Molina intente negociar una salida en busca de un exilio dorado, el experto califica como muy difícil que un país le conceda semejante prebenda. “Sería vergonzoso”, subraya. Además, añade, “Otto Pérez se sentía muy seguro de quedarse en Guatemala convertido en potentado, por lo que invirtió su fortuna en el país.
“Si el presidente no estuviera involucrado, habría renunciado a su inmunidad. Pero desde el momento en que se resiste y confronta a la sociedad, el sentimiento es de frustración. Esperábamos más respeto a la población, no a un mandatario soberbio, agresivo”, comentó por teléfono la analista Carmen Aceña, del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN).
La ex vicepresiente de Pérez Molina, Roxana Baldetti, rendirá su primera declaración en el proceso que se sigue en su contra
En tanto, la mañana de este lunes la atención de los guatemaltecos se enfoca en los juzgados, donde Roxana Baldetti, ex vicepresidenta y ahora prisionera, rendirá su primera declaración ante el Tribunal de Alto Impacto que conoce las denuncias en su contra: estafa, defraudación en las aduanas y el cobro de sobornos.
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