Merkel se ofrece a declarar en el Bundestag por las escuchas
La canciller trata de apaciguar la disputa con sus socios de coalición socialdemócratas
Dos ministros y un jefe de espionaje han desfilado por ahora en el Parlamento alemán para dar explicaciones del escándalo de las escuchas que acosa al Gobierno. El miércoles fue el turno del titular de Interior, Thomas de Maizière, que se encuentra en una situación de extrema fragilidad política tras las revelaciones de que los servicios de inteligencia alemanes colaboraron con los estadounidenses para espiar instituciones como la Presidencia de la República Francesa o empresas como Airbus.
“Como ministro de la Cancillería en 2008, no supe nada de prácticas de espionaje económico en Alemania”, dijo tras declarar a puerta cerrada De Maizière, unos de los más estrechos colaboradores de la canciller Angela Merkel y al que se le acusa de haber mentido al Parlamento. La propia canciller había declarado la noche anterior que estaría dispuesta a declarar ante la comisión que investiga las escuchas. “Responderé las preguntas donde sea necesario. Si hace falta en el Parlamento. Estaré encantada de hacerlo”, dijo en una entrevista radiofónica.
Cuando Merkel habló, aún resonaban las palabras de su socio de Gobierno y líder de los socialdemócratas. Sigmar Gabriel sorprendió el pasado lunes cuando se desmarcó de su jefa en el Ejecutivo para dejar claro que, si el escándalo va a más, ella es la única responsable. El vicecanciller dijo que Merkel le negó en dos ocasiones que los servicios secretos alemanes hubieran cooperado con los estadounidenses para espiar empresas. Gabriel dijo creer en las palabras de Merkel. “Pero si no fuera así, sería una pesada carga para mantener la confianza”, avisó.
Estas palabras cayeron como un tiro en las filas democristianas, que critican a Gabriel por haber hecho públicas conversaciones confidenciales. Algunos achacaron este gesto al nerviosismo del líder socialdemócrata por los malos resultados que le dan las encuestas a dos años de las próximas elecciones. Pero Merkel, consciente de que no va a salir beneficiada de que este asunto genere más titulares, prefiere apaciguar a sus compañeros de partido y a sus socios de Gobierno. “Estamos trabajando muy, muy bien en la coalición”, añadió.
Pero la buena marcha del Gobierno depende también de que el escándalo no vaya a más. Y por ahora, la Fiscalía Federal ya ha pedido más explicaciones y el Gobierno de Austria anuncia acciones legales por el espionaje.
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