El Gobierno de Venezuela raciona la electricidad por la alta demanda
Maduro lanza un “plan de ahorro energético” tanto para el sector público como el privado con la excusa del calor
Venezuela sigue modelando su propia versión del período especial de Cuba. El vicepresidente del país, Jorge Arreaza, y el ministro de Energía Eléctrica, Jesse Chacón, han anunciado este martes “un plan de ahorro energético” para el sector público y privado, debido al incremento del consumo de energía. Las altas temperaturas registradas a principios de semana en el Estado petrolero de Zulia —cuya capital, Maracaibo, ha marcado hasta 36 grados en el termómetro con una sensación térmica de 44— y en casi todo el país, ha disparado la demanda. Ambos funcionaros se cuidaron de utilizar el verbo racionar por sus negativas connotaciones. Pero no hay otra forma de explicarlo.
Mientras se prolongue esta situación las oficinas públicas trabajarán seis horas consecutivas —de siete y media de la mañana a una y media de la tarde—, entre otras medidas. El Gobierno le está pidiendo a la empresa privada, especialmente a los grandes centros comerciales, que generen su propia electricidad al mediodía y en las primeras horas de la noche. A los particulares les ha instado a que regulen a 22 grados centígrados la temperatura de los aires acondicionados. Para cerciorarse de que se reduzca al menos un 20% del consumo, el Gobierno ha desempolvado una resolución de junio de 2011 que sanciona a quien incumpla la normativa.
Caracas empeña el oro
El Banco Central de Venezuela (BCV) está negociando cerca de 1.500 millones de dólares con garantía de parte de sus reservas internacionales en oro. Se trata de una operación a través de un swap por 1,4 millones de onzas troy (unidad de medida) de oro por un período de cuatro años. Finalizado el lapso, Caracas recuperaría sus reservas.
La información no ha sido confirmada por las autoridades, pero la prensa local, incluso la más cercana al Gobierno, ya la da como un hecho. El diario El Nacional aseguró el lunes que la operación se concretó a través del banco Citibank sin dar más detalles, y confirmó su versión con las afirmaciones de dos reconocidos economistas del medio, Asdrúbal Oliveros y José Guerra. La medida es una respuesta a la caída de los precios del petróleo y a la falta de divisas en efectivo que ingresen a la economía venezolana.
Un swap de oro es un intercambio de mineral por dinero en efectivo, con el compromiso de revertir la transacción en una fecha y con un precio final ya establecidos. Por lo general, la parte que coloca el oro no desincorpora el activo de sus balances. Cerca de dos tercios de las reservas internacionales de Venezuela están en oro monetario.
El régimen decidió en 2007 —cuando se declaró socialista— estatizar las empresas eléctricas, lo que conllevó a un declive pronunciado del servicio. Los cortes se hicieron más frecuentes desde entonces y también las peticiones a los venezolanos para que disminuyeran el consumo de energía. En aquel momento la medida no generó tanto impacto porque aún no había conciencia del inmenso fracaso de la gerencia revolucionaria conduciendo el negocio. Este miércoles, en el programa radial más sintonizado de las mañanas venezolanas el periodista César Miguel Rondón afirmaba que en verano el calor en Nueva York es mucho más fuerte que el que se siente en el país y que no había necesidad de racionar la luz.
La decisión suma otro contratiempo más a la ya calamitosa vida venezolana, que se limita cada vez más a recorrer supermercados y farmacias y a guardarse temprano para evitar ser víctima de la delincuencia. Pero al Gobierno no le ha quedado otro remedio que dictar estas medidas porque el parque eléctrico no es capaz de soportar un incremento de la demanda. Miguel Lara, exgerente de la Oficina de Operación y Planificación del Sistema Interconectado de Venezuela (la instancia que se encargaba de coordinar y planificar la distribución de la energía), afirma que el país no está preparado para soportar incrementos súbitos de la demanda.
El chavismo ha hecho una fuerte inversión al aumentar de 23.700 a unos 33.000 megavatios la capacidad de generación, pero apenas puede soportar una demanda que esté en torno a los 16.000. La pregunta que este miércoles se hacían los periodistas locales es qué ha pasado con todos esos megavatios agregados al sistema. “Lo que se instaló o no está operando, o es viejo, o no tiene combustible”, responde Lara. La gerencia chavista no ha podido en 15 años aumentar la producción petrolera, de donde sale el gas con el que opera el sistema, y tampoco tiene dinero para importarlo.
A los particulares les ha instado a que regulen a 22 grados centígrados la temperatura de los aires acondicionados
La opinión pública ha señalado como gran culpable de la crisis eléctrica a la compañía Derwick que encarna para muchos la quinta esencia del empresariado corrupto que contrata con el Estado y sobrefactura los equipos que vende. Pero también existe la creencia de que el pacto con Cuba para aumentar la capacidad de generación tampoco ha resultado. Es, además, ostensible el retraso de la central hidroeléctrica de Macagua, que el Gobierno prometió inaugurar en 2007, y que aliviaría la precariedad del sistema.
La respuesta del Gobierno ha sido negar todas esas explicaciones y perseguir a los expertos que las denuncian. Hace 15 días la policía política detuvo en Barquisimeto al ingeniero eléctrico Luis Vásquez Corro que había declarado a un diario local que si se retrasaba las lluvias, que generalmente empiezan en la segunda quincena de mayo, habría que apagar las turbinas de la represa de Guri, que genera la mayor parte de la energía del país. .
El domingo, en una entrevista con el diario El Universal, el ministro Chacón aseguraba que había logrado estabilizar la demanda. Dos días después la medida de racionar la energía lo ha desmentido. Para justificarse, Chacón aseguró que la demanda pasó en una semana de 16.800 a 18.300 megavatios. “En estas condiciones el sistema comienza a tener problemas de estabilidad”.
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