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Columna
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La Tragedia griega continúa

Con estos tipos de cambio, en seis meses tendremos otra situación límite en la negociación

José Carlos Díez

El pasado otoño Syriza presentó su programa electoral. Reestructurarían deuda por ilegítima, liberarían recursos para un estímulo fiscal del 7% del PIB, aumentarían el crecimiento y el empleo. Nueve meses después, Alexis Tsipras ha enviado un documento de 11 páginas a Bruselas con su firma donde no hay ni una palabra de reestructuración de deuda y donde propone un ajuste fiscal adicional del 1,5% del PIB en 2015 y del 3% en 2016.

Ninguna de las partes tiene intención de forzar la salida del euro, pero tras el acuerdo en Bruselas toca aprobarlo en los Parlamentos nacionales. Hay riesgo de que parlamentarios de Syriza voten en contra y su socio de gobierno ANEL, ultraconservador, ultranacionalista y antiausteridad, no es probable que lo apruebe. Se puede dar la paradoja de que sea Nueva Democracia, miembro del PP Europeo, el partido que arruinó Grecia y que acumuló un déficit oculto del 10% del PIB en 2009, el que lo apoye.

La prioridad en Grecia es estabilizar el sistema bancario, inmerso en una brutal fuga de depósitos desde enero. Es condición necesaria que Tsipras mande un mensaje creíble asegurando que el dinero de los griegos no está en riesgo en los bancos. Syriza ha propuesto a la troika utilizar unos 11.000 millones de euros pendientes del rescate para crear un banco malo. Ese plan debería reestructurar hipotecas y créditos a empresas impagados para reducir sus cuotas con el fin de evitar los desahucios, evitar el cierre y preservar el empleo.

La austeridad continuará en Grecia pero los ajustes comprometidos son tan duros que el país volverá a incumplir sus compromisos. Por lo tanto, dentro de seis meses volveremos a tener otra situación límite en la negociación con reuniones extraordinarias al límite. Se cambiará deuda del FMI por fondos de rescate del Mecanismo Europeo de Estabilidad a más plazo y menor coste de intereses. Se resolverían los vencimientos a corto plazo y a 30 años todos muertos, como dijo Keynes.

El problema de Grecia es que el PIB por hora trabajada es de 20 euros; en España, 30 euros; y en Alemania, 40 euros. Como dijo Paul Samuelson, Nobel de Economía, “los europeos se están acostando con un gorila”. Grecia necesita crear proyectos empresariales rentables en entornos competitivos globales. Pero para conseguirlo debería tener un tipo de cambio del euro próximo a 0,8 contra el dólar.

Los manuales recomiendan devaluar, pero supondría salir del euro, la quiebra de todas las familias, empresas y bancos endeudados y también del Estado. Además, supondría incumplir todos los contratos, provocando problemas jurídicos, internos y externos, como en la Argentina de 2001, que aún hoy siguen sin resolverse.

Salir del euro provocaría un aumento exponencial de la pobreza a corto plazo. Pero quedarse con tipo de cambio fijo y tipos de interés efectivos muy superiores a los de los competidores también aumentará la pobreza. De momento, ni la troika ni Syriza tienen un plan para solucionar la sobrevaloración del tipo de cambio y conseguir nuevos proyectos de inversión rentables y competitivos. Veremos.

@josecdiez

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