El plan de Tsipras se acerca más que nunca a la última oferta de Europa
Pensiones, IVA y privatizaciones concentran las modestas diferencias entre los dos planes
Pocos matices separan la última propuesta de las instituciones europeas de la última carta enviada por Alexis Tsipras a la Comisión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el BCE para intentar un acuerdo fuera de plazo. Las nuevas exigencias se basan en elementos sensibles para Grecia –IVA, pensiones, gasto militar y mercado de trabajo principalmente- pero se trata de flecos que habrían sido fáciles de negociar en una etapa previa. Solo la desconfianza generada tras una negociación tan ardua explica la negativa europea a aceptar la cesión de Tsipras. Estas son las principales diferencias entre el esquema ofrecido por la UE el pasado 26 de junio y las modificaciones enviadas hoy:
1. IVA. El sector turístico, de importancia vital para Grecia, soporta un IVA del 13% en la parte continental del país y del 9% en las islas. Las instituciones pedían unificar el tipo al 23% en todo el país, pese a que el anterior Gobierno griego, de Andonis Samarás, lo rebajó al 13% para impulsar el sector. Ya el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, admitió el lunes que podría aceptarse el 13%. La mejora adicional que pide ahora Tsipras es seguir manteniendo la rebaja (del 30%) en las islas.
2. Impuestos. Los socios querían que Grecia exigiera a las empresas adelantar un 100% los pagos del impuesto de sociedades (es decir, abonar el total antes de la liquidación) a finales de 2016. Tsipras pide un año más, hasta finales de 2017. La misma fecha exige para retirar poco a poco el marco fiscal preferencial para agricultores. La propuesta europea no fijaba calendario.
3. Gasto en defensa. Desde un principio Grecia, uno de los pocos países de la OTAN que supera el objetivo del 2% de gasto militar sobre el PIB, se había resistido a rebajar esa partida. Los socios exigían un descenso de 400 millones. Tsipras lo acepta en su propuesta, pero para 2017; en 2016 propone recortar la mitad, 200 millones.
4. Pensiones. Es el capítulo donde puede haber mayor brecha entre ambas iniciativas porque, dado el elevado peso de las pensiones sobre el PIB griego (16%), cualquier cambio puede implicar importantes sumas de dinero. Aun así, los retoques son leves. Para retrasar la edad de jubilación hasta los 67 años, uno de los principales objetivos de la propuesta, los socios europeos pedían comenzar a contar desde el 1 de julio. Tsipras se compromete a aplicar esta y otras reformas de pensiones aprobadas anteriormente, pero no hasta octubre de 2015, cuando el Gobierno griego pretende reflejar todos los cambios en una nueva ley de pensiones. Se trata de un retraso de tres meses. Y esa nueva ley del Ejecutivo griego implica mayores pagos por parte de los griegos para percibir pensión.
Respecto al EKAS, un complemento de pensión que se da a quienes no reúnen una cantidad mínima, Grecia se compromete a eliminarla a finales de 2019, como pedían las instituciones, pero exigiendo una exención para el 20% de los perceptores más desfavorecidos.
5. Mercado de trabajo. La UE fija una serie de condiciones que incluyen mantener el esquema actual de negociación colectiva, muy debilitado respecto al periodo anterior a la crisis, y un acuerdo previo del BCE, la Comisión y el FMI para cualquier mejora en este capítulo. Tsipras no objeta nada de eso y simplemente puntualiza que el nuevo marco laboral se elaborará en otoño de este año.
6. Electricidad. Frente a la exigencia europea de dar “pasos irreversibles para privatizar la compañía de red eléctrica”, ADMIE, Tsipras propone desgajarla de la actual productora y distribuidora de energía PPC para mantenerla bajo control estatal. El resto de privatizaciones, en cambio, se aceptan. En el capítulo de mercados hay una última parte más difusa sobre medidas de liberalización en el que el Gobierno griego accede a aplicar recomendaciones de la OCDE, pero pide evaluar las prácticas de oligopolio en ciertos sectores (construcción, agricultura y medios de comunicación) y luchar contra la corrupción empresarial.
Más allá de estos apartados tan precisos, hay un elemento clave en las demandas griegas que no aparece en la carta. Se trata del alivio de la deuda, probablemente un factor demasiado delicado como para fijarlo por escrito en un texto destinado a convencer a los socios de que el acuerdo es posible. Y en todo caso Juncker ya dio públicamente garantías a Tsipras el lunes de que el Eurogrupo contemplaba esa hipótesis.
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