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Carolina del Sur aprueba retirar la bandera confederada

La ola de indignación por la matanza de Charleston acaba con un símbolo de la esclavitud indiscutido durante 150 años

Partidarios de la confederada, frente al Capitolio en Columbia.
Partidarios de la confederada, frente al Capitolio en Columbia.AFP

Cuatro días han bastado para que Carolina del Sur haya dado un paso pendiente desde hace 150 años e impensable hace menos de un mes. El miércoles por la noche, la Cámara baja de ese estado votó a favor de retirar la bandera confederada de las instalaciones del Capitolio. La bandera del Ejército del Sur en la Guerra Civil americana, un símbolo de la esclavitud, no ha resistido la conmoción de EE UU tras el asesinato de nueve negros por un joven supremacista blanco.

Pocas horas después de la votación, en la tarde del jueves, la gobernadora de Carolina del Sur, Nikki Haley, completaba el proceso de retirada de la bandera al convertir en ley, con su firma, la iniciativa ratificada ya por las dos cámaras del Congreso estatal.  "Es un gran día para Carolina del Sur", proclamó la gobernadora republicana.

Los hechos que han vuelto intolerable la bandera que hasta hace poco era motivo de orgullo en el Sur blanco y conservador se remontan al pasado 17 de junio. Un hombre de 21 años, Dylann Roof, entró en una iglesia negra de Charleston, Carolina del Sur, se sentó con un grupo de estudio de la Biblia y, después de una hora de compartir oración con sus víctimas, abrió fuego. Mató a nueve personas, incluido el pastor Clementa Pinckey, también senador estatal.

Roof no había ocultado sus inclinaciones. En las redes sociales había dejado fotos suyas, no solo con la bandera confederada, sino con símbolos de opresión racial como la bandera de la Sudáfrica del apartheid.

En la emotiva firma de la ley, oficiada en el Capitolio, Haley recordó a las víctimas de la matanza racista de Charleston. También destacó los 22 veritignosos días transcurridos desde entonces, durante los cuales se abrió un intenso debate sobre el significado de la bandera que, finalmente, ha llevado a este momento que muchos creyeron imposible en el Sur de EE UU. Esas “nueve personas maravillosas han cambiado por siempre la historia de Carolina del Sur”, afirmó Haley ante la presencia de legisladores y exgobernadores.

La gobernadora republicana firmó la ley con varias plumas. Nueve de ellas, anunció, serán entregadas a las familias de las víctimas.

El debate entre los representantes de Carolina del Sur empezó a las 10 de la mañana del miércoles y la votación llegó pasada la una de la madrugada del jueves. A pesar del amplio apoyo bipartito de la medida, un grupo de republicanos trató de suavizarla y bloquear el debate con docenas de enmiendas. La ley, aprobada por 94 votos contra 20, propone quitar la bandera de las instalaciones oficiales y llevarla a un museo.

“Si no te conmueve el sufrimiento de la gente de Charleston no tienes corazón”, dijo la representante Jenny Anderson Horne, blanca y republicana, frustrada por la oposición de parte de su partido.

El pasado lunes, solo tres semanas después del tiroteo, el Senado estatal aprobabala retirada de la bandera. Tras la votación de la madrugada en la Cámara baja y la firma de la ley por Haley, la bandera confederada seguirá ondeando solo unas horas más en el Capitolio, el lugar en el que, de una forma u otra -primero en la cúpula de la sede parlamentaria y desde el año 2000 frente al edificio- ha estado izada durante más de medio siglo.

La bandera será arriada formalmente el viernes a las 10 de la mañana hora local. Una vez retirada del predio del Capitolio, será trasladada a un museo militar de Columbia, donde será expuesta en una “sala de reliquias”.

"Somos un estado que cree en la tradición, en la historia, somos un estado que cree en el respeto. Así que la arriaremos con dignidad y nos aseguraremos de que es desplegada con el debido respeto”, prometió la gobernadora para apaciguar a las todavía no pocas voces que siguen protestando por el gesto. Una acción sin embargo que ella apoyó desde casi el principio y que, según dijo este jueves, forma ya parte de la historia de Carolina del Sur.

"El dolor va a durar mucho tiempo. Pero cuando el duelo empiece a atenuarse, la historia de las acciones realizadas por todos en Carolina del Sur hasta llegar a este momento será algo de lo que todos podremos enorgullecernos", sostuvo Haley.

“Dios se mueve por caminos misteriosos”, había dicho el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en el servicio religioso por el reverendo Pinckney. Obama, el primer negro que llega a la Casa Blanca, quiso ver en los asesinatos un plan de Dios para impulsar cambios profundos en la sociedad de Estados Unidos, en el racismo inconsciente, en el fácil acceso a las armas, en el uso de los símbolos. “Durante mucho tiempo estuvimos ciegos ante el dolor que la bandera confederada infligía en muchos de nuestros conciudadanos”, razonó el presidente. "Para muchos, blancos y negros, esa bandera es símbolo de opresión sistemática. Quitar la bandera no es una ofensa al valor de los soldados confederados, es reconocer que la causa por la que lucharon, la esclavitud, estaba equivocada”.

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