Un islamista ataca una empresa de gas en Lyon tras decapitar a su jefe
Un asaltante ha penetrado en una empresa gasística con una bandera islamista
La tranquila ciudad de Saint-Quentin-Fallavier, próxima a Lyon, se vio sorprendida este viernes por la mañana por un presunto atentado yihadista: un hombre decapitó a su jefe y provocó una explosión en una empresa gasística. Huyó después tras dejar en la puerta la cabeza de su víctima adornada con dos banderas islamistas. Los vecinos del presunto terrorista en la cercana Saint Priest coinciden: “No hablaba con nadie. Ni los amigos que traía. Interrumpía a diario su trabajo para ir con su mujer, con velo, a la mezquita”.
El presunto autor del segundo atentado yihadista en Francia en seis meses fue detenido e identificado de inmediato. Se trata de Yassine Salhi, un hombre de 35 años vecino de Saint Priest, localidad de 43.000 habitantes próxima al lugar de los hechos, vigilado como salafista entre 2006 y 2008.
La policía y el Gobierno no dudaron en calificar lo ocurrido como un atentado terrorista, suicida incluso según algunos, pero la identificación del decapitado como jefe del supuesto terrorista convierte lo ocurrido en una mezcla de relación personal y militancia islamista radical.
Salhi, solo o acompañado por otro, entró con su furgoneta en la empresa americana AirProducts, situada en el polígono industrial de Saint-Quentin-Fallavier, en el departamento de Isère, cerca de Lyon. El relato del fiscal jefe de París, François Molins, fue pormenorizado. Salhi llegó en su furgoneta de reparto a AirProducts a las 9.28 de la mañana. Conocido en la empresa, le abrieron la puerta. Dejó la cabeza de un hombre sobre la puerta. A las 9.36, tras precipitar el vehículo contra un hangar abierto con bombonas de gas, se produjo la explosión que hirió a dos empleados. Los bomberos encontraron el cuerpo del decapitado en la furgoneta. “No sabemos si fue decapitado antes o después de morir”, dijo Molins.
Un vecino ha contado que acudió al lugar con un amigo al oír el estallido y que vio una cabeza sobre la verja de entrada. La víctima es, según el periódico local Le Dauphine, Hervé Cornara, de 54 años, director comercial de la empresa ATC para la que también trabajaba Salhi.
El presunto terrorista es francés, de padre argelino y madre marroquí. Trabajaba desde el 10 de marzo para ATC, compañía de transportes situada en Chassieu, en el extrarradio de Lyon.
En el número 43 de la calle Alfred Vigny de Saint Priest (43.000 habitantes), en cuyo bajo izquierda ha vivido el último medio año Salhi, vecinos y vecinas se arremolinaban en el patio-jardin de esas humildes casas fabricadas de cuatro plantas. En el portal, tres policías de paisano con la pistola visible al cinto.
El vecino del primero derecha rechaza decir su nombre, pero es muy explícito: “No me saludaba nunca. Ni a mí ni a nadie. El mayor de sus tres hijos, de siete años, juega en ese patio con los míos”. Cuenta este vecino, corpulento y no musulmán, que Salhi salía de casa para trabajar a las 7.00. “Volvía a las 12; se llevaba a su mujer a la mezquita, volvía a trabajar y regresaba a su casa hacia las 18.00. Sus amigos, que vestían normal, como él, tampoco saludaban nunca a nadie. Eran raros”.
Nadine, de 46 años, y Cyrielle, de 30, viven en el 37 de la misma calle, en un edificio igual que el del presunto terrorista. Entre los niños a los que vigilan en el patio, un chico y una chica llevan camisetas del Barça. “Este barrio es tranquilo. En cambio, en el de al lado, en Bell Air, hubo hace poco tiroteos entre bandas de drogas”. ¿Y su vecino presunto autor del atentado y detenido, al igual que su mujer? “Su mujer saludaba. Siempre con el velo, lo respetamos. Pero él, no dirigía la palabra a nadie. Estos dos hijos míos”, dice Cyrielle, “juegan siempre con los suyos. Pobrecitos...”
Empresa de productos químicos
La empresa de Isère en la que han atacado este viernes supuestos yihadistas se llama AirProducts. Es una multinacional implantada en medio centenar de países con 20.000 empleados. Entre los países en los que tiene fábricas está Francia. Allí, AirProducts está especializada en proveer gas industrial, productos químicos y los equipos y tecnologías necesarias para su uso. Es uno de los mayores proveedores de helio e hidrógeno.
La emisora Europe 1 habló con la esposa de Yassin Salhi antes de ser detenida. Sorprendida por la noticia, preocupada y llorosa, dijo que su marido había salido temprano a trabajar como cada día y que no había vuelto a casa como es habitual entre las 12.00 y las 14.00 horas. Luego señaló que la suya es una familia musulmana normal, “que hace el Ramadán” y que no había motivo para inquietarse.
La policía ha detenido al menos a cuatro personas: el presunto terrorista, su esposa, una hermana y un hombre que podría haber sido cómplice del crimen.
En la enorme zona industrial en la que se produjo el atentado trabajan Henri y Nadine. En la empresa de jardinería Vilmorin. “La zona es muy tranquila pese a las 300 empresas a las que acuden a diario 5.000 camiones. Las vigila una empresa privada. Y hay una guardería. Como la atacada, hay varias empresas químicas peligrosas”.
Tanto el presidente de la República, François Hollande, como el primer ministro Manuel Valls estaban este viernes fuera de Francia y regresaron de Bruselas y Colombia, respectivamente, de manera inmediata. El Gobierno declaró la máxima alerta antiterrorista en la región del Ródano-Alpes durante tres días y confirmó que en el atentado resultaron heridas dos personas con carácter leve. AirProducts por su parte dijo que en la empresa había 40 empleados en el momento del atentado y que ha reforzado la seguridad en todas sus instalaciones.
Los Republicanos, el partido de Nicolas Sarkozy, han exigido una "respuesta firme y sin concesiones" a la barbarie terrorista contra la que "Francia está en guerra". La líder del ultraderechista Frente Nacional Marine Le Pen ha pedido el restablecimiento de las fronteras nacionales, la expulsión de los extranjeros sospechosos de terrorismo y que los que dispongan de la doble nacionalidad sean despojados de la francesa.
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