El presidente sudanés Al Bashir deja Sudáfrica para evitar la detención
Acusado de crímenes de guerra y contra la Humanidad, regresa a su país
El presidente de Sudán, Omar Hasán al Bashir, ha partido ya de Sudáfrica con dirección a Jartum, según ha informado la televisión pública sudafricana, SABC. Al Bashir evita así su detención, solicitada por el Tribunal Penal Internacional (TPI) por crímenes de guerra y contra la Humanidad perpetrados en la región sudanesa de Darfur.
Fuentes diplomáticas han confirmado a la SABC que Al Bashir ha partido en su avión con dirección a la capital sudanesa a pesar de que el Tribunal Superior de Pretoria había prohibido a Al Bashir salir del país a la espera de su decisión sobre una posible detención a petición del TPI.
La vista prevista para primera hora de este lunes para decidir sobre la cuestión se ha ido aplazando, hasta que finalmente el presidente sudanés ha podido abandonar el país con el apoyo explícito del Gobierno sudafricano. De hecho, el Gobierno ha defendido la "inmunidad" de Al Bashir.
"Argumentaremos detalladamente para que la solicitud sea rechazada, ha explicado Mthunzi Mhaga, portavoz del Ministerio de Justicia sudafricano, en declaraciones a la cadena de televisión local ENCA.
Por su lado, altos cargos sudaneses han afirmado que la orden del Tribunal "no tiene valor" porque Al Bashir fue invitado por el Ejecutivo sudafricano a participar en la 25º cumbre de la Unión Africana celebrada en la localidad de Sandton.
El domingo, el TPI publicó un requerimiento por el que solicitaba a Sudáfrica como país firmante del Estatuto de Roma, piedra fundacional de la corte, el arresto inmediato de Al Bashir, imputado en 2009 por su responsabilidad en la represión de la revuelta de grupos no árabes de Darfur.
Según Naciones Unidas, cerca de 300.000 personas (100.000 según Sudán) fueron asesinadas y otros dos millones tuvieron que huir de sus hogares durante los 11 años de conflicto en esta región.
Por ello, la ONG Human Rights Watch y otros grupos pro derechos humanos han pedido a Sudáfrica que actúe inmediatamente para detener a Al Bashir. Si no lo hace, el viaje del presidente sudanés "será una mancha en la reputación del país y en su promoción de la justicia", señala HRW en un comunicado.
Al Bashir, no obstante, considera que la orden de arresto del TPI es un acto de persecución "colonialista". En diciembre de 2014, el mandatario se vanaglorió de la paralización temporal de la investigación del TPI sobre su persona por la falta de cooperación, según denunció el organismo, del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
El Gobierno sudanés, por su parte, restaba importancia a la orden judicial emitida este domingo para impedir que el presidente Al Bashir abandone Sudáfrica. "Estamos encantados de estar aquí y no hay ningún problema", afirmaban fuentes de la presidencia sudanesa en declaraciones a la agencia de noticias Reuters.
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