La oposición griega reclama a Tsipras que cierre un pacto
El centrista Potami está dispuesto a respaldar cualquier acuerdo en el Parlamento
El primer ministro griego, Alexis Tsipras, cuenta con el apoyo de parte de la oposición para sacar adelante en el Parlamento un hipotético acuerdo con los acreedores. To Potami, el pequeño partido de centro liberal, y el socialista Pasok, que suman entre ambos 30 escaños, han instado al Ejecutivo a cerrar urgentemente un pacto que evite la caída en el abismo del país. El apoyo de la ciudadanía a la eurozona se mantiene, pero un tercio defiende la salida de la moneda única.
Tras la interrupción de las negociaciones entre Atenas y las instituciones antes conocidas como troika (Fondo Monetario Internacional, Comisión Europea y Banco Central Europeo), Stavros Theodorakis, líder del liberal To Potami (El Río) —que se ha erigido en portavoz oficioso de la oposición por delante de la conservadora Nueva Democracia (ND)— solicitó a Tsipras, el domingo pasado, una reunión de los líderes políticos, un mecanismo institucional habitual en momentos de crisis. Tsipras accedió a medias a la petición de Theodorakis, reuniéndose por separado con éste y con otros dos líderes, la del socialista Pasok, Fofi Yenimatá —recién elegida, este domingo, en sustitución del histórico Evánguelos Venizelos— y Dora Bakoyani, dirigente tradicional de la conservadora Nueva Democracia, un partido inmerso en una crisis de liderazgo desde su derrota electoral el pasado 25 de enero. El líder aún oficial de ND, Andonis Samarás, se reunirá este jueves, por su parte, con el presidente del país.
El centrista Theodorakis instó a Tsipras a cerrar un acuerdo cuanto antes. “La sociedad griega está acusando mucho la constante demora en la consecución de un acuerdo; la economía se halla al límite”, dijo Theodorakis, por lo que pidió al primer ministro un acuerdo inmediato que To Potami (17 diputados) respaldará en el Parlamento, sea cual fuere su contenido. Igual intención manifestó la nueva líder socialista —hija de un histórico del Pasok—, quien pidió a Tsipras que el equipo negociador con los socios incluya una representación transversal de los partidos —proeuropeos, naturalmente— del arco parlamentario.
Potami y Pasok suman 30 escaños que valen su peso en oro si el ala dura de Syriza —entre el 35% y el 40% de sus 149 escaños— rechaza en el Parlamento un hipotético acuerdo con los acreedores que imponga nuevas medidas de austeridad a Grecia.
La conservadora Dora Bakoyani, que ha puenteado clamorosamente a su jefe de filas, también mostró su apoyo a un acuerdo “que mantenga a Grecia en la eurozona”, aunque se desconoce la postura común de los 76 diputados de ND en una hipotética votación parlamentaria al respecto.
Sondeos
Con los neonazis y los comunistas del KKE excluidos de cualquier diálogo o pacto —ambos se oponen a los rescates y exigen la salida inmediata del euro—, la ausencia de una oposición poderosa es la principal baza a favor de Alexis Tsipras, al carecer de un tercer frente hostil —los otros dos son el de los socios y la facción dura de Syriza—, pero también un contexto incierto si se produce un vacío de poder o, eventualmente, unas elecciones anticipadas, una opción que el propio Gobierno ha descartado repetidamente.
Los sondeos de intención de voto deparan resultados muy parecidos a los de las elecciones de enero: Syriza sigue sacando una considerable ventaja (34,2% de apoyos) a la conservadora Nueva Democracia (19,6%), aunque se reduce la distancia entre ambas formaciones. Con estos resultados, Syriza no lograría mayoría absoluta, como pronosticaban algunas encuestas hace un par de meses.
En lo tocante a la posibilidad de un Grexit, el 56,2% de los griegos defiende un mal acuerdo con nuevas medidas de austeridad y la permanencia en el euro, mientras el 35,4% —un porcentaje al alza— preferiría un impago y el abandono de la moneda única, según un sondeo de GPO para el canal privado de televisión Mega hecho público a comienzos de semana.
Un comité de expertos insta a Atenas a no pagar la deuda
La comisión internacional de expertos que audita la deuda griega aseguró ayer que Atenas no debe pagar la contraída de 2010 a 2015 porque es fruto de unos acuerdos que infringen los derechos humanos.
“Grecia no solo no puede pagar la deuda, sino que no debe pagarla, porque la deuda proveniente de los acuerdos con la troika infringe directamente los derechos humanos de los griegos”, señaló la comisión al publicar los resultados preliminares de esta investigación.
La presidenta del Parlamento, Zoé Konstandopulu, afirmó que Grecia “no puede sentirse obligada” a pagar la deuda porque no es responsable de ella.
Los primeros resultados analizan el periodo entre la firma del primer rescate con las instituciones, en 2010, hasta la actualidad, aunque el objetivo es “analizar el crecimiento de la deuda pública griega desde la década de 1980”.
El comité empezó a trabajar en abril de forma voluntaria por mandato del Parlamento. Esta auditoría figuraba en el programa electoral de Syriza.
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