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Pospuesto el juicio por asociación criminal contra los neonazis griegos

Uno de los 69 miembros de Aurora Dorada acusados no no tenía abogado

María Antonia Sánchez-Vallejo
Nikos Mijaloliakos, líder de Aurora Dorada, tras su detención.
Nikos Mijaloliakos, líder de Aurora Dorada, tras su detención.ANGELOS TZORTZINIS (AFP)

El juicio contra la dirección del partido griego neonazi Aurora Dorada, que debía comenzar este lunes, se ha pospuesto hasta el 7 de mayor porque uno de los acusado no tenía abogado. Es la primera vez desde la II Guerra Mundial que un partido con representación en el Parlamento griego se sentará en el banquillo por asociación criminal. La dirección y decenas de miembros del partido neonazi Aurora Dorada (AD) afrontarán un proceso determinante para el futuro de un movimiento que ha cosechado entre las víctimas más desposeídas de la crisis todo su capital político: pasó de ser una fuerza marginal en 2009 a tercer partido más votado en las elecciones del 25 de enero, tras irrumpir en la Cámara en 2012. Un total de 69 miembros y simpatizantes del grupo —a la cabeza de todos su líder, Nikos Mijaloliakos, y otros 12 de sus 17 diputados— se sentarán en el banquillo acusados de dirigir y pertenecer a banda criminal y, algunos, de delitos de asesinato.

El detonante de este macroproceso fue, precisamente, el asesinato del rapero y activista antifascista Pavlos Fyssas en el suburbio de Níkia (Atenas), en septiembre de 2013, a manos de un militante de AD, que ya cumple condena por ese delito y figura entre los juzgados. A diferencia de otros crímenes, perpetrados contra inmigrantes —en enero de 2013 simpatizantes del partido mataron a un paquistaní y en junio de 2012 mandaron a tres pescadores egipcios al hospital—, el hecho de que Fyssas fuera el primer griego muerto a manos de un miembro de esta organización contribuyó a la detención de la cúpula y a poner el foco sobre la verdadera naturaleza de la organización, a la que el Parlamento privó de financiación pública tras la operación policial. Mijaloliakos y su lugarteniente, Jristos Papás, salieron de la cárcel a finales de marzo tras cumplir los 18 meses de detención preventiva, si bien están bajo arresto domiciliario. Otros destacados miembros del partido, como su portavoz, Ilias Kasidiaris, continúan entre rejas.

Dieciocho meses de instrucción han generado un sumario descomunal, en torno a las 30.000 páginas, y con inquietantes pormenores sobre las actividades delictivas de un partido con representación en la Cámara desde 2012 y también en el Parlamento Europeo: la existencia de secciones de asalto o escuadrones paramilitares encargados de “cazar” extranjeros en raids nocturnos; su entrenamiento Kaláshnikov en ristre; la extorsión a inmigrantes a cambio de inmunidad, probados vínculos con locales nocturnos o de prostitución, o posesión ilegal de drogas y armas. Según el sumario, ninguno de los actos violentos atribuidos a los encausados se habría producido “sin haber sido ordenados o respaldados por la organización criminal/partido, sobre todo su más alta dirección”.

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Los 69 acusados comparecerán en un tribunal especial, instalado ex professo en la cárcel de Korydalós, donde están ingresados muchos de ellos. Se enfrentan a penas de hasta 20 años de prisión, si bien el veredicto no se conocerá hasta dentro un año como mínimo, el tiempo estimado de duración del proceso. El tribunal se pronunciará también sobre el citado ataque a los pescadores egipcios y otro a miembros del sindicato comunista Pame en Pérama (un suburbio del Pireo), apenas una semana antes del asesinato de Fyssas; sobre agresiones a trabajadores extranjeros en Creta y otros delitos.

El periodista Dimitris Psarás, autor de varios libros sobre Aurora Dorada, sostiene que el macrojuicio "es sólo sobre la actividad criminal de Aurora Dorada, no tiene nada que ver con la ideología del partido ni mucho menos con la persecución de creencias individuales. El asesinato de Fyssas, la agresión contra los sindicalistas de Pame y el intento de asesinato de los pescadores egipcios son sólo la punta del iceberg, como demuestra la existencia de otros 60 casos bien documentados de agresiones y actos motivados por el odio", entre los que se incluye, por ejemplo, una violenta paliza a Alekos Alavanos, exmiembro de Syriza (en el Gobierno).

El juicio ha trastocado la normalidad del municipio de Korydalós, situado a 10 kilómetros de Atenas y contiguo a barrios especialmente tocador por la crisis, como Pérama y Níkia, donde AD goza de amplio respaldo. Dada la expectación que ha suscitado el macroproceso, con decenas de medios locales y extranjeros acreditados y, sobre todo, por la convocatoria de varias manifestaciones antifascistas alrededor del penal, el Ayuntamiento de Korydalós ha ordenado el cierre de las 11 escuelas locales, todas las guarderías y centros sociales y deportivos de la localidad. El temor a incidentes entre grupos de distinto signo —simpatizantes de AD y activistas antifascistas— ha llevado a las autoridades locales a solicitar que el juicio se celebrara en otra parte, aunque la presencia simultánea de los 69 acusados, el centenar largo de abogados de la defensa y unos 130 testigos hacía imposible hallar un local con las medidas de seguridad adecuadas en el centro de Atenas. No obstante, fuentes próximas a la instrucción no descartan que, tras la vista inaugural, las audiencias se trasladen a un tribunal ordinario.

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