Dos jóvenes mueren a tiros en una manifestación estudiantil en Chile
Un hombre disparó a los estudiantes mientras intentaban hacer un grafiti en una de las paredes de su vivienda en Valparaíso
Dos estudiantes chilenos fueron asesinados el jueves en Valparaíso mientras participaban en una de las manifestaciones que se realizaron en diferentes ciudades chilenas para reclamar al Gobierno de Michelle Bachelet una reforma de la educación. Las víctimas, Exequiel Borvarán, de 18 años, y Diego Guzmán, de 24 y militante comunista, eran estudiantes de la Universidad Santo Tomás de Viña del Mar. Según la investigación de la fiscalía, los jóvenes instalaban un pancarta en un edificio del centro cuando el hijo del dueño del inmueble, Giuseppe Briganti, de 20 años, les disparó. Una vez detenido, Briganti, en cuyo domicilio se halló una pistola y droga, proclamó su inocencia.
El Gobierno chileno presentó una querella por homicidio y aclaró que los asesinatos no tiene relación con las demandas estudiantiles. Bachelet “condenó enérgicamente” las muertes. “En Chile no hay espacio para actos irracionales, intolerantes y brutales y el Gobierno dispondrá de todos los recursos para obtener justicia y verdad”.
La policía ha anunciado que el atacante ha sido arrestado
Los dirigentes juveniles convocaron a la marcha a través de la Confederación de Estudiantes de Chile (CONFECH) para presionar al Gobierno y lograr que sus peticiones se consideren en los distintos proyectos de reforma educacional que son confeccionados en el Ejecutivo y debatidos en el Congreso.
Entre sus principales preocupaciones se encuentra la educación gratuita universal y una nueva política docente. Pero las multitudinarias marchas, que en Santiago congregaron a unos 150.000 asistentes según los organizadores, fueron empañadas por los sucesos de Valparaíso.
Pudo haber sido cualquiera de nosotros... Síntoma de sociedad enfermiza e individualista q valora más una fachada q la vida de 2 jóvenes =(
— Giorgio Jackson (@GiorgioJackson) May 14, 2015
Valentina Saavedra, presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECh), la pública de mayor tradición del país, manifestó su total repudio a los crímenes: “A cualquiera de nosotros nos pudo haber pasado y ninguno de nosotros es delincuente. No puede ser que la propiedad privada valga más que la vida de las personas”.
Los crímenes han generado un impacto profundo en Chile. Aunque es común que en las manifestaciones sociales hayan disturbios, enfrentamientos con la policía y detenidos, es inédito que se produzcan muertes. La única ocasión en que hubo un fallecido en el marco de una protesta fue en agosto de 2011, cuando Manuel Gutiérrez, de 16 años, murió en Santiago luego de ser baleado por un carabinero.
El incidente provocó la indignación entre los activistas universitarios, que organizan regularmente manifestaciones que en ocasiones terminan en enfrentamientos con la policía. Los estudiantes demandan una educación más barata y de mejor calidad y denuncian la desigualdad de Chile, uno de los países con mayor inequidad de América Latina.
"Pudo haber sido cualquiera de nosotros", escribió en Twitter Giorgio Jackson, que cobró fama como líder estudiantil y, actualmente, ocupa un escaño en la Cámara baja chilena. "Es el síntoma de una sociedad enfermiza e individualista que valora más una fachada que la vida de dos jóvenes".
La manifestación se produjo en momentos en que el Gobierno enfrenta una baja aprobación, cercana al 30%, que llevó a la presidenta Bachelet a realizar esta semana un profundo cambio en su gabinete ministerial, del cual cesó a todo el equipo político, incluido el responsable de las finanzas públicas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.