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El Estado Islámico ataca en Trípoli el hotel que aloja el poder político

Los tres terroristas matan a tres guardias, cinco extranjeros y un rehén y se inmolan

Fuerzas de seguridad y emergencias libias acordonan las inmediaciones del hotel Corinthia, en Trípoli, tras producirse el ataque.Foto: reuters_live | Vídeo: REUTERS-LIVE!
Javier Casqueiro

Un grupo de terroristas de la rama local en Libia del Estado Islámico han irrumpido este martes a tiros en la recepción del hotel de lujo Corinthia, en Trípoli, han matado de entrada a tres guardias de seguridad, han activado un coche bomba en el aparcamiento y se han atrincherado luego seis horas en las plantas más altas del inmueble hasta que finalmente se han inmolado haciendo explotar cinturones explosivos cuando se han visto rodeados. El balance de ese atentado concluyó con nueve víctimas mortales (tres vigilantes del hotel, cinco extranjeros –un francés, un estadounidense, dos filipinas y un surcoreano– y un rehén libio). Fallecieron también tres terroristas. Hubo 24 heridos y muchos daños materiales.

El hotel Corinthia es uno de los pocos de primer nivel aún en activo en la capital de Libia, donde reside normalmente el primer ministro del Gobierno local no reconocido internacionalmente y también muy ocupado por turistas extranjeros, hombres de negocio y diplomáticos. Ahora está vacío casi al 90% por la situación de inestabilidad y caos que vive el país hace meses, con dos Gobiernos, dos Parlamentos y las milicias armadas disputándose el control de las ciudades.

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Un miembro del Estado Islámico en Libia ha reivindicado en Twitter el ataque, que ha comenzado a las nueve de la mañana hora local cuando los terroristas han llegado al hotel y han aparcado su coche en una de las plantas bajas. Luego han irrumpido a tiros contra los guardias de seguridad y el personal en la recepción del hotel y se han subido en uno de los ascensores hasta la planta 16, donde se han hecho fuertes varias horas. En ese trance fue activado a distancia el coche bomba. Las autoridades investigan la posibilidad de que existiese en las inmediaciones otro grupo terrorista y otro coche bomba.

El portal de seguimiento de grupos islamistas SITE informó, a través de las redes sociales, que el Estado Islámico se atribuye esta actuación como una venganza por la muerte de Abu Anas al Liby, un dirigente de Al Qaeda vinculado a los atentados contra las embajadas de Estados Unidos en Kenia y Tanzania en 1998, y que murió este mes en un hospital de Nueva York.

El hotel Corinthia es normalmente la residencia que utiliza el primer ministro del denominado Gobierno de Salvación de Libia, Omar Al Hasi, el no reconocido internacionalmente, para vivir en la capital. Fuentes de su equipo han aclarado que el político sí estaba dentro del edifico cuando comenzó la refriega hablando de negocios con un empresario norteamericano, pero fue evacuado a tiempo. Desde su gobierno se ha relacionado el ataque con el objetivo de acabar con el citado político por parte de miembros del grupo armado que dirige el general golpista Halifa Hifter, que apoya al gobierno oficial asentado en Tobruk. Otras fuentes han atribuido el ataque a representantes del antiguo régimen de Muamar el Gadafi, que dominó Libia bajo su dictadura durante 42 años

Tuit del corresponsal del Financial Times responsable de Libia en el que se muestran dos fotos del supuesto atacante.

El hotel es un edificio enorme, erguido junto al Mediterráneo, que se encuentra normalmente muy vigilado y con fuertes medidas de seguridad porque alberga también, por ejemplo, la sede provisional de la misión especial de Naciones Unidas para encontrar la paz en el país.

La situación ha sido tremendamente confusa durante toda la mañana sobre el balance de víctimas del ataque. La mayoría de las fuentes, medios y agencias presentes en la zona aseguraron en un primer tiempo que tras el tiroteo en el hall murieron tres vigilantes armados del hotel. Reuters ha citado luego al director de una unidad de las fuerzas especiales, Mahmud Hamza, para fijar finalmente la cifra de fallecidos en nueve, cinco de ellos extranjeros. El portavoz de la oficina local de seguridad, Esam al Naas, declaró a los medios de comunicación que el estadounidense fallecido era un electricista que pereció tiroteado en el noveno piso, mientras que los otros fallecidos extranjeros eran tripulantes de una compañía aérea georgiana. El francés era el piloto, el surcoreano su asistente y las dos filipinas, azafatas. El número total de heridos atendidos en el hospital local se elevó al final a 24. Desde el Ministerio del Interior del Gobierno local se asegura que se ha producido también ya un arresto.

El estadounidense era un electricista, mientras que los otros fallecidos extranjeros eran tripulantes de una compañía aérea georgiana

Durante toda la mañana, desde las nueve y hasta más allá de las tres de la tarde, los tres terroristas se han manejado armados por el interior del hotel y se han encerrado con rehenes en una planta de las más altas del edificio. Al final de la mañana Esam al Naas ha confirmado a AFP que el secuestro había terminado cuando las fuerzas de seguridad han rodeado a los terroristas en la planta 24 del inmueble. Fue en ese momento cuando uno de los terroristas activó su cinturón con explosivos, otro una granada de mano y el tercero fue abatido a tiros. En ese piso se alberga normalmente la sede de la misión diplomática de Qatar en Libia, aunque ahora estaba desocupada. Las cámaras de seguridad internas del hotel han registrado las imágenes de los terroristas en su deambular por los pasillos de diversas plantas. La refriega ha generado continúas escenas de pánico en todo el recinto y las autoridades acordonaron la zona.

Este atentado ha sido rápidamente condenado por los dirigentes de la Unión Europea en Bruselas, que han lamentado lo que consideran un boicot al proceso de paz que llevan intentando abrir semanas y meses sin éxito bajo el auspicio de la misión especial de la ONU (UNSMIL) dirigida por el diplomático español Bernardino León. Ese proceso se reanudó precisamente el lunes en Ginebra con representantes de los partidos y las entidades cívicas y sociales respaldadas internacionalmente "en un clima de gran cordialidad" pero no aún con políticos del Congreso General Nacional con sede precisamente en Trípoli y que apoya al Gobierno de Omar Al Hasi.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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